viernes 29 de marzo de 2024

Desplazamiento en la ciudad

Mejora tu movilidad: "La bicicleta como uso diario"

Muchas ciudades promueven este medio para trasladarse y Bariloche no es la excepción. Seguridad vial, precauciones y accidentes en dos ruedas, en la nueva columna de Néstor Vidal.

domingo 20 de marzo de 2022
Mejora tu movilidad: "La bicicleta como uso diario"
(Foto: Marcelo Martínez)
(Foto: Marcelo Martínez)

Por Néstor Vidal*

Muchas ciudades del mundo están llevando a cabo iniciativas para promover este medio de desplazamiento urbano, con vistas a que su uso perdure en el tiempo, y en consonancia con los retos planteados en la Agenda 2030, nuestra ciudad Bariloche NO es la excepción y cada día se advierte la presencia de una mayor incrementación en nuestras calles de tránsito vial.

Por ello en este artículo, quien suscribe y en sintonía con la Dirección de Investigación Accidentológica Dirección Nacional de Observatorio Vial, quien ha lanzado en sus redes sociales una nueva campaña divulgativa para fomentar el uso de la bicicleta en las ciudades de la Argentina.

El Coronavirus ha dejado y está dejando mucho dolor y fallecidos, pero también ha dejado ciudades más limpias, menos ruidosas y más respirable. Ciudades hasta ahora desconocidas y descubiertas por los ciudadanos que no se resignan a que la nueva normalidad vuelva a suponer congestión y dificultades en el transito vial.

Son numerosas las iniciativas relacionadas con la movilidad ciclista que se están desarrollando en el mundo y que se han convertido en prioritarias desde la aparición de la pandemia del Coronavirus, pero la promoción de la bicicleta ya estaba en la agenda internacional antes de que el Covid 19 surgiera.

La Declaración de la 3ª Conferencia Mundial Ministerial sobre Seguridad Vial, celebrada en Estocolmo en febrero de 2020, recomendaba “acelerar el cambio hacia modos de transporte más seguros, limpios, eficientes energéticamente y asequibles, y promover mayores niveles de actividad física, como caminar y andar en bicicleta, así como integrar estos modos con el uso del transporte público para lograr la sostenibilidad”. La bicicleta, por tanto, puede también contribuir de manera muy positiva a los retos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, impulsando mejoras en los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los que tanto Europa como España deben aplicar un mayor esfuerzo en los próximos años.

En esta línea y en consonancia con las recomendaciones de la citada Conferencia Mundial, la considero, que hay razones suficientes para apoyar la movilidad ciclista en un momento, como es este de la Pandemia, donde muchos ciudadanos han empezado a desplazarse en este medio de transporte y a sacar el máximo partido a la bicicleta. Los beneficios para la salud son conocidos por todos, ya que su uso mejora la movilidad y los desplazamientos; se mantiene la distancia de seguridad sanitaria establecida para evitar la propagación del virus; se hace ejercicio mejorando la salud física y mental y se contribuye a hacer ciudades más sostenibles.

Si bien es cierto que se ha reducido notablemente el contagio del COVID19, en nuestra ciudad, hemos visto como se ha incrementado de forma notable la gran cantidad de tráfico. Basta con Salir ala calle para darse cuenta de ello. La campaña es una iniciativa más de la Dirección de Investigación Accidentológica Dirección Nacional de Observatorio Vial, he invita a todas las ciudades, pueblo y comunas a para promocionar el uso de la bicicleta como medio de trasporte diario y movilización.

CONSENSO INTERNACIONAL PARA IMPULSAR SU USO

Son muchas las ciudades a nivel mundial que ya han tomado medidas – aceras más amplias, extensión de la red ciclista- para impulsar el uso de la bici y de los desplazamientos a pie, tales como:

 – En la ciudad china de Wuhan, el 17% de las personas que necesitaron asistencia médica se desplazaron en bicicletas compartidas para ir al hospital el 25 de enero, en plena crisis sanitaria. Por ello el oficio de mecánico de bicicletas se ha mantenido como esencial.

– En Alemania, el propio ministro Federal de Salud, Jens Spahn, ha recomendado el uso de la bicicleta en lugar de autobuses o trenes durante el tiempo que dure la pandemia. En Berlín y otras ciudades del país, se han promovido los carriles bici temporales.

