viernes 10 de mayo de 2024

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La lectura no murió, la gente sigue apostando por los libros

Las librerías y bibliotecas de Bariloche colmadas de gente, son un ejemplo de que se sigue apostando por leer libros físicos en la era de la digitalización.

jueves 09 de febrero de 2023
La lectura no murió, la gente sigue apostando por los libros
Los jóvenes son uno de los segmentos etarios que más busca libros. Fotos: Marcelo Martínez.
Los jóvenes son uno de los segmentos etarios que más busca libros. Fotos: Marcelo Martínez.
Por Claudia Olate

La lectura no ha muerto. En una época donde todo se convierte a digital y la vida pasa, se soluciona y se transmite por pantallas, las hojas de los libros siguen siendo el escape de la rutina que muchas personas eligen día a día.

En Bariloche, las librerías no abundan, pero sí hay algunas que tienen largas décadas en la ciudad y otros que se animaron a apostar por el negocio propio y los estantes colmados de libros en un contexto económico, por lo menos, complicado.

Contrario a lo que muchos pensamos, el interés por la lectura sigue. A pesar de que gran parte de nuestra atención o del tiempo, se lo llevan las pantallas, ya sea la computadora o la televisión y sobre todo, los celulares, el público que compra o busca libros, sigue firme.

“El argentino es un ciudadano que lee mucho. Es cierto que el mercado está complicado, como todos los mercados en realidad, por la inflación, por los precios y demás, pero la gente lee”, indicó a ANB, Mary, de la librería Cultura.

Las ventas se incrementaron con el turismo chileno y uruguayo. Foto: Marcelo Martínez.

Si bien luego de las fiestas, en las distintas librerías de Bariloche se notó una baja en las ventas, la llegada de turistas chilenos y uruguayos, marcó un alza. “El público chileno es muy importante, allá no tienen muchas editoriales y es muy caro comprar libros porque están gravados con impuestos que por suerte acá se lograron sacar hace tiempo”, informó la mujer.

Es por esto, que quizás, las librerías están llenas, no importa el horario en el que se asista. Pero pasado el verano, ¿cómo sigue la situación? La realidad es que las librerías mantienen un público atento durante todo el año. El lanzamiento de nuevos libros, la búsqueda de los clásicos, las compras como obsequio, hacen que sea un rubro que se mantiene en el tiempo.

Si bien hay un sector del público que optó, se acostumbró o prefirió la lectura digital, a través de descargas a los dispositivos o de los Kindle, diseñados específicamente para los libros electrónicos, es un segmento pequeño en comparación con quienes continúa eligiendo los libros de papel.

Las librerías tienen sectores especiales destinados a los jóvenes. Foto: Marcelo Martínez. 

“El papel es insustituible, hay libros que uno quiere tener y marcarlos, volver para atrás. El libro es algo que no va a desaparecer. Te diría que está el ser humano, el perro que es el mejor amigo del humano y el libro”, remarcó Mary.

En este mismo sentido, Romina Soto de la librería Literal, sostuvo que “por suerte el porcentaje de gente que elige el libro físico, sigue siendo muy alto. Más acá, con los paisajes, se llevan un libro y lo disfrutan en la montaña, en el lago o en el bosque”.

Sigue siendo mayor el público que busca libros en papel al que elige la lectura electrónica. Foto: Marcelo Martínez.

Si bien el rango etario que compra libros es difícil de definir, los jóvenes conforman el segmento de clientes más fieles. Mary señaló que desde la salida de la saga de Harry Potter se notó una diferencia “abismal”. Chicos y chicas que no leían, se volcaron a la literatura que además, supo explotar el interés con el lanzamiento de un sinfín de novelas juveniles y nuevos autores.

“Nosotros tenemos una mesa especial con todas las novelas juveniles”, explicó Romina reforzando esta información. “Si bien con las redes sociales uno puede pensar lo contrario, hay muchos youtubers o tiktokers que sacan libros o promocionan alguno y así, fomentan a la lectura”, agregó.

Las bibliotecas, el otro espacio de los libros y los lectores

Además de las librerías, la ciudad cuenta con bibliotecas públicas y municipales. En el Centro Cívico se encuentra la biblioteca Sarmiento, la más conocida seguramente, que cuenta con más de 2600 socios y unos 50 mil libros en sus estantes.

“Realmente es asombrosos porque a pesar de las nuevas tecnologías, el libro en papel sigue estando vigente”, indicó Julia Amanda de la sala de lectura de la biblioteca Sarmiento. La mujer sostuvo además que hay muchos adolescentes y jóvenes que se acercan, “creas o no”. La atracción principal son las sagas y novelas juveniles, aunque muchos luego, amplían el espectro.

“Sigue habiendo un interés muy fuerte por los libros. Eso nos pone muy contentos”, remarcó y añadió que “en pandemia fue increíble cómo leyó la gente” y luego, ese interés perduró. En la sala de lectura, asisten día a día lectores ávidos de clásicos o libros nuevos que quieren disfrutar en la tranquilidad y el silencio de la biblioteca.

"Tenemos nuestros lectores clásicos pero también a las nuevas generaciones que vienen a leer. Es muy lindo ver cómo vienen los niños a la parte infantil. Leer es como el hábito de comer. Se aprende en casa y se trabaja”, consideró Julia.

Bariloche cuenta con varias bibliotecas populares o municipales.Foto: Marcelo Martínez.

Pero, además, también hay dos bibliotecas públicas en el Alto de la ciudad: la Raúl Alfonsín, ubicada en Sobral 860, tiene una trayectoria de más de 35 años en los que aspiró siempre, a fomentar la lectura entre niños y adolescentes de los barrios aledaños.

En el barrio Nahuel Hue se encuentra la biblioteca Néstor Kirchner, que además es un importante espacio social de la ciudad, donde concurren niños, jóvenes y adultos. Cumplió 10 años hace pocos meses y se fortalece también como un espacio comunitario y de contención.

“Tenemos 12 mil libros ahora y cada vez viene más gente adulta a buscar algo para leer”, comentó José “Pichi” Arpires, a cargo del espacio. Además, como una forma de fomentar la lectura, cuentan con “la mochila viajera”, donde colocan dos o tres libros con algunas revistas y el bolso va de casa en casa para que los vecinos implementen el hábito de leer.

La biblioteca Néstor Kirchner cuenta con 12 mil libros para los vecinos de alrededores. Foto: Marcelo Martínez.

En otro punto de la ciudad, se encuentra la biblioteca Carilafquen, ubicada en el barrio Villa Los Coihues y también ofrece un espacio destinado a la lectura y la cultura en general. El barrio Virgen Misionera también cuenta con su biblioteca, llamada Aimé Painé.

“Al que le gustan los libros, de alguna manera va a seguir comprando”, consideró Mary, aunque también mencionó la cantidad de gente que se asocia a bibliotecas públicas donde puede acceder a material de forma más económica.

En definitiva, lo que importa, es la lectura. La gente, sin importar el rango etario, sigue leyendo. Sigue buscando en los libros, un momento de dispersión, de entretenimiento, de salir de la rutina, ya sea en las hojas de un libro físico o en las que va deslizando en una pantalla. “Se sigue leyendo y mientras la gente siga buscando libros, las esperanzas no se pierden”, finalizó Mary. (ANB)

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