viernes 26 de abril de 2024

"La felicidad me va a durar para siempre"

Javier Remón es pura alegría y orgullo. El barilochense de 47 años se convirtió en el 27º argentino en subir a la cima del Monte Everest, el punto más alto del planeta.

viernes 14 de mayo de 2021
"La felicidad me va a durar para siempre"

El martes 12 de mayo lo guardará como un día único y soñado en su vida. Uno que no se olvidará nunca. Es que en esa jornada dejó sus huellas en la cima más alta del mundo, en el Monte Everest, a 8.848 metros de altura, el punto más cercano al cielo. Javier Remón es abogado, tiene 47 años, estuvo en 2020 entrenando y mucho en su Bariloche, pero su presente lo tiene viviendo y recorriendo, por razones laborales, 19 países en África. La pandemia le impidió seguir trabajando en suelo africano, pero le dio la chance de ir por un sueño personal y fue por él. Y lo cumplió.

El 7 de abril llegó a Nepal y durante más de un mes trabajó y mucho para hacer cumbre en el siempre complejo, respetado, admirado y temido Everest.

"Soy el argentino número 27 que llegó a la cima del Everest y ser parte de esa estadística en un gran orgullo. Mi presente me tiene trabajando en África, recorriendo 19 países (NdR: trabaja organizando tours y recorridos para fotógrafos), pero por la pandemia se detuvo mi tarea laboral, regresé a Bariloche, hice mucho deporte y me puse a entrenar para este objetivo, poder hacer cumbre en el Everest”, la contó Javier a ANB, desde el Campamento Base, haciendo un rápido repaso de una gran hazaña.

 
                                

Claro que subir al punto más alto del planeta tuvo un largo trabajo de logística y de preparación. “Me entrené y mucho para venir y subir. Y hubo un gran esfuerzo económico, lo pensé 10 veces, pero valía la pena. Hubo mucha ayuda, en especial de amigos que me prestaron cosas y sumando y sumando me fui embalando. Y decidí hacerlo. Sin la posibilidad de trabajar pensé que era el momento justo. Creo que ir a buscar la cima del Everest es todo sueño que tiene alguien que le gusta la aventura y para toda la gente de montaña”, remarcó Remón quien dejó su profesión como abogado para radicarse unos meses en Europa y luego decidió seguir son su vida por suelo africano.

                            

Viajes, vuelos y más viajes y llegada a destino. Para Javier, el primer gran objetivo fue realizar la mejor adaptación posible a la altura y al clima. “En el camino al Campamento Base, que está a unos 5.300 metros de altura, se trabajó mucho en la adaptación a la altura. Hasta llegar fui subiendo diferentes montañas para ir ganando adaptación, para que la aclimatación sea la óptima. Fue una etapa de aprendizaje. En el Campamento Base también hubo momentos complejos por casos positivos de Covid y también por tener algún sherpa enfermo. Luego subimos al Campamento 2 a 6.300 metros, de ahí al Campamento 3 que está a 7.200 y ahí ya con la utilización de oxígeno. El siguiente paso fue al Campamento 4, a 7.900 metros, allí descansamos un poco y el nuevo objetivo ya fue hacer cumbre”, siguió contando Remón.

                               

Lo que vino fue tan emocionante como difícil. “Se piensa en muchas cosas en el tramo final porque es complicado, lento y con obstáculos que van apareciendo. Salimos de nochem despacio y primero fue tener mucho frío en los dedos los pies y hay que buscar moverlos porque se empieza a generar una complicación. Luego se me congeló la máscara de oxígeno y tuve que sacarla. Eso fue de noche y cuando se aclaró, ya no había nada. En el amanecer, todo el paisaje fue nuestro. Llegamos al pico Sur, de ahí al paso Hillary y de ahí, a la altura, a la cima. Fue impresionante llegar, con mucho cansancio, pero una felicidad enorme. Puse la bandera argentina en la cima del mundo, el banderín de la compañía con la que realicé la expedición, me quedé unos 10 minutos y luego fue tiempo de bajar. Y bajar es tan importante y complejo como subir. Con mucho cansancio fuimos bajando, pero la felicidad era tan grande que pudo con todo”, agregó Javier.

                             

Ya descansando y disfrutando, Remón solo tiene palabras de agradecimiento. “Sigo disfrutando y cayendo en lo conseguido. Sé que mucha gente me ayudó, alentó y estuvo pendiente y agradezco todo ello. Fue un esfuerzo muy grande en todos los sentidos, pero la felicidad de poner a Bariloche en la cima del mundo lo valió. La felicidad me va a durar para siempre”, concluyó mientras disfruta de un logro único y que recordará para toda la vida. (ANB)

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