viernes 26 de abril de 2024

CARTA DE LECTORES

Violencia… ¿de género?

Nota de opinión de Alejandro Vaccari.

martes 16 de julio de 2019
Violencia… ¿de género?

¿Qué es la violencia?... ¿de dónde viene?...

¿Son solo frustraciones y reclamos?... ¿son solo rencores o iras reprimidas?... ¿tiene que ver con fallas en el inconsciente societario?... ¿se trata realmente de un problema de género o es que somos simplemente una sociedad violenta?.

Tal vez se trate de un poco de cada una de estas cosas.

Tema 1: ¿De donde viene el enojo, podemos tratar de verlo?

Salgo a la mañana temprano con el auto, el tráfico hacia el centro está congestionado cada día, entre 20 minutos y media hora de loquero…  basta ver la caras de enojo y de locura de buena parte de los automovilistas y basta ver las actitudes… al tomar unaa rotonda, al cambiar de colectora, todos quieren pasar primero… la mayoría acelera cuando podría frenar, muchos ni siquiera dan la prioridad al peatón que quiere cruzar, es una especie de guerra anónima, donde cada uno, escondido en la coraza del propio auto, muestra a la sociedad una faceta muy violenta de si mismo: necesito llegar primero, al trabajo que no me gusta, donde no me pagan lo que merezco, tengo mis problema ¿el otro que me importa?, el peatón mucho menos quien se cree para andar sin auto…  la calle es mía…

Impera una especie de anarquía caníbal, sálvese quien pueda, gana el que llega primero… ¿gana?... ganaría si fuera contento, o llegara a realizar sus sueños, o al menos se augurara a sí mismo un buen día de trabajo… una locura colectiva, muy violenta, donde en realidad y por un buen rato ¡el prójimo no existe!.

Tema 2: La anarquía, la falta de dirección y autoridad.

Aquí nunca está claro el tema: La justicia y cada estamento del estado están perdidos en la nebulosa de la comodidad y la locura propia…

La palabra autoridad hace tiempo ya que se volvió mala palabra, y las decisiones no existen en la indecisión, se pierden en la ambigüedad de opciones y en discusiones interminables y estériles de: como aplicar mejor. Por falta en realidad de convicción y de valores que deberían primar sobre toda decisión, se decide desde lo que representa caja, parte de la viveza criolla, que muy bien cita Manes en varios reportajes: La viveza criolla solo se basa en embromar a otro, en pasar por sobre o por delante de otro;  entonces el sentido común queda excluido y la resultante es un bollo interminable de reformas que no cambian ni mejoran absolutamente nada.

Ejemplos: reclamar la VTB cuando la mitad o más del parque automotor no la tiene, y cuando además sabemos que circulan muchos vehículos en un estado directamente lamentable que no podrían ni arrimarse a una revisión, por un lado cobramos multas por alcoholemia y por otro administramos todo lo vial como si estuviéramos borrachos, las calles rotas, llenas de baches, semáforos y luces sin mantenimiento, sin pintar las sendas de cruce peatonal ni mantenemos las calles señalizadas… la misma locura que justifica a la hora de la ineptitud o inoperancia propia, pero no resuelve nada.

Y esto solo ejemplifica la violencia y la anarquía en las calles, pero esto mismo puede trasladarse a un hospital, a la atención en la municipalidad, un banco, la panadería o lo que sea, porque de una u otra manera todo lo hacemos así… somos re vivos!!!.

Tema 3: Violencia de genero

Hay personas que consideran que matar una vaca para alimentarnos es un acto violento, tendrán sus opiniones y pareceres, me parece válido y correcto tener una idea y una elección personal sobre si comer o no comer carne, pero no me parece bien, por ejemplo: promover esa idea haciendo una pintada sobre el frente de un restaurante para tratar de imponer sobre los demás una idea que solo es mi punto de vista, no el de los demás. ¿No es eso un acto violento acaso?...

El solo hecho de tratar de imponer una  idea con vehemencia sobre otros ya es un acto violento, porque es no aceptar la idea y la elección de otros.

