lunes 18 de marzo de 2024

Notosúquios: los cocodrilos australes extintos

Convivieron con los dinosaurios y sobrevivieron. En el pasado, fueron un grupo de reptiles sumamente diverso.

domingo 01 de octubre de 2017
Notosúquios: los cocodrilos australes extintos

Por Ari Iglesias* y Francisco Barrios

Los cocodrilos hoy, se conocen por tener un hábito particular: viven en lagunas y ríos de agua dulce y estuarios, mayormente sumergidos esperando por sus presas. Poseen un largo hocico lleno de poderosos dientes cónicos, con la nariz y los ojos dirigidos hacia arriba (para poder respirar y mirar a sus presas mientras tienen el cuerpo escondido dentro del agua) y un muy desarrollado sistema sensitivo en los labios para detectar cualquier movimiento bajo el agua.

El registro fósil de los cocodrilos permite ver que en el pasado fue un grupo de reptiles mucho más diverso que en la actualidad. Los primeros cocodrilos vivieron hace unos 220 millones de años (periodo Triásico de la era Mesozoica). En Argentina se han hallado fósiles de los cocodrilos más primitivos, denominados científicamente como Protosuchidae (que significa “primeros cocodrilos”) en rocas de edad Triásica en la provincia de La Rioja. Estos eran animalitos pequeños y gráciles con miembros delgados, parecidos a grandes lagartijas.

Los Cocodrilos ñatos australes

En los continentes del hemisferio Sur (América del Sur y África), en lo que fue el supercontinente de Gondwana, se desarrolló un grupo muy peculiar de cocodrilos de tamaño mediano, los Notosuchia (noto: austral; suchia: cocodrilo). Éstos, a diferencia de otros cocodrilos, no eran acuáticos o semi-acuáticos y por el contrario, estaban adaptados muy bien al ambiente terrestre; gustaban de caminar mucho por lo que sus miembros se ubicaban debajo del cuerpo (y no a los lados) por lo que se asemejaban más a perros que a lagartos. Motivo por el cual algunos miembros del grupo son llamados coloquialmente como “cocodrilos mamiferoides” (similares a mamíferos).

Los cocodrilos actuales y algunos extintos tienen una coraza de huesitos (osteodermos) embebidos en la piel en gran parte del cuerpo. Estos osteodermos habrían tenido una función como protección, regulación de la temperatura (o termorregulación), fuente de calcio para los huevos y para mejorar la locomoción. En los Notosuchia estos huesitos favorecieron la locomoción en el ambiente terrestre y en la termorregulación. La distribución de los osteodermos en el cuerpo de estos animales es reducida al contrario de los cocodrilos semi-acuáticos; sin embargo algunos llegaron a desarrollar verdaderas corazas en sus espaldas.

Los notosúquios fueron un grupo de cocodrilos que tenían principalmente hocico corto o ñato y alto con la nariz dirigida hacía el frente (nó hacia arriba) y un cráneo alto con ojos orientados hacia los costados (nó hacia arriba, como los acuáticos).

Formas que dominaron y hoy están extintas

Los fósiles nos demuestran que en el pasado remoto, y durante más de 100 millones de años, los notosúquios fueron diversos y representaron los cocodrilos dominantes en todos los continentes australes; al contrario de los cocodrilos acuáticos, que para entonces ya existían pero dominaban los continentes del hemisferio Norte.

Aún más, fueron un grupo de cocodrilos que tuvieron hocico corto y alto, con una boca plagada de dientes. La morfología del hocico de estos cocodrilos fue muy diversa (hasta bizarra en algunos casos), como una adaptación a su modo de alimentación. La morfología del hocico, con sus dientes, recuerda a otros animales, por lo que son conocidos con nombres muy particulares. Algunos ejemplos de estos extraños notosúquios son: el Kaprosuchus o jabadrilo (cocodrilo jabalí) hallado en Egipto, el Mahajangasuchus o hipopótadrilo (cocodrilo hipopótamo) hallado en Madagascar, el Yacarerani o ratadrilo (cocodrilo rata) hallado en Bolivia, el Anatosuchus o patodrilo (cocodrilo pato) hallado en Nigeria, y el Comahuesuchus o sapodrilo (cocodrilo sapo) hallado en las bardas de la ciudad de Neuquén como así también en la provincia de Río Negro.

Algunos tenían dientes aserrados como cuchillos adaptados para cortar y comer carne, como es el caso de los Sebecosuchia, feroces depredadores carnívoros que alcanzaron tamaños muy grandes, y que son los únicos cocodrilos que sobrevivieron a la extinción que devastó a los Dinosaurios (a fines del Cretácico). Algunos notosúquios llegaron a tener muelas adaptadas para comer plantas (¡ únicos cocodrilos veganos ! aunque seguramente comían huevos), otros tenían dientes adaptados para una dieta omnívora (animales y plantas).

