miércoles 17 de abril de 2024

Bernasconi: “La literatura genera musculatura en la imaginación”

El escritor e ilustrador Pablo Bernasconi nos abre las páginas de su historia sobre la pasión por los libros, la lectura y los autores que lo han inspirado. Hoy celebramos el Día Internacional del Libro, así.

jueves 23 de abril de 2020
Bernasconi: “La literatura genera musculatura en la imaginación”

La fecha es clave: un 23 de abril de 1616 fallecen los escritores Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. Motivos sobraban para que se instaurase, un día como hoy, la celebración mundial del libro.

En este contexto, el multifacético autor Pablo Bernasconi, con residencia en Bariloche, habló con ANB para contarnos de sus lecturas favoritas, el amor por los libros y las nuevas propuestas de literatura en épocas de cuarentena.

ANB: Si tuvieras que contar cómo entraste al mundo de los libros, ¿qué podrías decir?

P.B: Creo que fue como todo el mundo, a través de la lectura, como una persona fascinada por la tinta, el papel y las letras sobre ellos. Me parece que ese lugar donde están las historias, donde uno tiene una caja de Pandora, donde hay mundos por descubrir, por entender por decodificar e imaginar, es el lugar que más me fascinaba de chico. Mi mamá tenía una biblioteca muy grande, con muchos libros y yo la iba escalando a medida que la podía entender. Siempre digo que los libros de niños estaban en los estantes de abajo, y los de adultos, más arriba. Entonces a medida que iba creciendo, también iba ganando altura en la literatura que consumía.

ANB: ¿Qué estás leyendo?

P.B: Estoy leyendo mucha poesía, porque estoy abocado también a escribir en verso, entonces estoy tratando de encontrarme con el registro del género y diferentes voces. Estoy releyendo a Alejandra Pizarnik, a Roberto Juarroz, a un escritor que me gusta mucho y descubrí hace poco que se llama Charles Simic. Siempre también releo a ítalo Calvino, siempre está entre mi estante de greatest hits; en mi mesa de luz tengo Las Cosmicómicas de él. Y también estoy leyendo un libro de John Berger, que se llama La libertad de Corker. Por lo general, leo varias cosas a la vez. También me gusta mucho la historieta, y estoy leyendo algunas cosas que descubrí hace poquito de Neil Gaiman:  estoy con The Sandman.

ANB: ¿Cuáles fueron los autores que te inspiraron a hacer lo que hacés?

P.B: Empezaron por Argentina, y por la historieta: Fontanarrosa, Quino; Me inspiró la Revista Humi, que era la edición infantil de Humor. Ahí estaba la mayoría que escribía para adultos, pero para niños. Era maravillosa. Después pasé a la Revista Fierro, a leer c cosas más de adolescentes.

Los autores que me inspiraron tienen que ver con la imaginación. Me gustan mucho los escritores que apelan y exigen del lector que ponga en práctica la musculatura de la imaginación. Y ahí entra siempre Borges, Cortázar, otra vez Ítalo Calvino. En su momento leía mucho ensayo, y allí estaba Umberto Eco. En la universidad aparecían lecturas que tenían que ver con el código del lenguaje, con la semiología. Leí mucho, en una época a Roland Barthes, un escritor semiólogo y filósofo que me enseñó y me formó mucho. Durante un tiempo, leí mucho sobre ciencia: Stephen Hawking, libros de divulgación en general.

Leo de todo un poco, depende de los intereses que vaya acumulando, desde naves espaciales y ciencia ficción con Philip K. Dic y Ray Bradbury, hasta novelas más costumbristas del lado de García Márquez. Cuando agarro un género, trato de tomar muchos autores hasta que con uno me siento más afín.

ANB: La lectura de un libro siempre es algo interesante, pero ¿qué papel juega esta actividad en cuarentena?

P.B: Los tiempos de cuarentena obligan a un estado de conciencia: necesitamos meternos para adentro, hasta por ley, y ahí podemos encontrarnos con muchas cosas, muy llenas o muy vacías. La lectura se adecua a eso y nos ayuda a que en ciertos vacíos se produzca sentido. La literatura genera musculatura en la imaginación. Uno va progresando, evolucionando y la propia imaginación de las personas se va desarrollando, y eso es a través de la lectura. Más allá de lo que uno lea, siempre es positivo.

ANB: Desde tus redes sociales, compartís la propuesta “Un cuento por día”, donde publicás e invitás a la lectura de tus relatos. ¿Qué devolución tenés de la gente? ¿Cómo surgió esta iniciativa?

P.B: La verdad que entendí que, así como yo leía muchas historias por día, quizás mis libros en estos momentos, donde no hay librerías los podía ofrecer de a poquito, como libros en cuotas. Se me ocurrió que podía generar un lindo momento y darle un color diferente a estos días que son todos del mismo color. Capaz la literatura, los cuentos, cada uno apelando a emociones diferentes, podían colorear y poner un círculo cromático para cada día. Un día, hay un cuento dedicado a la tristeza, azul; otro día, un cuento más humorístico, y tiene un color más verdoso; otro día es un cuento que tiende más a la reflexión y va a ser un violáceo. Me parece que detrás de las lecturas, hay algo que podía ayudar a la gente a atravesar este momento.

ANB: En esta cuarentena, ¿Cómo es el lugar donde trabajás?

P.B: Es el mismo donde trabajo cuando no estoy en cuarentena. La lección es que estoy en cuarentena hace 25 años, porque trabajo en casa. En cuanto al modo de trabajo no me modificó en, prácticamente, nada. Incluso trabajo con personas de Buenos Aires y de otros lugares del mundo y siempre lo he hecho través de la web. Estas conferencias, charlas o reuniones virtuales, yo las tengo desde hace tiempo. El estudio está en mi casa.

ANB: En el Día del Libro ¿cuáles son las reflexiones sobre los libros, la lectura, la industria?

P.B: El libro es una herramienta indispensable para el enaltecimiento del intelecto humano y para la evolución del género, como seres pensantes, conscientes y que tienen un lugar en este mundo y son responsables de él. El libro ayuda a eso. El libro nos trae la historia, el futuro, el pasado, las posibilidades. Uno puede soñar en el libro, asustarse y cambiar sus reacciones, sus maneras de hacer las cosas. El libro, incluso tiene una ventaja física que es apelar al cariño: Hay libros que uno los lleva en el corazón y los abraza. Uno entiende que en cierta medida ha entrado a un libro de una forma y ha salido de otra. Eso nos ayuda siempre a volver esta “máquina” de la inteligencia, un artículo imprescindible y esencial. Es inimaginable lo que hubiese pasado en una pandemia así, si no hubiésemos tenido libros, literatura, música o cine. La cultura, el intelecto, la imaginación nos ayudan a transportarnos de maneras mucho más esenciales que un avión. Y eso yo lo agradezco. (ANB)

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