jueves 28 de marzo de 2024

Galaverna: “Lo que me pasa a mí con mi candidatura no es personal, es político, es sistémico”

Andrea Galaverna publicó una carta abierta refiriéndose a los motivos que la dejaron fuera de la elección. Apuntó contra “la política patriarcal, que a regañadientes acepta el cupo femenino”.

jueves 22 de agosto de 2019
Galaverna: “Lo que me pasa a mí con mi candidatura no es personal, es político, es sistémico”

La candidata a intendenta del Frente Grande, Andrea Galaverna, publicó en sus redes sociales una carta abierta manifestando su opinión luego que se conociera el nuevo formato de la boleta única sin su candidatura.

“Fue a mí a quien se la acuso de no llegar a la unidad, fue a mi entorno al que se desconoció como construcción valida, fue a mí a quien se acusó de trabajar para la oposición, fue a mí a quien intentan sacar del camino, fue a mí a quien le aplicaron la fuerza de la ley que nunca es neutral en cuestiones de género”, destacó la exdefensora del Pueblo.

En otro tramo del texto señala que cuando la acusan de “inorgánica”, quieren decir que se niega a “formar parte de un órgano social que es la política patriarcal, que a regañadientes acepta el cupo femenino, y mantiene la llave de los permisos que podemos tener las mujeres”. Sobre la denuncia que la termina dejando fuera de la competencia por la intendencia de Bariloche apuntó que “se carga visceralmente sobre un error formal mío, y se soslayan los antecedentes de un candidato varón que fue gestión, y nos dejó con un juicio millonario que pagaremos los barilochenses, en detrimento de emergencias vitales como es el hambre”.

Hacia el final de la carta, destacó que “hoy nadie discute que es política la violencia contra las mujeres, analizándola desde el extremo de la subordinación. Ahora si la mujer no se subordina, ¿qué herramientas se ponen en juego? Lo contesto……el disciplinamiento! con la herramienta que se disponga, aunque esa vaya contra el derecho a participar democráticamente”.

Carta completa de Andrea Galaverna:

Quiero expresar algunas reflexiones sobre lo que sucede con mi candidatura a intendenta de la ciudad.

Contando un poco de mi vida, soy militante de los derechos de las mujeres, hace mucho tiempo, me han visto en la calle en la lucha infinidad de veces. Participe en la construcción de redes de mujeres y en el 2010 colabore con la sanción de la ordenanza sobre la semana de acciones contra la violencia hacia las mujeres, he acompañado personalmente víctimas de violencia ante la justicia y otras instituciones del Estado, he participado en muchos foros hablando de mujer y salud. Fui en un corto plazo la primera subsecretaria de Mujer y Juventud durante la gestión de Omar Goye en la intendencia de Bariloche. Siendo Defensora del Pueblo de nuestra ciudad, construí una institución del estado con perspectiva de género, convencida que las vulneraciones de derechos son diferentes según se sea varón o mujer. Desde ahí pude palpar no solo la subordinación de las mujeres al poder patriarcal, sino que pude claramente sentir en carne propia la descalificación que se hacía de una mujer en un cargo político por tener vuelo propio y no depender de un hombre para estar donde estaba. La facilidad con que se descalificaba mi opinión, las múltiples insinuaciones que se hacían planteando que no entendía nada de política.

No es un descubrimiento nuevo para mí, lo que hoy pasa en Bariloche.

Y desde ya no es a título personal que lo planteo, las mujeres entendimos que para defender nuestros derechos debíamos llevar al terreno político nuestros reclamos de igualdad y equidad. La famosa frase de lo personal es político no es cartón pintado.

Lo que me pasa a mí con mi candidatura no es personal, es político, es sistémico.

Fue a mí a quien se la acuso de no llegar a la unidad, fue a mi entorno al que se desconoció como construcción valida, fue a mí a quien se acusó de trabajar para la oposición, fue a mí a quien intentan sacar del camino, fue a mí a quien le aplicaron la fuerza de la ley que nunca es neutral en cuestiones de género.

Aun miro los ojos de nuestros compañeros varones que no logran entender la virulencia de los ataques, que no logran pasarlo por el cuerpo. Bienvenidos al mundo de la subordinación.

Compañeros esto es lo que nos pasa a las mujeres, no a mí, a todas. Recuerden las tapas de Noticias contra nuestra presidenta. Esto no es victimizarse es simplemente tratar de comprender las herramientas que la política tiene, al momento de aceptar mujeres en la política sin padrinos que te habiliten.

Es ahí cuando me acusan de inorgánica, o sea formar parte de un órgano social que es la política patriarcal, que a regañadientes acepta el cupo femenino, y mantiene la llave de los permisos que podemos tener las mujeres.

No desconozco que cometí el error de dejar una puerta abierta para que esto suceda, pero ¿hubiera pasado esto si el candidato era varon?

¿Hubiera tenido habilitadas estrategias de negociación o judiciales que acá se vedaron? ¿La justicia hubiera dicho que era necesario buscar los mecanismos para garantizar la participación y los derechos políticos de quienes quieran votarnos, como hicieron con Gennuso en el 2013 que sin partido político lo habilitaron a presentarse?

Se carga visceralmente sobre un error formal mío, y se soslayan los antecedentes de un candidato varón que fue gestión, y nos dejó con un juicio millonario que pagaremos los barilochenses, en detrimento de emergencias vitales como es el hambre. O un intendente en funciones que opta por mecanismos opacos a la hora de administrar los dineros públicos.

Esto es solo para que se analice la vara con que se nos mide a las mujeres al momento de poner en tela de juicio nuestra legitimidad de ser elegida o de participar.

No me llama la atención los silencios, la colonización de la acción política por el patriarcado muchas veces desluce las luchas que creemos llevar adelante.

Estas situaciones nos ponen en una clara revelación que la sororidad (solidaridad entre mujeres) está condicionada , a aceptarse , en tanto juegue el juego de quien la habilita.

La sororidad es un instrumento que tiene el feminismo para conseguir la igualdad, no es un mecanismo que uniformiza a las mujeres, no necesitamos pensar igual…solo identificar que lo que le pasa a una nos pasa a todas.

Hoy nadie discute que es política la violencia contra las mujeres, analizándola desde el extremo de la subordinación. Ahora si la mujer no se subordina, ¿qué herramientas se ponen en juego? Lo contesto……el disciplinamiento! con la herramienta que se disponga, aunque esa vaya contra el derecho a participar democráticamente.

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