– En Francia, han quedado excluidos del cierre durante las semanas críticas de la pandemia, los comercios de reparación y venta de bicicletas y motocicletas. En París, su alcaldesa ha anunciado un plan de inversiones para toda la región de 300 millones de euros en movilidad ciclista y se van a crear carriles bici temporales por encima de las líneas de metro más concurridas para que las personas que quieran moverse en bicicleta lo puedan hacer de forma más segura

 – En Reino Unido, las tiendas de venta y reparación de bicicletas han sido excluidas de los comercios que deben cerrar durante la pandemia. Durante este periodo se ha incrementado la demanda de servicios relacionados con la bicicleta.

 – En Italia, mientras que Roma ha apostado por la creación de carriles bici temporales, en Milán han anunciado la estrategia “Calles abiertas”, con la que pretenden conseguir una ciudad más sostenible y habitable, gracias a la movilidad peatonal y ciclista, entre otras medidas.

– En Bruselas desde la primera semana de mayo tienen prioridad los ciclistas y los peatones. Además, han limitado la velocidad a 20 km/hora en su centro histórico.

– En Estados Unidos, ciudades como Nueva York ven como los desplazamientos en bicicleta se incrementan y se habilitan carriles bici temporales con el objetivo de reducir el tiempo de exposición al virus entre sus ciudadanos.

Mientras que, en nuestro país Argentina, resulta fundamental para la aplicación de cualquier política pública que busque incentivar un mayor uso de la bicicleta como medio de movilidad por parte de la población, tener en consideración no sólo lo concerniente a la infraestructura vial sino también a los sujetos que serán destinatarios de esta. Siguiendo la información y los datos provenientes de estudios cuantitativos y cualitativos que realizó la ANSV, es posible trazar un perfil de los usuarios de bicicleta en Argentina, con relación a sus prácticas, motivaciones, significaciones y representaciones en torno al uso de la bicicleta y a su tránsito por la red vial urbana. Resulta de importancia aclarar que la mayor parte de los datos cuantitativos presentados a continuación son inéditos, ya que no han sido publicados anteriormente. Estos datos pertenecen a un estudio observacional de comportamientos viales de la población conductora de vehículos realizado por el Observatorio Vial de la ANSV en el cual se observaron 17.428 ciclistas en todo el territorio nacional, siguiendo la línea metodológica de los estudios observacionales de conductas que realiza y publica el organismo periódicamente.

 Los datos observacionales indican que, del total de 17.428 ciclistas observados en Argentina durante el año 2018, la mayoría pertenece a la región pampeana (49%), seguido por el NOA y NEA con 18,2% y 10,1% respectivamente. En cuanto a los conductores, se registró que el perfil de conducción de bicicleta es en su mayoría masculino (71%), mientras que el grupo etario que más la utiliza es el de los jóvenes entre 18 y 35 años (46,7%) La bicicleta es utilizada como modo de transporte, en tanto manera de movilizarse para actividades cotidianas y/o para trasladarse hacia y desde el espacio de trabajo o estudio. Por otro lado, también existe un uso recreativo o deportivo de la misma, principalmente desarrollado los fines de semana como forma de paseo de forma individual o familiar, generalmente en espacios verdes, o a lo largo de recorridos específicos y por parte de usuarios/as más específicos con fines estrictamente deportivos.

Como puede verse, la movilidad en bicicleta tiende a ser principalmente con fines recreativos, aunque su uso para desplazamientos hacia distintos destinos de corta o más extensa distancia también es muy común entre sus usuarios y usuarias. Las razones que explicitan los usuarios para elegir la bicicleta por sobre otros vehículos motorizados tienen ligazón a estos distintos tipos de uso. Entre las motivaciones se combinan factores variados, como ser beneficiosa para la salud y el medio ambiente, su uso recreativo o deportivo, razones de tipo económico y de practicidad. Para muchos de sus usuarios/as, la bicicleta constituye una opción saludable ya que permite hacer ejercicio físico al mismo tiempo que se realizan traslados rutinarios o paseos. La bicicleta también aparece como una opción económica de movilidad con relación a otros modos de transporte ya que su uso no implica un costo monetario, excepto el de su adquisición.

Asimismo, valoran la posibilidad de mayor autonomía y practicidad que su uso otorga por sobre otras opciones, dado que permite evitar los tiempos de espera que pueda ocasionar el uso transporte público, o la incomodidad que produce viajar hacinados en los mismos, y posibilita circular más fluidamente. Dada su nula contribución a la contaminación medioambiental, hay quienes agregan además el carácter ecológico de su uso como un aspecto positivo adicional para su elección.

