Estudiar en el campo: una posibilidad para que los jóvenes no dejen sus parajes

Por Claudia Olate

Estudiar siendo poblador rural siempre tiene un doble de complejidad. Además de las distancias, las dificultades para llegar a las escuelas y para acceder a los materiales de estudio son muchas veces, trabas para quienes quieren concurrir a clases.

En la mayoría de los parajes, hay escuelas con albergues para los niños y niñas de nivel primario, pero la situación se complica aún más para aquellas personas que quieren iniciar los estudios en el secundario.

Para evitar el éxodo rural que se suele producir en estos casos, desde 2010 en Río Negro funcionan las ahora llamadas, Escuelas Secundarias de Río Negro Rurales y de modalidad virtual.

Aunque no es tan conocida, hay 25 escuelas distribuidas a lo largo de toda la provincia, a las que concurren alrededor de 400 jóvenes de parajes, poblaciones y pequeños pueblos alejados de las ciudades.

En Villa Llanquín hay nueve estudiantes en el secundario, en distintos años. (Foto: Marcelo Martínez)

“La idea es que los chicos y chicas no tengan que dejar sus pueblos”, indicó a ANB Gisela Vrkljan, tutora de la Escuela que funciona en Villa Llanquín, a la que asisten actualmente nueve estudiantes repartidos en distintos cursos, de 1 a 5 año.

La modalidad, pese a ser virtual, contempla las mismas materias que en cualquier escuela secundaria de las ciudades rionegrinas con dos orientaciones: Turismo y Ciencias Naturales.

Los estudiantes asisten a clases de lunes a viernes de 8,30 a 14. Tienen un tutor o tutora pero luego mantienen un vínculo virtual con los profesores que se encuentran en Viedma, quienes corrigen trabajos y exámenes y despejan dudas.

Actualmente, en la ESRN 10 de Villa Llanquín hay dos estudiantes que terminarán el nivel este año, sin haber tenido que irse de sus hogares. “La idea es que no tengan que dejar sus pueblos, esto muchas veces hace que abandonen o que ni siquiera empiecen la secundaria”, remarcó Vrkljan.

La modalidad, como toda implementación novedosa, necesitó de un tiempo para ganarse la confianza de la gente. “Al principio todos preguntaban si de verdad tenía validez el título o si los chicos aprendían lo mismo que en la ciudad”, recordó la tutora que viaja a diario a Villa Llanquín. Ahora, ya son cada vez más los jóvenes que eligen quedarse en sus lugares de origen para terminar el secundario.

En el caso de la ESRN 10, hay dos estudiantes que actualmente utilizan el albergue que en algún momento fue más concurrido, pero ya son cada vez menos los chicos que duermen allí. “Ellas vienen los lunes a caballo, se quedan toda la semana y los viernes se van”, indicó la mujer.

En una sala externa del edificio funciona el aula de la secundaria. Allí hay computadoras con conexión a internet que “mejoró en el último tiempo porque antes para mandar un trabajo, teníamos que desconectar todas las otras computadoras”, recordó la docente.

La escuela funciona en una pequeña sala externa del edificio aunque comparten el baño con los niños de nivel primario. (Foto: Marcelo Martínez)

“Desde 2015 ya no recibimos más computadoras. El programa Conectar Igualdad nos ayudó muchísimo, ahora las máquinas ya están viejas”, se lamentó Vrkljan.

Otra de las faltantes necesarias para los chicos es un baño propio. “Compartimos con la primaria, tratamos de que no entren los chicos más grandes cuando están los niños, pero sería bueno tener nuestro espacio propio”, sostuvo.

La cantidad de estudiantes en cada ESRN virtual varía. “Hay escuelas en las que hay 30 o 40 chicos y otras en las que son 4”, dijo la tutora antes de ingresar a clases en el paraje ubicado a menos de 40 kilómetros de Bariloche.

Los chicos así, no se alejan de sus hogares siendo todavía menores y pueden continuar estudiando. Además, la docente sostuvo que no son pocos los estudiantes que luego de finalizar el nivel secundario, deciden continuar con estudios terciarios o universitarios. La Escuela Secundaria de Río Negro rural y de modalidad virtual se convirtió así, en una herramienta más que importante para los pobladores del campo de la provincia. (ANB)