miércoles 8 de mayo de 2024

La problemática de la seguridad vial infantil

El perito Néstor Vidal realizó un análisis sobre el uso de las sillitas y su importancia para evitar lesiones.

jueves 01 de abril de 2021
La problemática de la seguridad vial infantil

Por Néstor Vidal

La problemática de la seguridad vial infantil está contemplada en una nueva modificación de la Ley de Tránsito que extendió el uso del Sistema de Retención Infantil (SRI) de los 4 a los 10 años. Este, además, debe corresponder al peso y edad del menor. Personalmente y por la experiencia de 21 años en el campo de la Investigación Accidentológica Vial, recomiendo que los menores hasta los 15 años, deben viajar en la butaca trasera y con Booster.

El Sistema de Retención Infantil (SRI) o sillita es la herramienta de seguridad más importante para evitar lesiones y proteger la vida de los niños en un accidente de tránsito. El Decreto 32/18 entró en vigencia y modifica el Decreto 779/95 que reglamenta la Ley de Tránsito 24.449. De esta forma, la exigencia, que antes era hasta los 4 años, se extendió hasta los 10 en todas las rutas nacionales. Sin embargo, cada jurisdicción debe adherir para que la normativa sea efectiva en su territorio. La sillita cumple un papel fundamental en la seguridad de los chicos: el uso correcto del SRI reduce en un 70% los riesgos de lesiones graves y fatales en caso de un accidente de tránsito.

La nueva normativa establece que los SRI deben ser acordes a la edad y al peso del niño. La Organización Mundial de la Salud dividió las etapas del crecimiento en 5 grupos para definir cuál es el más adecuado. Las categorías son:

  • Grupo 0: para niños con peso menor de 10 kg
  • Grupo 0+: para niños con peso menor de 13 kg
  • Grupo 1: para niños con peso de 9 kg a 18 kg
  • Grupo 2: para niños con peso de 15 kg a 25 kg
  • Grupo 3: para niños con peso de 22 kg a 36 kg

 

EN ARGENTINA, SOLO 3 DE CADA 10 NIÑOS VIAJAN PROTEGIDOS.

El Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) realizó un estudio observacional en todo el país entre conductores y ocupantes de autos y motos. Los resultados determinaron que 7 de cada 10 menores de 0 a 17 años circulan desprotegidos porque no utilizan cinturón o sillita o porque los utilizan de manera incorrecta, según lo establece la normativa de tránsito.

Solo el 46,4% de los niños de 0 a 4 años que viajan en el asiento trasero del auto utilizan la sillita. Cuando es una mujer la conductora, esa cifra asciende al 58,6% en uso de SRI. La investigación se llevó adelante en 2018 y relevó 83.545 autos.

EL CINTURÓN DE SEGURIDAD Y LAS MUJERES EMBARAZADAS

En el caso de las mujeres embarazadas, la Ley las eximía de la obligación de llevar el cinturón bajo determinadas circunstancias. Posteriormente se han encontrado evidencias que permiten afirmar que el riesgo de lesión y pérdida del feto por no llevar puesto el cinturón de seguridad es mayor que el riesgo de no llevarlo. Además, si la embarazada es la que conduce, el peligro es aún mayor. Sin cinturón, un pequeño choque puede hacer que el vientre golpee directamente contra el volante. Por ello siempre es recomendable su uso en cualquier fase del embarazo, aunque, lógicamente, utilizándolo de forma adecuada. En definitiva, el cinturón siempre es obligatorio en embarazadas, pero guardando ciertas precauciones: hay que procurar que el cinturón no vaya sobre la zona del feto. Para ello existen a la venta algunos sistemas especiales que permiten ajustarlo correctamente sin que oprima el abdomen. Los beneficios del cinturón de seguridad son evidentes: reduce de tres a uno la probabilidad de muerte en accidente de tránsito y alcanza su máxima eficacia en los vuelcos, donde reduce el riesgo de fallecimiento en un 77%. Sin este dispositivo, por ejemplo, en un choque a 80 km/h contra un objeto rígido los ocupantes del coche se verían lanzados hacia delante con una fuerza 80 veces superior a su peso.

Una investigación realizada en Estados Unidos en 1993 concluía que las embarazadas involucradas en accidentes de tráfico y que no llevaban puesto el cinturón tenían el doble de probabilidades de tener un bebé de bajo peso y 2,3 veces más riesgo de dar a luz en las 48 horas posteriores al accidente, aunque el golpe se produjera a baja velocidad. Otro estudio similar, realizado también en este país, revelaba que la mortalidad del feto en los siniestros de carretera era tres veces superior a la de la madre. En uno de los accidentes investigados, la mujer, que no llevaba el cinturón, sufrió fracturas en la pelvis y en el fémur, pero el feto resultó con fracturas en los huesos craneales y hemorragia intraventricular. En cualquier caso, la mayoría de las embarazadas son bastante responsables en este tema: en 1990, una encuesta realizada por la Asociación Médica Americana mostraba que el 88% de las mujeres en estado utilizaba el cinturón cuando conducía y el 90% lo hacía cuando iba de pasajera. Casi la cuarta parte, sin embargo, no sabía si era conveniente o no el uso de este mecanismo de retención durante el periodo de gestación.

Es importante saber que el cinturón de seguridad debe usarse durante todo el embarazo: la banda vertical debe ubicarse entre los senos y la banda abdominal debe estar ajustada lo más posible a la región pélvica, para evitar toda presión sobre el abdomen.

Distintas investigaciones han demostrado que en la mayoría de los accidentes de tránsito el cinturón de seguridad juega un rol fundamental y disminuye de forma notable nuestras posibilidades de sufrir lesiones o incluso la muerte.

Según este perito, en un choque el cinturón de seguridad retiene el cuerpo de la futura mamá por la pelvis y el tórax, pero su abdomen es libre de moverse en la dirección resultante de las fuerzas causadas por el impacto. En tal caso, debido a que el feto flota libremente dentro de la mujer, las lesiones pueden ser de dos tipos. La más común es que la placenta se desprenda parcial o totalmente de la pared del útero, lo que implica que el bebé pueda no recibir suficiente oxígeno. Por otro lado, menos probable es que la cabeza del bebé se lesione como consecuencia de un golpe contra los huesos de la pelvis de la madre.

Para avanzar en este terreno, Compañías Automotrices han diseñado un traje que simula el cuerpo de una embarazada para mejorar la seguridad de las futuras mamás a la hora de conducir. Entre sus funciones, el traje reproduce el peso y las características de la panza. Cuenta con una bolsa que aplica presión en la vejiga y tiene compartimentos para las almohadillas y el agua que imitan la leve patada fetal. Su uso les permitió a los expertos de las compañías experimentar las limitaciones que enfrentan las mujeres al conducir durante el embarazo - como la incomodidad en los movimientos del cuerpo, cambios posturales, cambios en el centro de gravedad, limitaciones en el alcance y demás – y así dar una respuesta acorde mediante ajustes de diseño en el cinturón de seguridad, el volante y la ubicación de los botones del panel como así también el desarrollo de consejos de seguridad.


En caso de que la embarazada sea quien conduzca el vehículo, regule la butaca lo más atrás posible en la medida que obtenga una posición cómoda de conducción evitando posturas que mantengan demasiado cerca la panza del volante o del tablero de instrumentos

 

 

 

Finalmente, quien suscribe este artículo, y basado en experimentos recientemente efectuados en ensayos, es recomendable NO conducir en los (3) tres últimos meses de gestación.

 

 

 

*Investigador - Perito Accidentológico Vial Terrestre- Perito Forense en Incendios.

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