Los datos preliminares de siniestralidad vial del año 2020 de la ANSV44 muestran que en dicho periodo hubo 125 víctimas fatales usuarios/as de bicicleta, representando el 4% del total de la mortalidad. En el año 2020 se registraron 3.138 víctimas fatales por tránsito (dato preliminar al momento de esta publicación). Si bien la participación de los y las ciclistas en el total de la mortalidad por siniestros viales es relativamente baja si se la compara con otros usuarios/as de la vía, los estudios demuestran que la falta de uso de elementos de seguridad vial y las transgresiones a las normas de tránsito son conductas habituales dentro de este segmento. Dicha situación expone a los usuarios de bicicleta a un mayor riesgo de padecer siniestros viales y de que estos deriven en muerte o traumatismo grave.

Uso del casco El bajo uso del casco es una de las prácticas inseguras recurrentes entre los usuarios y las usuarias de bicicletas, aun constituyendo el elemento de seguridad más importante en caso de caída o colisión. Los estudios observacionales muestran que sólo el 8,3% de los y las ciclistas observados en posición de conductor utilizan el casco al momento de circular en bicicleta, siendo menor todavía el porcentaje de uso en las ciudades de menos de 100 mil habitantes.

Respeto del semáforo Cruzar la calle con el semáforo en rojo aparece como una transgresión de tránsito habitual por parte de los y las ciclistas. Los resultados del estudio observacional dieron cuenta que solo la mitad de los y las ciclistas (52%) se detiene respetando la señal para luego cruzar en verde.

Entre las conductoras mujeres se observa una proporción más alta de respeto al semáforo (58,5%) respecto a la de los hombres (49,9%). En cuanto al rango etario, son los menores de 18 años los que más transgreden el semáforo en rojo (50,1%).

El respeto del semáforo es mayor en calles (57,2%) que en avenidas (50,4%) y en los días de semana (53%) que en los fines de semana (49,1%). La transgresión crece significativamente por la noche pasando del 39,5% con luz diurna al 54,9% con luz nocturna. Este comportamiento de riesgo no solo expone al ciclista que infringe la señal de semáforo, sino también a terceros como conductores motorizados y peatones, influyendo en el estado de alerta generalizado al desplazarse en la vía pública.

VISIBILIDAD

La visibilidad es un factor de relevancia para la seguridad de los y las ciclistas. En su carácter de usuarios/as vulnerables de las vías, el poder ser vistos por los usuarios motorizados, especialmente los de mayor tamaño como los transportes de carga y de pasajeros, influye en la disminución del riesgo para el ciclista al momento de circular. Si el uso de casco evita lesiones ante la ocurrencia de un siniestro, una buena visibilidad colabora directamente en la posibilidad de evitar la ocurrencia del siniestro. En este sentido, otras de las prácticas de riesgo en las que incurren los y las ciclistas están relacionadas a la falta de visibilización mediante luces o utilización de chaleco reflectivo. Tanto la iluminación como la retroreflectividad son de importancia para la visibilidad del ciclista por parte de otros vehículos cuando se circula en zonas de sombra o penumbra durante el día o en condiciones meteorológicas que afecten la visibilidad. El uso de indumentaria de tipo reflectivo permite que el ciclista pueda hacerse visible para otros conductores a una larga distancia entre los vehículos. Del mismo modo, atuendos de colores claros (blanco y amarillo) posibilitan su mejor visibilidad, aunque a una menor cantidad de metros de distancia, disminuyendo progresivamente cuanto más oscuras sean las vestimentas. La ubicación también incide en la visibilidad durante la circulación, dado que todos los vehículos poseen puntos ciegos, mayormente los de gran tamaño, limitando el campo de visión de sus conductores en áreas alrededor del mismo y creando zonas de riesgo para el ciclista. Maniobras mediante las cuales estas áreas son ocupadas representan un riesgo mayor para un usuario vulnerable como el ciclista, por lo que el respeto entre ambos vehículos a la distancia correspondiente evita situaciones de proximidad, en donde al conductor no le es posible observar y una maniobra puede poner en riesgo la integridad física y la vida del ciclista. Por otra parte, es muy baja en bicicletas la incorporación de espejo retrovisor, que permite una mejor visibilidad del resto de los vehículos, alcanzando solo el 1,4% de uso.

