viernes 26 de abril de 2024

Despertar con signos de puntuación

"Vivir es en cierto modo escribir las hojas de un cuaderno donde cada día es una página que vamos completando"

martes 28 de julio de 2020
Despertar con signos de puntuación

Por Alejandro Vaccari.

Alguna vez, hace tiempo, escuché una canción que se me pegó y luego escribí sobre esa experiencia…

“Ni una página en blanco más” …, (la letra es de la canción de Manolo García, titulada “Pájaros de barro”).

Vivir es en cierto modo escribir; escribir las hojas de un cuaderno donde cada día es una página que vamos completando.

Hacia la noche, algunas hojas tendrán muchas letras; otras apenas garabatos; algunas, espero pocas en tu vida, quedarán en blanco, porque en algún momento y por algún motivo, dejaste de escribir…  otras páginas tal vez terminen inconclusas, porque ese día no pudiste hacer más; y algunas, espero muchas, se hallarán repletas con bellas letras de felicidad y alegría.

Es entonces desde esas letras y símbolos, que podemos entrar en el mundo de los signos de puntuación, a veces tan importantes como las palabras mismas, y ver como cuadrarían en algún momento del día....

¡¡¡Buenos Días!!!!

Empecemos con la mañana, temprano suena el despertador, y… ¡¡¡Buenos días!!!

¿Qué pasa por tu mente en esos primeros segundos o minutos del despertar?

Espera el momento preciso, y preguntátelo.

Se trata solo de esos minutos en que estás entre despierto y dormido…

¿Apremia el miedo o la ansiedad?, ¿vas pensando en la tarea que te espera, o en que ocurrirá con esa persona importante que tenés que ver?, ¿empiezas tu día con un signo de interrogación?...

Otra posibilidad es que te sientas pesado y holgazán.  A veces cuesta arrancar, da fiaca levantarse y encarar el día, ¿será que algún temor te impide disfrutar el desafío?, o será que, por ejemplo, la rutina ya te agotó, y estás con mal humor, ya antes de empezar tu nuevo día.

En este caso el problema podría llamarse dos puntos, todo siempre igual. Entonces, claro, cae la pesadumbre, ese sentimiento plomizo de todo siempre igual.

Finalmente, y ¡qué bello!, porque lo pensé también para mí, qué lindo sería encarar el día con un sentimiento positivo, de agradecimiento: ¡¡¡otro día contigo!!!, ¡una nueva posibilidad!, ¡una nueva aventura!, abierto, a lo que el destino y la creación traigan para uno ese día… así, ligeramente, sin expectativas, estar abierto a lo que ocurra.

Se trataría de iniciar el día, con un signo de comillas para una gran expresión receptiva: “Bienvenido, nuevo día, trataré de abrazarte como mereces, y gracias por todo aquello que traigas”.

                                                                          ¡¡¡ Este es mi día!!!

Una vez, un holandés llamado Hans, compartiendo a pie sobre el Camino de Santiago, justo en el último tramo, único en trayecto en el que casualmente nos encontramos, entre Olveiroa y Finisterre, entre otras cosas me dijo: ¡tengo que encarar mi día con pasión y con ganas!, ponerle empeño y garra, porque ¡éste es mi día! (¡This is my day!!!)

A ésta frase hoy le agregaría, el agradecimiento, que el momento presente es justamente un regalo, un presente, del que algo, -aunque sea algo pequeño-, algo siempre tengo para aprender.

Y como bien me decía mi amigo Hans, si no le pongo “pasión” a mi día,

nadie va a ponerle esa pasión por mí.

Así van cobrando importancia los signos, según lo que queremos y lo que no.

Ellos le agregan a la intención una calidad, que, si no es la adecuada, o la que queremos, darnos cuenta de ello, nos puede revelar la sutil verdad que hay detrás de cada situación, y eso, simplemente eso, hace una enorme diferencia…

Eso sería, comenzar a aprender a discernir

¡¡¡Queja y excusa!!!

