viernes 26 de abril de 2024

La política y la economía, se vuelven a juntar

Tarifas, energía, Aranguren y el gabinete nacional, en la columna de Mariano Vila.

domingo 14 de agosto de 2016
La política y la economía, se vuelven a juntar

La agenda política que maneja el gobierno nacional actualmente tiene varios temas con directa implicancia en el día a día de las provincias. Desde el aumento de las tarifas de servicios públicos, hasta la reorganización de la coparticipación federal pasando por la reforma electoral son todos puntos que nos permiten medir cuál es el grado de consenso político que existe entre todas las jurisdicciones.

La Patagonia o al menos la región norte, ha marcado su posición en varias oportunidades con respecto al traslado de precios que sufren sus zonas a partir de los aumentos de tarifas. En los pasillos de Casa Rosada se comenta que el propio Mauricio Macri quería que esta decisión sea mucho más drástica de lo que fue. Fue el Ministro Juan J. Aranguren quien logró inclinar la decisión a algo más moderado aunque suene ridículo.

Lo cierto es que el ex CEO de Shell Argentina le está poniendo la cara y el cuerpo a esta circunstancia con un alto costo político. Si bien el gabinete en general encabezado por Macri respalda su continuidad en el cargo, puertas adentros sobran las críticas. Más allá de la decisión política de avanzar en el tema molestaron mucho más algunas declaraciones que se hicieron donde subestimaban la reacción de los ciudadanos. No sólo fue el Ministro de Energía y Minería quien las hizo, hubo otros jefes de carteras que también tuvieron lo suyo.

Pero qué sucede con los gobernadores con respecto a estos temas. No existe ninguna “liga de gobernadores” como algunas vez formó el peronismo para realizar defensas corporativistas de ciertas cuestiones. La mitad del país está gobernada por justicialistas, de los cuales 9 son totalmente nuevos. Lo bueno es que en su mayoría pertenecen a una generación sub 45, y eso al menos garantiza mayor diálogo. El resto muchos de los cuales son parte de Cambiemos, prefieren no hacer declaraciones públicas. El silencio también dice cosas.

En general cada uno está más preocupado por su gestión provincial, ya que hay mucho por hacer. Se reúnen en Buenos Aires para plantear puntos en común ante el gobierno nacional que tiene en la dupla Rogelio Frigerio (bien secundado por Sebastián G. de Luca) y Emilio Monzó a sus principales interlocutores. El tema es que las negociaciones políticas y sobre todo la buena voluntad existentes entre ambas partes ,se quiebran cuando suceden cosas como el tema tarifas. Y mucho más cuando la política se ve traicionada por la falta de sensibilidad social con la que se acusa a muchos miembros de Cambiemos.

La economía está sufriendo un parate importante, mucho más de lo que Macri hubiese querido a esta altura. La inflación no ayuda, aunque el BCRA sigue aplicando su propia política (“yo quiero tener independencia en las decisiones” dice Federico Sturzenegger, su presidente, ante el embate del Ministro Alfonso Prat Gay por la ya famosas tasas de interés). Macri descentralizó lo que solía ser un súper ministerio de economía en varios ministros. Tal vez subestimó la situación, y como él es el Ministro de Economía (y el Canciller también) ahora no puede volver hacia atrás y nombrar a un ministro económico. Por lo menos por ahora. Si Susana Malcorra asume en la ONU, tendría quizás una ventana para hacer cambios.

Mientras la economía busca soluciones, la política espía el año 2017. Las elecciones de medio término se van convirtiendo en un tema de agenda. Si la economía mejora, la inflación baja y la productividad acompaña la política estará mucho más tranquila. Mientras las negociaciones en el Congreso siguen estando a la orden del día, con un Senado que parece mostrarse mucho más prudente, racional y colaborador con el gobierno nacional que la Cámara Baja, el gobierno sufre un desgaste de debatir ley por ley. Por eso se convierte en un tema cada vez más trascendental en la cabeza de los principales armadores políticos.

Comenzará la campaña, encubierta por ahora, justo en el momento en donde el gobierno nacional siente por primera vez las presiones de la ciudadanía, en gran parte por la mala administración del tema tarifas. A los gobernadores les preocupa ese tema para mantener la paz social en sus distritos, pero les preocupa mucho más desde el punto de vista político poder recibir los fondos producto de las negociaciones por el 15% de la coparticipación federal y lo traerá la reforma electoral. Si bien existen muchas más certezas que hace un par de meses, todavía hay mucho camino por andar.

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