Por ejemplo, cualquier reclamo laboral y siguen cortando un acceso, una ruta, porque así se hacen oir… hacerse oír implica saber hablar y a quien dirigirse. Violar el derecho de otro, por ejemplo el derecho de circular libremente, por mi derecho de manifestar un problema es también un acto violento.

Hace un tiempo leía en varias paredes de la ciudad, una pintada que decía: “Hay que matar al macho”.

Un grupo de mujeres que manifiesta sus derechos con marchas y pancartas, deja marcado en unos cuantos muros, su mensaje inclusivo y conciliador…  Se me revuelven simplemente las tripas: ¿Esto es una guerra?... ¿Cuál es el mensaje?... ¿Cómo se puede encontrar paz si promovemos el odio?... ¿Quién asesora a éstas personas?... Si alguna vez fueron al psicólogo, no entendieron nada,  y si por otro lado el profesional las alentó a ésta salida, es que también él se halla enfermo, víctima de ésta sociedad trastornada.

Todo fanatismo, es decir cuando trato de imponer mis ideas sobre otros (por tanto no acepto las ideas y las expresiones del otro) me vuelvo fundamentalista.

El fundamentalismo islámico por ejemplo, defiende sus credos poniendo bombas, ideando y perpetrando atentados en occidente. Es un extremo si, en una escala de violencia que va desde una agresión verbal hasta quitar la vida del infiel a la doctrina, el supuesto enemigo de la idea. Quiero exponer con esto el extremo, de que cuando no aceptamos las ideas de otro, cuando no estamos dispuestos al diálogo, al debate, al acuerdo, al concilio, los problemas se desbocan y alcanzamos un estado de guerra.

El estado mira, y a veces trata de armar sistemas desde fuera, pero sus personas son las mismas, padecen las mismas dificultades que nosotros, así fabrican leyes de inclusión, respeto, límites, etc; que por supuesto ellos mismos no practican; señalan una decencia, una equidad y un respeto,  que no poseen y que por tanto no practican.

Hay una violencia instalada, y no es necesariamente una violencia de género, ese es un eslogan, una moda, en cambio es violencia, intolerancia, bestialidad, una falta de respeto instalada, y es de todos hacia todos.

Tema 4: Sembrando rencor.

Desde el discurso político siempre hay un sector que le debe a otro, siempre se habla de una re distribución que nunca llega, de un reparto que a lo postre no son más que limosnas, que lo único que logran es mantener un standard de pobreza.

La figura política, crea un enemigo culpable, para no asumir nunca los errores propios, la figura se yergue como una especie de caudillo salvador, que por supuesto jamás cumple, porque roba y redistribuye priorizando  sus intereses (porque él también es un vivillo), tan mezquino como el del ingenuo que les cree y espera logros sin esfuerzo.

La realidad es que solo siembran en nuestra sociedad, más rencor  y  más resentimiento, en particular en las clases menos pudientes a las que por supuesto nunca salvarán, crean además las grietas, un resentimiento de clases entre los que tienen poco con incluso los que apenas tienen algo más;  jamás hablarán por supuesto de la propia riqueza y opulencia, muchas veces increíblemente escandalosa por el propio apetito insaciable de dinero y poder.

Tema 5: Cerrando conclusiones.

Somos una sociedad latina, pasional , compleja, no tan eficiente a la hora del trabajo, no tan objetiva a la ora de las decisiones (en letras simples: muy vuelteros), somos muy vivos pero se trata de una inteligencia estrecha que mira solo hacia la conveniencia propia, eso engendra una sociedad decadente, dormida aún en los laureles de otros tiempos, donde la única salida a la vista es la personal (aún en esto, no hay equipo).

El problema no está en la conducción A o B, el problema del fachismo no es o fue un grupo en particular, los problemas están instalados en nosotros, porque somos una sociedad resentida, ineficiente, indecisa, embrutecida y violenta.

 

Firma: Alejandro Vaccari

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