Los notosúquios fueron abundantes y diversos durante todo el periodo Cretácico y se extinguieron hace unos 15 millones de años (periodo Mioceno de la era Cenozoica). En el tiempo en que vivieron, han podido pasar caminando de América del Sur a África debido a que no se había desarrollado aún el gran océano Atlántico que divide, en la actualidad, estos dos continentes. De esta manera, se registran fósiles muy parecidos de uno y de otro lado del Atlántico y fue una de las evidencias con las que contó el geofísico Alfred Wegener (en 1915) para su teoría de la unión de los continentes.

Convivieron con los Dinosaurios y los sobrevivieron

Como se desprende de lo anterior, los notosúquios tuvieron su mayor abundancia y diversidad en el mismo tiempo que dominaron los Dinosaurios. De este modo, los cocodrilos australes vivieron a la sombra de esos terribles lagartos. Probablemente, algunos notosúquios se alimentaban de pequeños dinosaurios, como así también de sus huevos y pichones de otros de mayor tamaño. Y muy probablemente también fueron la comida de muchos terribles dinosaurios carnívoros. En Brasil, se han encontrado fósiles de un Sebecosuchia (gran notosuchio depredador) con restos otro notosúquio más pequeño, lo que denota que también se comían entre ellos.

A fines del siglo XIX y principio del XX, algunos paleontólogos creyeron que los Dinosaurios habían sobrevivido a la gran extinción Cretácico-Terciario, ya que se hallaron fósiles de dientes aserrados como cuchillos (como los que tienen algunos Dinosaurios carnívoros) en rocas con mamíferos del Terciario en la provincia de Chubut. Tiempo después se determinó la identidad del portador de esos dientes, eran de los notosúquios del grupo de los Sebecosuchia (que tenían dientes muy similares); los cuales se extinguieron aproximadamente hace unos 15 millones de años, mientras que la mayoría de los Dinosaurios desaparecieron hacia los 65 millones de años atrás. Durante el inicio de la era Cenozoica, los Sebecosuchia también migraron hacía Europa y Asia, ya que también se encontraron fósiles por esos continentes.

Y… en Argentina?

En Argentina existen muchos fósiles de notosúquios en las rocas del Cretácico, principalmente en las provincias de Río Negro y Neuquén, y algunos en las provincias de Chubut y Santa Cruz.

El primer fósil de notosúquio hallado en el mundo proviene de las bardas del norte de la ciudad de Neuquén. Fue descripto y publicado en 1896 por un paleontólogo inglés (Arthur Smith Woodward), bajo el nombre de Notosuchus terrestris, que significa “cocodrilo austral terrestre”. Desde entonces se han hallado muchos fósiles de notosúquios en América del Sur (principalmente en Brasil y Argentina) y África.

Este año, paleontólogos argentinos han re-estudiado el cráneo y mandíbulas del Notosuchus y han llegado a describir muchas características que se habían pasado por alto en estos largos años de la ciencia moderna. El nuevo estudio de más de 60 cráneos permitió que los paleontólogos describieran en detalle el cráneo y las mandíbulas del cocodrilo austral terrestre más conocido y que diera nombre a este gran grupo de cocodrilos australes (Notosuchia).

Notosuchus tenía un hocico ñato con la nariz dirigida hacia el frente, ojos orientados a los costados y huesos en los párpados a modo de visera, dientes para una dieta omnívora, e importantes adaptaciones para un modo de vida terrestre. Entre otras particularidades: órganos del olfato bastante desarrollado, para captar partículas de olor del aire; cavidades accesorias en el oído, probablemente relacionadas para una mejor captación de sonido, y un pobremente desarrollado sistema sensitivo en los labios; caracteres muy diferentes a cualquier cocodrilo actual semi-acuático.

Los fósiles de cocodrilos evidencian que este grupo de reptiles no fueron siempre iguales y que tuvieron una larga evolución con diversas formas, habitando ambientes tan diferentes como el marino y el terrestre. Fueron y son un grupo sumamente exitoso si consideramos que surgieron antes que los Dinosaurios, convivieron con ellos y si bien algunos se extinguieron, el grupo que habitaba agua dulces continua hasta nuestros días luego de más de 200 millones de años de historia de vida sobre la Tierra.

* Paleontólogo del INIBIOMA, Bariloche (CONICET-UNCOMA)

+ Paleontólogo del Museo Olsacher, Zapala (CONICET, UNCOMA)

 

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