2016-06-12

La soledad: ¿Padecimiento o bendición?

Cuando hablamos de Soledad, pareciera que todos entendemos de qué hablamos, pero todo resulta muy confuso, cuando observamos que existen concepciones y vivencias diametralmente opuestas en referencia a este tema. Unos la sufren terriblemente, otros la ansían y veneran con pasión.

El Dr. Irving Yalom distingue la Soledad Existencial de la Soledad Interpersonal. Esta última se relaciona con el aislamiento social, o sea  la carencia (la falta) de relaciones personales íntimas con otras personas. En cambio la Soledad Existencial “…se refiere a la brecha infranqueable entre el sujeto y los demás, brecha que existe inclusive en presencia de relaciones interpersonales profundamente gratificantes. Uno, en definitiva está aislado no solo de otros seres, sino –en tanto que uno constituye su propio universo- también del resto del mundo”. “No importa lo próximo que estemos cada uno de nosotros respecto a los demás, permanece un vacío final, insalvable. Cada uno de nosotros llega solo a la existencia y debe partir de ella también solo. No hay solución para la Soledad Existencial, los esfuerzos que se realizan por huir de esta soledad pueden sabotear las relaciones auténticas entre las personas, ya que se utiliza una relación como escudo contra la soledad.” (Pág.22) 1

Como dice el Dr. Yalom, nada podemos hacer con la Soledad Existencia, salvo reconocerla, saber que existe, que nos puede angustiar, que es común a todos los seres humanos y que en definitiva lo saludable es aceptarla.

Con la Soledad Interpersonal o Social, lo que podemos hacer es combatirla, ya que somos seres sociales y satisfacemos nuestras necesidades con otros, en grupo. La cooperación, la solidaridad, nos rescata del individualismo egoísta, nos rescata del aislamiento, de la tristeza y del dolor cuando estos tocan a nuestra puerta. El dolor compartido, se hace más tolerable. “Todo mi patrimonio son mis amigos”, decía la escritora Emily Dickinson.

También es cierto que en general los escritores y muchos artistas buscan la soledad para crear y producir sus obras. Considero que el acto de escribir es un acto esencialmente solitario en sí mismo. Cuando uno está solo, puede conocerse en sus sentimientos y deseos más profundos. Y cuando uno se conoce deja de tenerse temor a sí mismo. Una de las  conveniencias de la soledad radica que para lograr relaciones íntimas saludables, o sea estar con otro sin depender de él, primero hay que aprender a saber estar solo y hacerse amigo de uno mismo. El tema de la soledad como una estrella, tiene infinitas puntas: se puede estar rodeado de personas y sin embargo sentirse solo, o uno puede estar solo y sentirse acompañado. La soledad es una puerta de entrada a sí mismo, pero aunque uno este solo, debe querer optar entrar por esa puerta. La soledad es la oportunidad de ese íntimo encuentro consigo mismo. La soledad de la oportunidad a la que aquí se hace referencia, no es la soledad “… del abandono, del desamparo ni del desvalimiento … Tampoco  … la del desamor o del amor no correspondido … ni la del resentimiento. Menos aún la soledad que produce la pérdida de quien amamos, ni la del dolor que nos causan quienes nos hieren”. (Pág.69)2.  La soledad auspiciosa, es la que  nos compromete con nosotros/as mismos/as, es la que nos permite ser quienes realmente somos, o como dice la psicóloga argentina Clara Coria  nos permite ser “… protagonistas irremplazables de nosotros mismos”. Y agrega: “Esta soledad es inherente al ser humano; por eso está siempre presente y se impone no solo en las grandes experiencias de la vida sino también en una infinidad de situaciones cotidianas de menor trascendencia”. (Pág.70)2

Esa soledad auspiciosa, la de la oportunidad para mí es la tercera Soledad, la que denomino: la Soledad Vital.  Esta es la Soledad que nos permite conocernos a nosotros mismos, conocernos desde adentro y vislumbrar nuestras necesidades y deseos, y  cumplir con ellos y también descubrir nuestros miedos más hondos y todo aquello que escondemos de nosotros y que por no darle luz, luego nos ataca por la espalda, surgiendo en  impulsos incontrolables o depresiones. Es en esta Soledad Vital que se han producidos las mejores obras literarias, las mejores pinturas, los inventos más notables y la profunda conexión con la Divinidad (Jesús, Buda y Mahoma han recurrido a la soledad). Aquellos que se  han animado a adentrarse en esta soledad han aprendido a escucharse por dentro, y por medio del silencio y la paciencia poder encontrarse consigo mismo y aceptarse. Descubriremos nuestros talentos y motivaciones, en el profundo diálogo consigo mismo, en la casa de la Soledad Vital. Digo Vital porque es indispensable para una vida bien vivida. Es por ello que Henry David Thoreau dice: “Jamás hallé compañero más sociable que la soledad”. Y Arturo Graf nos recuerda: “Las grandes elevaciones del alma no son posibles sino en la soledad y en el silencio”. Nuestro filósofo argentino Jaime Barylko  en su libro La Filosofía expresa: “…la relación íntima del hombre con Dios, pertenece a su soledad”.  Barylko cita a Whitehead que dice: “Quien no ha sido un solitario nunca fue religioso…Las grandes concepciones religiosas que pueblan la imaginación de la humanidad son escenas de soledad: Prometeo encadenado a su roca, Mahoma en el desierto, las meditaciones de Buda, la soledad del hombre en la Cruz.” (Pág.77)3

En definitiva, hay que combatir la Soledad social que aísla y deprime; hay que aceptar la Soledad existencial que es inherente al ser humano; y hay que fomentar la Soledad Vital que permite encontrarnos con quien verdaderamente somos y crear.

 

Bibliografía

1-Yalom, I. (1998) Verdugo del amor. Editorial Emecé. Buenos Aires.

2-  Coria, C. (2010) Decir Basta. Editorial Paidós. Buenos Aires.

3-  Barylko, J.(1997) La Filosofía. Una invitación a pensar. Editorial Planeta. Buenos Aires.

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