2023-02-19

Salud

Por qué cuesta tanto hacer actividad física ¿Barreras o excusas?

Por María del Rosario Puente Olivera*

 

A pesar de que hay mucha información acerca de los beneficios que genera hacer actividad física, en la vida cotidiana nos encontramos con mil razones para no incorporar el ejercicio a nuestra vida.

Según un estudio a nivel poblacional que se realiza cada 5 años en nuestro país que se llama Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2018, se recabaron datos sobre los niveles de intensidad de actividad física realizada (intensa, moderada y caminata en la última semana), el tiempo que pasa sentado y la razón principal por la que practica o no practica actividad física.

Se encontró que el nivel de baja actividad física en nuestro país fue de 44,2 % es decir 4 personas de cada 10 tienen bajo nivel de actividad física definido como una actividad menor a 20 minutos, 3 veces por semana.

En esa misma encuesta se consultaron cuáles eran las razones por las cuales las personas tenían bajo nivel de actividad física y se destacó como principal razón la falta de tiempo (40,3%), seguido de razones de salud (24,4%) y falta de voluntad (14,5%).

Solamente el 6,4% de los encuestados respondió que no realiza más actividad física porque ya realiza la cantidad que necesita. 

Reflexionemos un poco sobre estos motivos, que se perciben muchas veces como excusas, como falta de voluntad, pero que en realidad constituyen Barreras que dificultan los cambios. 

Falta de tiempo. Las actividades y obligaciones cotidianas, la familia, el trabajo, la vida social constituyen prioridades que requieren tiempo y dedicación.  El desafío consiste en buscar la manera de incorporar la actividad física dentro de las prioridades y darle un tiempo y un lugar en el horario habitual. Pero si esto no es posible hay que buscarle la vuelta para estar más activos /as en la vida cotidiana

Por ejemplo, comenzar con caminar al trabajo, bajar antes del colectivo de todo lo que puedas hacer caminando mejor subir escaleras en lugar del ascensor; caminar durante las actividades de tus hijos / hijas; en el tiempo libre hacer actividades que impliquen movimientos; bailar en casa; … Se pueden revisar qué opciones puede cada uno en su vida.

  • Razones de salud: me duele la espalda, las articulaciones, artrosis. Hay diferentes enfermedades y situaciones que limitan la realización de actividad física por ejemplo lesiones graves o infecciones, pero la mayoría de las enfermedades crónicas no contraindican el movimiento y de hecho se benefician con estar activos / as: es importante tener en cuenta la situación particular y adaptar el ejercicio a cada persona; ir aumentando la intensidad en forma gradual.

Por ejemplo, las enfermedades pulmonares como el asma, el EPOC; la artrosis y enfermedades articulares; las enfermedades del corazón; la enfermedad de Alzheimer, la depresión, distintos tipos de cáncer; son algunos problemas de salud que a veces se perciben como limitantes pero que se benefician con la actividad física dirigida.

  • la edad “¿Cómo voy a empezar a esta edad?” En cualquier momento de la vida se notan los beneficios, de hecho, las personas de más edad se benefician más que los más jóvenes por la mejoría en la movilidad y en el estado de ánimo

No hay edad para empezar a hacer ejercicio, se puede adaptar el movimiento a cada momento de la vida.

  • el clima: puede ser un limitante para muchas personas, y en especial en nuestra ciudad, ya que sabemos que a partir de marzo suele haber época de lluvia y tiempo frío. Podemos pensar diferentes estrategias para sortear este inconveniente: por ejemplo, abrigarnos si hace frío, tener ropa adecuada, elegir el horario si hace mucho calor; y de esta forma que deje de frenarnos. Otra opción es aceptar esta limitación y definir realizar actividad física en lugar cerrado que no dependa del clima.
  • Gustos, ganas el placer por hacer actividad física hay que pensarlo relacionado al bienestar que genera, si es en grupo el acompañamiento puede ser una motivación. A veces probar alguna actividad nueva te puede sorprender y te puede gustar. SI no hay alguna actividad que te guste, te propongo pensar la que menos te disguste, poniendo el foco en el objetivo, en todos los beneficios que genera y en el bienestar de estar activos.
  • Objetivo ambicioso: muchas veces cuando pensamos en realizar actividad física nos proponemos un ritmo que luego es difícil de lograr, y al no poder cumplirlo, nos desmotiva y abandonamos. En este sentido es preferible elegir un objetivo pequeño para empezar: por ejemplo, si no vengo haciendo nada, empezar a caminar una vez por semana 30 minutos y cumplirlo es un buen comienzo: está lejos de lo ideal, pero es lo posible, y más adelante se puede ir aumentando.
  • falta de voluntad la voluntad es necesaria para incorporar un nuevo hábito como el movimiento. La voluntad consiste en la habilidad para controlar la atención, las emociones y los deseos y enfocarlos en los objetivos que nos interesan; sin embargo, la voluntad es NECESARIA pero no Suficiente: para poder encaminarnos hacia nuestro objetivo necesitamos un motor interno, energía que nos impulsa a la acción, la motivación.

La motivación es personal, depende de qué cosas son importantes para cada uno, cada una, es muy importante tener presente qué quiero lograr, reflexionar y registrar lo que siento y lo que necesito, para mantenerme enfocada enfocado.

Como vemos aprender a conocer nuestras barreras y otras que puedan surgir a la hora de iniciar o mantener un plan de actividad física es esencial para poder pensar en soluciones o estrategias para poder traspasarlas.

Identificar y fortalecer qué nos motiva, que es importante para nosotras/ os nos permitirá mantener nuestra atención y fortalecer la voluntad poniendo el foco en nuestro objetivo de bienestar y de salud

 

 

  • Médica Especialista en Nutrición Matrícula Especialista 1895
  • @hábitosparalasalud Facebook e Instagram
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