viernes 26 de abril de 2024

Una asociación para personas con autismo necesita ayuda urgente

Funciona hace más de veinte años gracias al trabajo silencioso de padres y profesionales. Hoy piden la colaboración de todos para no cerrar sus puertas.

martes 03 de septiembre de 2019
La asociación funciona en Bestchedt 1878 de lunes a viernes de 9 a 17,30.

Comenzó hace más de veinte años como parte del esfuerzo de un grupo de padres que no se resignaba a ver a sus hijos sin posibilidades. Tras mucho trabajo y pasos legales, en junio de 1997 abría formalmente sus puertas la Asociación Civil Esperanza, un espacio para personas con autismo o retrasos madurativos, que no contaban con atención en el hospital zonal.

“El problema fue que cerró el hospital de día que trataba a los chicos con autismo o psicosis y nos quedamos a la deriva. Nuestros hijos no podían ir a Salud Mental, tampoco a escuelas especiales y nos sugirieron que armáramos una asociación de padres”, indicó a ANB Zulma Páez, una de las impulsoras de esta institución que está ubicada sobre Bestchedt 1878.

La asociación abrió sus puertas en junio de 1997.

Lo primero en atravesar fueron los escollos legales que debían cumplir para tener la asociación legalmente habilitada. Una vez que sucedió eso, desde el IPPV (Instituto Provincial Para la Vivienda) le dieron en comodato un pequeño salón en el barrio 204 Viviendas que antes solía funcionar como estafeta postal.

“Cuando emprendimos esta lucha éramos 12 o 13 padres”, recordó Zulma quien tiene tres hijos que asisten a diario a Esperanza. Con el esfuerzo propio de los integrantes de la comisión directiva, se dividió el salón y se modificó para que haya consultorios y salas separadas.

Actualmente, asisten 13 personas con autismo o retraso madurativo y están prontos a incorporar a un paciente más. La asociación funciona de lunes a viernes de 9 a 17,30 y está dividida por edades. A la mañana concurren los adultos mientras que en el horario de tarde, asisten los más pequeños.

Durante la mañana asisten los pacientes adultos y a la tarde concurren los más pequeños. 

Unos 20 profesionales componen el equipo de trabajo que a diario brinda musicoterapia, kinesiología, fonoaudiología, psicomotricidad, educación física, natación, psicología, terapia ocupacional, entre otras funciones.

La asociación se mantuvo siempre a pulmón, gracias al enorme esfuerzo de los padres y familiares de los chicos que asisten, que se pusieron al hombro una tarea nada fácil. “Siempre fue difícil conseguir subsistir, pero siempre nos la ingeniamos, aunque es desgastante estar continuamente pensando si este mes vamos a poder cubrir los gastos o no”, indicó Clide Páez, otra integrante de la Comisión.

Los profesionales de la institución son pagados a través de las obras sociales de quienes asisten, pero esto no deja de presentar un problema. “La realidad es que demoran muchísimo en los pagos, tenemos que andar atrás de cada obra social porque algunas nos adeudan pagos hasta de 2018”, explicó la secretaria de Esperanza, Fernanda Alderete.

Actualmente son trece las personas que asisten de lunes a viernes al salón de la asociación. 

En este sentido, las mujeres señalaron que finalmente la atención a los chicos es “prácticamente gratis” y añadieron que “las obras sociales ajustan sus cuotas pero a nosotros no nos actualizan la deuda a la par de la inflación”.

En algún momento, el gobierno provincial supo ayudarlos con un subsidio, pero hace ya tres años que no reciben aportes de ningún tipo. Hace pocos días, el municipio dispuso de un transporte para los traslados a la pileta donde practican natación, y “es una gran ayuda porque los remises nos salían muy caros”, mencionó Clide.

La situación para la asociación se pone cada vez más cuesta arriba. A las demoras y trabas de las obras sociales como Ipross, Osecac, Pami o Aca Salud, se suma la falta de ayuda oficial que les aliviane la carga. La comisión directiva de todas maneras apuesta a continuar, y apelan a la solidaridad de la gente para eso.

El municipio se comprometió a ayudarlos con el transporte para llevar a los pacientes a pileta. 

Actualmente tienen como objetivo, recaudar premios para organizar una rifa y además, recolectar ropa, calzado u objetos del hogar para ferias americanas. “Todo lo que nos puedan dar es bienvenido, todo será de ayuda”, resaltó Zulma.

Otra de las formas de colaborar es siendo un “socio protector”, es decir, con un aporte mensual, que parte de los 100 pesos, para solventar los gastos diarios que implica la asociación.

“No queremos que el trabajo de veinte años quede en la nada, es mucho esfuerzo, mucho tiempo el que le dedicamos a esto y cuando vemos el progreso de los chicos, muchos de ellos lograron ir a la escuela o salir a trabajar de acá, ahí sentimos una satisfacción enorme de saber que estamos haciendo bien las cosas”, dijo con convicción Clide.

El trabajo de la asociación, invisible para gran parte de la sociedad, es enorme. Los chicos con autismo o problemas mentales, motrices o similares, encuentran un espacio donde recrearse, aprender, mejorar y crecer.

Lamentablemente, muchas veces pasa la labor que realizan pasa desapercibida “porque no tenemos ningún fin de lucro”, remarcaron las mujeres.  “No es la primera crisis que atravesamos, vamos a salir de esta con esfuerzo, pero no vamos a bajar los brazos”, enfatizó Fernanda.  (ANB)

 

* Para colaborar con la Asociación Esperanza se pueden comunicar al 442-8365.

 

 

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