miércoles 1 de mayo de 2024

A diez años de haber llegado a la cima del Everest, al "techo del mundo"

Carlos "Charly" Galosi fue uno de los cinco barilochenses que formó parte de la inolvidable Expedición Argentina - Everest 2010. Los recuerdos, a una década del gran logro.

domingo 05 de abril de 2020
Una alegría inexplicable. Pura emoción. Bariloche en lo más alto del Everest.
Foto: gentileza.
Foto: gentileza.

El recuerdo está a flor de piel, como no estarlo. "Sí, estaba al tanto de la fecha y que se venían los diez años. La idea es juntarnos con los chicos y recordar ese momento. Estamos todos en Bariloche y nos vemos seguido. Claro que todo dependerá del día a día y poder superar este momento”, contó el reconocido montañista y experimentado deportista local Carlos “Charly” Galosi ante el llamado de ANB para volver en el tiempo y recordar la gran experiencia de haber alcanzado la cima del “Techo del Mundo”, el Monte Everest en mayo de 2010 junto otro cuatro barilochenses, todos representando al club Andino Bariloche, que formaron parte de la Expedición Argentina – Everest 2010. Fue la primera vez que un equipo, integralmente argentino, hizo cumbre en ese lugar del planeta.

En el Bicentenario de la Revolución de Mayo, el 23 de mayo en Nepal, aún 22 en el casi cierre de la jornada argentina, el grupo de cinco andinistas argentinos lograron el cometido luego de una gran tarea, una que duró más de 70 días.

A las 8.20 de Nepal (8 horas y 45 minutos menos en Argentina), los barilochenses Ramón Chiocconi, Marcelo Deza, Carlos Galosi, Alvar Puente y Leonardo Proverbio hicieron cumbre y plantaron la bandera argentina, compartiendo este logro junto a los experimentados hermanos Damián y Guillermo Benegas, quienes ya sabían lo que era respirar aire y elevar los brazos en el lugar más alto del planeta, a 8.848 metros sobre el nivel del mar.

"El objetivo fue promover el montañismo"
Los representantes del club Andino iniciaron la expedición en marzo de ese año y de manera paralela se sumaron los hermanos Banegas, un aporte clave en lo logística. La cima del Everest los tuvo por espacio de una hora y luego de recuperar energías, emprendieron el camino de regreso hacia el campamento.

“Los recuerdos son muy lindos, es fantástico poder llegar a un lugar que es ícono para todo montañista. El objetivo estuvo apuntando al después, el de promover el montañismo, llegar a más gente y más lugares y se pudo lograr. Al regreso pudimos contar nuestra experiencia, poder estar en las escuelas e incluso armar un video con todo lo vivido en esta expedición”, recordó Galosi quien vivirá, un año después, otro espectacular logro: tener el récord argentino y uno de los mejores registros mundiales en ser el más veloz en ascender y descender del Aconcagua, conquista que le demandó 17 horas en enero de 2011.

El proyecto de la expedición nació en 2008 y se fue consolidando con el paso del tiempo, hasta el inicio del camino hacia la cumbre, en marzo de 2010. En el medio estuvo el trabajo de buscar el respaldo económico. Para ello fue clave el aporte del montañista y director de la expedición, Francisco Minieri Saint- Béat.

"Es un lazo de unión que quedará para toda la vida"
La expedición tuvo a favor que se desarrolló de la mejor manera posible, pero en tamaño desafío y luego de tantos días, siempre surgen complicaciones. Pero nada pudo con la unión grupal, la experiencia y la pasión que sumaron entre todos.

“Lo vivido en esta expedición permanecerá siempre en el recuerdo. En el grupo se forjó un lazo de amistad que perdurará para toda la vida. Es una relación, un lazo de unión que quedará para toda la vida. Fue una vivencia muy fuerte, compartiendo muchas semanas, compartiendo muchas cosas con un grupo fantástico”, agregó “Charly”, hoy de 45 años y quien luego de ser gran protagonistas de competencias y expediciones, tiene bien en claro que la principal meta de su presente es la docencia y el poder ayudar a volcar toda su experiencia sobre jóvenes y quienes deseen sumar en la preparación para pruebas y desafíos.

“Hoy la meta es poder trasmitir las experiencias que uno tiene, en especial en la etapa de formación, a los más jóvenes. Uno siente que está llegando a la etapa de la longevidad deportiva, con un lindo pasar por el atleta elite, sumando mucha en esa fase, con diferentes competencias y desafíos, pero ya voy pensando en otra etapa. Creo que cada etapa, cada logro tiene algo de especial, de único, su encanto y el Everest fue parte de una época dorada, una gran conquista, pero también guardó muchas más en el recuerdo y valoración como el tener el récord argentino en ascender y descender del Aconcagua, las experiencias en los cerros Fitz Roy Y Torres y entre otros”, destacó quien dejó su huellas en grandes competencias, recorriendo diferentes escenarios en Europa, como Francia, Italia, España y Suiza y con pasos por México, Uruguay, Chile, Ecuador, Brasil y Australia.

Claro que los proyectos para seguir sumando desafíos no se detienen y siempre están sobre la mesa. “Siempre hay contactos, ideas y claro que ante su consulta sobre si volvería al Everest, la respuesta es sí, pero también hay otras expediciones posibles y es cuestión de planificar. Uno a su ritmo siempre va y sigue. Hace 25 años la energía era otra y la intensidad también, pero se mantienen, aunque a otra velocidad y todo va más tranquilo. Uno sigue estudiando, creciendo, incorporando y quizás esas son cosas que no figuran en los pergaminos, pero que te hacen muy feliz. Everest fue un momento glorioso, como cada uno de los vividos y cada uno tiene un gran valor”, concluyó quien luego de sumar innumerables presencias en las grandes competencias del mundo, también fue Olimpia de Plata en 2004. (ANB)

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