DISTRACCIONES

De acuerdo con el estudio observacional, el 18,7% de los y las ciclistas presentaban al menos un factor de distracción al momento de circular. Dentro de ellos, los jóvenes representan el segmento etario donde mayor cantidad de conductores distraídos se observan, especialmente entre los 18 y 35 años. Contrariamente, el porcentaje decrece progresivamente en los grupos de conductores de mayor edad. Los principales factores de distracción registrados en ciclistas son la portación de objetos sobre sí o en las manos (8,3%) y el uso de auriculares mientras pedalean (7,7%). Estas prácticas aumentan el riesgo ya que reducen la capacidad de maniobra de quien conduce o afectan el sentido auditivo, perdiendo noción de lo que sucede alrededor. Por su parte, el uso del celular registrado es bajo (2,1%) si se lo compara con los anteriores factores.

CICLISTAS Y SEGURIDAD VIAL

Las razones que subyacen a las conductas inseguras observadas en los y las ciclistas parecen estar vinculadas al modo en que muchos de éstos se conciben en tanto usuarios/as de la vía que forman parte de la red vial. Por un lado, a pesar de reconocer como irresponsable la falta de uso de elementos de seguridad, como casco y luces, el hecho de que el uso de la bicicleta sea concebido como ocasional y recreativo aparece como excusa para su no utilización. De esta manera se relativiza la peligrosidad de la conducta basándose en la poca frecuencia de su uso, no tomando entonces conciencia real de la posibilidad de verse igualmente involucrados en un siniestro vial. Por otro lado, el incumplimiento de las normas de tránsito puede vincularse a que muchos/as ciclistas se consideran exceptuados de las mismas, del control y la sanción por su transgresión. En este sentido, es importante comprender el lugar que ocupan los y las ciclistas dentro de la red vial con relación al resto de los actores de esta. De acuerdo con los estudios realizados, la percepción generalizada entre los múltiples actores de la vía pública es que la misma se rige bajo una lógica de “ley de la selva” donde las propias necesidades individuales tienden a imponerse por sobre la normativa, primando en muchas ocasiones las conductas egoístas por sobre la consideración de los otros actores al momento de circular. Así, la variedad de actores, automovilistas, motociclistas, ciclistas y peatones se ven frecuentemente en un “estado de alerta” ante la posibilidad de verse involucrados en situaciones de conflicto durante su desplazamiento por la red vial dado el incumplimiento generalizado de las reglas de tránsito. Dentro de esta lógica que impera en las calles, los y las ciclistas se ven en situación de “confrontación” con otros actores en cuanto a los modos de uso y ocupación de la vía pública. Como principal actor de riesgo para su seguridad señalan a los automóviles, que al no usar las reglamentarias luces de giro o de balizas, al arrancar sin dar aviso cuando están estacionados o al no mirar hacia atrás al momento de abrir la puerta del vehículo, producen situaciones que ponen en peligro la integridad física de los y las ciclistas. Por su parte, los colectivos y camiones también son señalados por ocasionar situaciones en las que no les ceden el paso, los “encierran” al querer doblar o les “tiran el coche encima” al no visibilizar a la bicicleta o imponerse por la diferencia de tamaño. Respecto a los peatones, en las ciudades con ciclovía, remarcan que estos bajan al carril al esperar para cruzar o no miran hacia ambos lados al momento de hacerlo. Dado que el grado de exposición los convierte en usuarios/as vulnerables en caso de un siniestro ante estos vehículos, los y las ciclistas suelen ser precavidos ante ellos pero no sucede lo mismo con respecto a los usuarios/as más débiles de la red vial como lo son los peatones. Por este motivo, los y las ciclistas son señalados por los peatones por no cederles el paso, frenar sobre la senda peatonal o circular indebidamente por la vereda. Mientras que los conductores de autos, colectivos y camiones consideran que los y las ciclistas realizan acciones irresponsables, como cruzar con el semáforo en rojo o circular a contramano, que aumentan las probabilidades de que ocurra una colisión contra ellos

CONCLUSIONES

Formalizar e integrar a los y las ciclistas como actores en el tránsito, Los y las ciclistas manifiestan que no se sienten o no son percibidos como parte de la red vial. En este sentido, reconocer a la bicicleta como un vehículo más dentro de la red vial y concientizar acerca de sus derechos y obligaciones a todos los actores de la vía, colaboraría para su integración y cumplimiento de las normas. Invitando a que más vecino Bariloche se sumen al esfuerzo y que utilice de forma permanente la bicicleta como un medio de transporte alternativo y real en los desplazamientos urbanos o por lo menos céntricos de nuestra ciudad.

*ANALISTA DEL CENTRO DE INVESTIGACIÓN FORENSE, CIENCIA Y NUEVAS TECNOLOGÍAS

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