viernes 3 de mayo de 2024

Los pibes más vulnerados también pueden: un “chulengo”, un oficio y un proyecto

Al taller San José Obrero concurren chicos de los barrios más pobres de la ciudad. Se capacitan e intentan salir adelante.

martes 20 de marzo de 2018
Los pibes más vulnerados también pueden: un “chulengo”, un oficio y un proyecto

Por Nicolás Malpede

Fue un mes intenso de trabajo. Es que había que unir muchas piezas, soldar una y otra vez, colocar las distintas partes, pintar… tenía que quedar bien, la idea era alcanzar un producto logrado a fuerza de mucha voluntad y conocimiento. Y finalmente lo consiguieron: el primer “chulengo” está radiante, impecable, listo para la venta.

Los pibes del Taller San José Obrero, ubicado en el barrio Malvinas, concurren todas las mañanas para aprender, capacitarse y construir.

Este lunes presentaron orgullosos un "chulengo" que ellos mismos fabricaron.

“Son un grupo de unos seis chicos que concurren al taller de herrería, que se animaron a aplicar todo lo aprendido”, explicó a ANB Fernando Fernández Herrero, titular de este espacio que funciona en el Alto de la ciudad desde 2011.

El “chulengo” lo tienen a la venta. Cuesta 2.500 pesos. Cuando alguien lo compre, los jóvenes se repartirán el dinero y, lo más importante, seguirán ratificando que pueden ganar su propia plata con su oficio, un oficio que fueron (y siguen) adquiriendo con el correr de los años. Son pibes vulnerados, a los que se les dio una oportunidad y la agarraron con las dos manos, bien fuerte.

Y ahora ahí están, trabajando, firmes, en la fabricación del segundo “chulengo”. Luego habrá un tercero, un cuarto, un quinto…

“¡Salió el primer chulengo de 2018! Tranqui que ya estamos construyendo el segundo, hecho con tanque de termotanque (reciclado y súper durable) en estilo Van Gogh, con bifera y parrilla desplazable (evita quemarse al dar vuelta la carne), con parrilla de tejido para que no se caigan los choris, todas invenciones e innovaciones tecnológicas del constructor Rubén González, alias ‘El hombre chulengo’, íntegramente realizado con material reciclado. ¡No se lo pierdan!”. Así el taller promocionó el producto en las redes sociales.

“Cuando ven su trabajo terminado les sube el autoestima, porque se dan cuenta de un momento a otro de que son productores de algo, son protagonistas, empiezan a experimentar lo que se siente ganarse el mango con su propia tarea", resaltó Fernández Herrero.

“Hay un reconocimiento social, comienzan a notar que tienen una posición dentro de la sociedad, que pueden romper con el esquema de ‘no lugar’ para los pibes que no trabajan ni estudian”, añadió.

Herrero remarcó que “para muchos sectores de la sociedad es ‘complejo’ resolver el problema que viven los pibes de los barrios más pobres, pero en realidad es fácil: hay que darles un espacio, una oportunidad, una propuesta”. “Cuando eso pasa ellos empiezan a creer en un proyecto de vida”, subrayó.

Un espacio de contención

Al Taller San José Obrero concurren cerca de 30 chicos de las zonas más pobres de Bariloche. Actualmente no cuenta con ningún tipo de apoyo estatal, por lo que se sostiene bien “a pulmón” y, básicamente, como puede. 

En un pequeño salón se brindan capacitaciones en herrería y carpintería. Allí los chicos construyen “chulengos”, salamandras y canastos de basura, entre otros objetos de uso cotidiano.

Las edades de los jóvenes oscilan entre 16 y 24 años. “Es una edad clave y difícil para los chicos. Se les exige que se comporten como ciudadanos productivos pero no se les da el lugar ni las herramientas para hacerlo. Muchos no terminaron la secundaria ni la primaria”, dijo Herrero.

“Son pibes que se criaron sin contención. Tuvieron infancias con padres sin trabajo, transitadas en un contexto de extrema violencia, sin actividades recreativas y sin una escuela presente. Llegan al taller excluidos del sistema. Nosotros tratamos de incluirlos, contenerlos y darle esa oportunidad que necesitan para salir a flote”, afirmó el titular de San José. (ANB)

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