jueves 25 de abril de 2024

Obesidad infantil: con el hábito no se nace, se hace

domingo 19 de junio de 2016
Obesidad infantil: con el hábito no se nace, se hace

La OMS (Organización mundial de la salud) define al sobrepeso y obesidad como una acumulación anormal o en exceso de tejido adiposo (grasa) que es perjudicial para la salud. El sobrepeso y la obesidad infantil representan uno de los principales problemas de salud pública, tanto es así que se ha triplicado en los últimos 30 años.

Según la encuesta Mundial de Salud Escolar 2012, en Argentina en los últimos 5 años, en el grupo de adolescentes de 13 a 15 años, el sobrepeso aumentó de un 24,5% al 28,6% y la obesidad pasó del 4,4% al 5,9%. Otros datos relevantes:

- Sólo el 17,6% de los chicos y chicas de 13 a 15 años consume 5 porciones diarias de frutas y verduras

- La mitad de los estudiantes de esa edad consume 2 o más bebidas azucaradas por día

- Sólo en 1 de cada 4 escuelas se ofrecen frutas y verduras en los kioscos y 8 de cada 10 escuelas ofrecen bebidas azucaradas.

Argentina presenta el mayor porcentaje de obesidad infantil de América Latina con un 10,4% en niños y niñas de 6 meses a 6 años de edad.

Causas

Los cambios en el estilo de vida pueden ayudarnos a entender esta epidemia.

- Aumento en el consumo de “alimentos” industrializados ricos en grasas saturadas, azúcares y sal, pero pobres en fibra y otros nutrientes. Ya dejaron de ser de consumo ocasional para ser de consumo habitual

- Disminución de la actividad física. Los entretenimientos que ofrece la tecnología (tv, tablet, play station, pc, etc) llevan a los chicos a pasar largas horas sentados frente a una pantalla y a eso le sumamos que las publicidades incitan al consumo de “alimentos” no saludables. La actividad física, deportiva o al aire libre se está perdiendo también por falta de tiempo de los padres para acompañar a sus hijos.

- Factores genéticos: solo 1 de cada 200 casos de sobrepeso y obesidad responde a esta causa.

Consecuencias de la obesidad infantil

- Aumento en la probabilidad de seguir siendo obeso en la edad adulta. La obesidad, además de ser una patología en sí misma, es un factor de riesgo para otras enfermedades: diabetes, algunos tipos de cáncer (endometrio, mama, colon), problemas del aparato locomotor, apneas del sueño, hipertensión arterial e hipercolesterolemia, que a su vez aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. En consecuencia, mayor probabilidad de muerte y discapacidad prematura en la edad adulta.

- Factores emocionales: son clave, como causa que lleva a la ingesta compulsiva para calmar la ansiedad y, a la vez, como consecuencia por la discriminación de sus pares y la baja autoestima que produce.

Signos de alarma

Un niño que en su infancia aprende a comer mal, padece sobrepeso u obesidad y no incorpora el hábito de realizar actividad física frecuentemente, difícilmente al crecer cambie alguno de estos aspectos.

Más allá del aspecto físico o estético, es importante detectar la actitud que tiene un niño/a frente a la comida: si está muy ansioso y busca golosinas o necesita comer fuera de horas porque no está satisfecho. Otro punto a observar es que evite realizar actividad física o juegos por comer.

Culturalmente un niño rollizo o robusto no era visto como excedido de peso, pensando que con los cambios de la pubertad estos kilos se reducirían. Lo que hay que determinar en estos casos es si ese exceso de peso está dado por tejido graso o muscular (el primero es un factor de riesgo, el segundo no). Para diferenciarlo hay estudios que evalúan como está formada la composición corporal.

Qué hacer

La primera referencia ante el exceso de peso u obesidad de un chico la da el pediatra. Es importante llevar a nuestros hijos al pediatra para controlar no solo su peso sino todo su crecimiento. Al mismo tiempo, consultar a un especialista en nutrición es importante para aprender buenos hábitos alimentarios desde la familia.

La obesidad como toda compleja enfermedad se debe abordar con un equipo interdisciplinario, formado por pediatras, nutricionistas, psicólogos y profesores de educación física. También es fundamental que toda la familia se involucre y modifique sus hábitos. Comer en forma saludable debe ser un estilo de vida familiar y no específico del niño. Se toma el problema como asunto familiar (que además lo es!) así el niño no se siente aislado o diferente.

Tratamiento

En el caso de los niños, es necesario seleccionar muy bien los alimentos, más que ser estricto con las cantidades como suele suceder en un plan para descenso de peso de adulto. Se encuentran en edad de crecimiento y necesitan de alimentos que aunque sean energéticos, les proveen también de nutrientes esenciales.

- Realizar las 4 comidas principales, evitando el picoteo fuera de horario. Los alimentos más calóricos se dejan para consumos eventuales, como salidas o cumpleaños. El consumo de azúcares y grasas saturadas es lo que hay que limitar (fiambres, cremas, golosinas, snacks)

- Incorporar variedad de frutas y verduras en todas las comidas, asi como las proteínas de pescados, huevos, carnes, pollo, etc.

- Fundamental hacer el desayuno, tiene una incidencia sobre el rendimiento escolar.

- Se debe insistir en especial con la actividad física. Al tener mayor desgaste energético podrán compensar la ingesta de calorías que se no puede evitar por crecimiento o eventos sociales.

- Mantener una hidratación adecuada, eligiendo siempre agua o jugo natural. El consumo de gaseosas puede arraigarse desde pequeños, por lo que debe evitarse en lo posible.

- El kiosco en la escuela es algo a tener en cuenta, evitar comprar allí al no darles dinero y enviarles alimentos alternativos, mix de frutas secas, frutas frescas, bizcochuelo o sándwich preparado en casa.

Una alimentación sana y balanceada desde pequeños, un estilo de vida no sedentario y un entorno familiar que propicie hábitos saludables son las tres condiciones indispensables y básicas para abordar y prevenir la obesidad y el sobrepeso infantil.

Quererlos es poner límites, enseñar buenos hábitos, no comprar todas las golosinas que quieren o dejarles comer o estar frente a una pantalla todo lo que quieren. Quererlos es enseñarles a vivir con calidad de vida, preocuparnos por su salud, somos conscientes de la responsabilidad como adultos que tenemos con respecto a la educación de nuestros hijos?

Hasta la próxima.

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