Aprender a discernir entre una queja y una excusa.  Por ejemplo, dos puntos “¡estoy cansado!” y que sea la excusa para no ayudar o peor, para no revelar un mal humor…  aunque también podría ser: “estoy agotado, perdón por no ayudar, necesito descansar un rato” y sentirte feliz, porque trabajaste bien ese día, porque simplemente diste tu mejor esfuerzo. Y aunque no des más, ese cansancio no pese, porque es un cansancio solo físico y lo realmente importante es que el ánimo está bien.

Comprender esos comportamientos propios hace una gran diferencia.

¡¡¡Trabajo y mal humor!!!

Trabajo y mal humor, por cierto no son sinónimos, a veces los confundimos, en realidad porque justamente aún no sabemos lo que es el compromiso, o lo que es la gratitud; en realidad lo único que tienen en común trabajo y mal humor, es que los dos pueden crear adicción: Igual que en otras muchas cosas y comportamientos, detrás de esa pesadez, puede haber algo de tu cotidianeidad que no aceptas, o que no te gusta y te pone mal, y si bien nunca es del todo cierto, está solo en ti la posibilidad de cambiarlo.

Claro, a veces puede llevar un tiempo encontrar el:  cómo se hace... eso podría dar para otra nota.

¿Cómo reacciono ante la dificultad?

Otro punto sería ¿Cómo reacciono ante la menor dificultad? Si la respuesta fuera dos puntos ##**++---%”## … ¿???? entonces serías de los míos… y sí, a veces hay comportamientos y temperamentos que son muy difíciles de cambiar.

El signo de pregunta puede ser una clave para buscar la solución al contratiempo, ¿Qué puedo hacer con esto?, la pregunta crea un impase, que ayuda a serenarse, como que detuviera el tiempo, por así decirlo, y propicie la reflexión creativa, que te permite encontrar la alternativa adecuada al problema.

La queja y, peor, el improperio, por cierto, nunca van a formar parte de la solución, la verdad es que en general solo agravan el problema.

Puntos suspensivos

A veces un punto suspensivo también puede crear el silbatazo del tiempo fuera, para que el técnico se reúna con los jugadores y corrija por ejemplo un error táctico. Y si aun así no alcanza, y el problema no tiene una solución aparente, siempre se puede cerrar el tema por un día o más, y dejar que el descanso y el encuentro con el sueño puedan conciliar una salida que nunca hubiéramos imaginado o que simplemente se nos pasó por alto. A mí suele sucederme eso, a veces con problemas que parecían irresolubles, y de golpe en la mañana al despertar surge el momento Eureka, la idea creativa. 

¡¡¡Buenas Noches!!!

Finalmente, y al terminar el día, llega la noche, es el momento en que, si no estamos atentos, los fantasmas, los dolores y los problemas simplemente parecieran volverse más grandes e importantes.

Aquí la pregunta es ¿Cómo me duermo, ¿cómo quiero dormir, ¿qué espero del sueño…?  una muletilla común es utilizar siempre la TV como distracción, permite que la mente se entretenga y así los pesares se dispersen.

La TV como el alcohol son de alguna manera, métodos o sistemas para atontarse.

Si puedo aceptar que esto es así, también puedo tratar de analizar cuál es la verdadera ansiedad y el verdadero problema, pensar en qué puedo hacer al respecto y luego intentar simplemente relajarme, para así, recibir al sueño como se debe, un viejo amigo querido, que solo llega a mi encuentro para confortarme y reponer energías.

Otra vez, ¿cuál es el signo de puntuación que utilizaría para entregarme al sueño?, quizá “merecer el sueño de los justos” no sea tan fácil de conquistar… pero al menos, un sueño tranquilo y reparador, sería naturalmente muy deseable, sano y necesario.

Finalmente, y para cerrar el día, una oración sincera seguramente ayuda y también un sentimiento de gratitud sincero, que acepta y bendice el día recibido. Dos puntos y comillas. “Gracias Señor por el día compartido por las tales o cuales cosas que me has traído, perdón por las torpezas con las que no he podido comprender o con las tareas que no pude completar y bendiciones hacia las personas con las que compartí el día”.

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