2017-09-24

Dolor de pecho: Cuando se encienden las alarmas

Uno de los síntomas más preocupantes para los pacientes y por tanto uno de los principales motivos de consulta es el dolor de pecho. Esta sensación genera un importante grado de preocupación en quienes la padecen y suele generar angustia y síntomas asociados atribuibles al estrés que produce esta situación.

Cuando los médicos recibimos a personas que manifiestan dolor en la región anterior del tórax (la llamamos región precordial) nos hacemos inmediatamente la pregunta: ¿se trata de un dolor de origen cardíaco? La respuesta no suele ser un contundente sí o no, sino más bien un probablemente sí o probablemente no. De esta primera impresión depende mucho del curso de los acontecimientos posteriores. ¿Cuáles son las claves que nos llevan a esta discriminación?

A la investigación de las características del dolor, las circunstancias asociadas al mismo y las particularidades de quienes lo padecen, llamamos Semiología, es la ciencia de la investigación de los síntomas y signos.

Características del dolor

El dolor de origen cardiovascular es un dolor regional difuso y no suele ser localizado en un punto, decimos que el dolor coronario (ángor) se señala con toda la mano con los dedos extendidos y el dolor de pared torácica se señala con un dedo (“me duele acá”).

El inicio del dolor coronario suele ser desencadenado por actividad física o stress emocional y suele durar algunos minutos con intensidad creciente mientras dura la actividad y remisión con el reposo, por ejemplo, dolor que es desencadenado por la marcha, va aumentando con la caminata y cede a los pocos minutos de cesar el ejercicio. Un dolor que se inicia en reposo que dura segundos u horas o días probablemente sea de origen no cardíaco.

Otra característica habitual del dolor torácico no cardíaco es que puede ser desencadenado por movimientos, posiciones o compresión de la zona dolorida, el dolor cardíaco suele ser incrementado por la actividad o el stress.

El dolor coronario suele generar angustia, desazón, sensación de peligro inminente, acompañarse de sudoración, nauseas, palpitaciones y frío en las extremidades, todas estas también son las características de un ataque de pánico donde la descarga de adrenalina y los síntomas asociados son de origen psicógeno.

El dolor de origen cardiovascular clásicamente se describe como opresivo, es decir una sensación de compresión sobre el tórax, es menos sugestivo un dolor tipo punzante, urente (ardor) o lacerante (desgarro).

Los pacientes

Además de las cualidades del dolor, evaluamos las condiciones propias del paciente. 

Un factor de mucha importancia es la edad, el mismo síntoma puede tener un significado diferente en una persona de 10, 30 o 60 años. Hay diferencia en la presentación de los síntomas de acuerdo al sexo, las mujeres suelen manifestar disnea (falta de aire) en lugar del dolor clásico opresivo. Se considera de mayor riesgo la aparición de dolor precordial cuando el paciente es portador de factores de riesgo como diabetes, dislipidemia, hipertensión, tabaquismo, antecedentes familiares de enfermedad coronaria, etc.

En base a estos datos relacionados al dolor, las circunstancias del mismo y las características del paciente hacemos una evaluación inicial del riesgo, con la ayuda del examen físico y los métodos complementarios de diagnóstico esta evaluación inicial será perfeccionada y se podrá pensar en la estrategia más adecuada para preservar o restaurar la salud de nuestros pacientes.

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