Gastronomía: se requieren medidas urgentes para poder enfrentar la crisis y evitar que sigan cerrando restaurantes

Por Cecilia Russo.

La gastronomía en Argentina emplea de manera formal y directa a más de 350.000 personas. Esos puestos están en riesgo, de acuerdo a las declaraciones de los emprendedores del sector.

Así lo expresaron a través de una campaña nacional, “No Más #SillasAlReves”, en la cual indican que, “mientras el país pierde el 20% del trabajo, el sector pierde el 75% desde el comienzo de la pandemia.  Cada día que pasa 90 locales gastronómicos se ven obligados a cerrar, sin poder afrontar sus compromisos".

“La campaña apunta a evitar el cierre masivo de todo tipo de establecimiento gastronómico. Lo que puntualmente se pide a los gobiernos nacional, provincial y municipal es la reducción inmediata de la carga impositiva”, explicó a ANB Matías Bollinger, del restaurante Alto el Fuego.

Si bien la campaña es en todo el país, el pedido es el mismo en todos los establecimientos y para los gobiernos nacional, provinciales y municipales de todo el territorio nacional: Medio IVA como sucede en la Comunidad europea, continuidad del programa ATP hasta marzo próximo, rebajas de aportes y contribuciones, no pago de Ingresos Brutos por seis meses y luego que la tasa se reduzca en un 50%, y apertura inmediata con protocolos.

“Lo que pedimos es ayuda para sobrevivir”, expresó también, a este medio, Manuel García Susini, titular de los establecimientos Bahía Serena y Kandahar; e indicó que, en Bariloche puntualmente, “pedimos poder abrir de noche, ya que la mayoría de las personas trabajan hasta las 19 horas, y hay tiempo hasta las 20 para ir a cenar”.

“Las idas y vueltas en las medidas nunca contemplan nuestro rubro. Estamos preparados y con todas las medidas de seguridad, seguimos manteniendo el empleo y generando deudas enormes para poder sostener a los trabajadores y nuestras familias”, manifestó García Susini.

Consultado por cómo los afectó la pandemia y las restricciones en los locales gastronómicos, Bollinger señaló que “permanecimos cerrados por más de cuatro meses, los ingresos se redujeron a cero. Nosotros no recurrimos al delivery o take away, ya que consideramos que nuestro producto no llegaría en condiciones óptimas a nuestros clientes. Si bien los programas de asistencia nos ayudan a mantener la nómina de empleados, los costos fijos siguen siendo altísimos”.

Por su parte, en Bahía Serena y Kandahar, si bien optaron por la opción de envíos a domicilio “solamente significó un 7% de la facturación habitual. Y con la apertura al público con protocolos, logramos llegar al 20%”, figuró su dueño.

“Psicológicamente estamos destruidos, no hay perspectivas de un buen futuro y el personal está desmotivado; entienden la situación, pero necesitás mejorar sus ingresos. Los propietarios no podemos cumplir como lo hacíamos habitualmente y eso genera roces y desgastes”, manifestó García Susini.

Ambos propietarios coincidieron en que “la crisis es muy grande” y se requieren "medidas urgentes para evitar que sigan cerrando restaurantes".

“Lo que tenemos que hacer es trabajar en los protocolos y ser conscientes, pero no podemos detenernos por esto. Hay que enfrentarlo y la mejor forma de hacerlo es trabajando y viviendo responsablemente”, manifestaron.

En cuanto a la petición para implementar medidas por parte de los gobiernos, están juntando firmas a través de la plataforma change.org. (ANB)