Belén Álvarez: “Quiero reencontrarme con la gente”

Por Nicolás Malpede

Belén Álvarez recibe a ANB en su Escuela de Música con mate y termo en mano. Sonriente, saluda con cordialidad. Hace un chiste. Está contenta. Se sienta en una silla. Al lado, su amado piano. En el lugar se respira arte. Instrumentos, fotos de sus alumnos en las paredes, más instrumentos. Finalmente, cruza una pierna por encima de la otra y se pone a la espera de la primera pregunta. Está a punto de comenzar una amena y profunda charla de una hora y media.

La artista local cantó por primera vez ante el público cuando tenía dos años. Fue en una iglesia evangélica. Es que ella y su familia son cristianos. “Creo muchísimo en Dios. Él atraviesa mi vida todos los días”, dice Belén, con la convicción a flor de piel.

“Prácticamente nací cantando (risas). Canté desde muy chiquita y empecé a componer cuando tenía 8 años. Al principio eran rimas y palabras sueltas. Algo muy básico. De a poco fui profundizando. Me gustaba mucho leer y eso me ayudó en gran medida”, cuenta la joven cantante de 35 años.

El 2003 fue un año clave en su carrera. Se consagró ganadora del primer concurso de canto organizado por el Casino Worest. La final se desarrolló en el ex cine Arrayanes y Belén cautivó al jurado y al público.

Tras su última performance, todos se pusieron de pie y la aplaudieron fervientemente. Era un buen empujón para continuar con su exitosa carrera, la cual había comenzado en 2012, cuando lanzó Íntima, su primer disco.

La placa está compuesta por bellas zambas, milongas y hasta temas de góspel, música que canta desde muy chica. Son bellas canciones escritas por la propia cantautora.

Luego de su consagración en el ex cine, Álvarez empezó a tocar en bares y casinos de la ciudad y de toda la región, junto a Emiliano Zamora, reconocido guitarrista y en ese entonces su pareja. “Durante aquel tiempo cantaba música pop internacional y nacional, y algún que otro tango. Era lo que había que cantar”, recuerda Álvarez.

“Fueron varios años muy intensos. Hacíamos tres shows por noche. Fue una época agitada y de mucho crecimiento en lo personal y en lo profesional”, señala Belén, quien allá por 2012 comenzó a cantar folclore.

“Con el folclore empecé a llegar al corazón de las personas sin filtros. Resultó ser un conector directo con el público”, sostiene.

Belén y la guitarra, su fiel compañera (foto: Emiliano Rodríguez). 

En noviembre de 2013 partió a Choel Choel con el bolso repleto de ilusiones. Fue a participar del Pre Cosquín, donde entonó "Ave" y "Sueño de zamba", dos canciones de su autoría. Fue finalista en el certamen y con su voz enamoró a los miembros del jurado, quienes le otorgaron dos merecidos premios por la mejor cantante solista femenina y por la canción inédita.

Belén siguió cantando. Nunca paró. En paralelo, llevaba adelante su Escuela de Música Aami (Academia Artística Musical Integrada), la cual días atrás cumplió nueve años de vida. En enero de 2017 llegó el gran día. Junto a Zamora y Juanjo Almonacid, saltó al escenario de Cosquín, en Córdoba.

ANB: ¿Cómo fue la experiencia en Cosquín?
B.A.: Fue espectacular estar ahí. Me sentí cómoda en el escenario. No estuve nerviosa, así que por suerte lo pude disfrutar mucho.
ANB: ¿Te gustaría volver?
B.A.: (Piensa unos segundos) Creo que volvería pero sin tener que competir en el Pre Cosquín (risas). Es muy desgastante todo y hay que implementar una logística importante para poder viajar y estar tantos días lejos de mi casa y de mis hijos Tomás (16) e Ignacio (10). Soy muy “canguro” con ellos.
ANB: ¿Era un sueño estar en Cosquín?
B.A.: Un sueño no. Era un gran anhelo que siempre rondaba en mi cabeza. Mis sueños van por otro lado.
ANB: ¿Por dónde van?
B.A.: Mis sueños están en mis dos hijos, en mi escuela, en mis alumnos, y en Dios.
ANB: Dios siempre presente…
B.A.: ¡Claro que sí! La primera vez que canté fue para Dios.

"Amo componer con lluvia de fondo". 

ANB: ¿Quién fue la persona que te inspiró para comenzar a cantar?
B.A.: Mi querida abuela Elisabeth Martínez. Ella es escritora. Siempre me apoyó en lo que hago. Fue mi musa inspiradora.
ANB: ¿Te arrepentís de algo?
B.A.: Me arrepiento de no haber estado tan presente como me hubiera gustado durante los primeros años de mi hijo Tomy. Fui madre a los 18 años. Era muy chica. No fue para nada fácil. Mi mamá fue un gran sostén en esos tiempos, y lo sigue siendo. Pero lamentablemente muchas veces para ser un artista completo hay que relegar cosas. No digo que esté bien, pero es lo que pasa.
ANB: ¿Y vos te definís como una “artista completa”?
B.A.: Sí, o al menos intento serlo. No soy solamente una cantante. Compongo, me produzco y trato de que mi formación sea cada vez más completa. Toco el piano y la guitarra, y actualmente estoy estudiando chelo y batería. Trato de llevar excelencia con mi música cada vez que me presentó en un show. Trabajo para que mi producción sea cada vez mejor.
ANB: ¿Cuidás mucho tu voz?
B.A.: Sí, la cuido. No fumo ni tomo. Igualmente, cada vez que subo a un escenario canto como si me fuera a morir al otro día. Dejo todo. No soy mezquina con mi voz.

Resurgir
La brillante carrera de Belén en los últimos dos años estuvo parada, por problemas personales. Con el acompañamiento fiel de su familia, amigos y allegados, poco a poco fue saliendo adelante. “Hubo mucha gente que siempre estuvo para darme una mano. Personas de mi entorno y también de los medios de comunicación, como el querido “Micky” Ruffa. Dios también tuvo mucho que ver. Él me fue sanando”, afirma.

La artista recuperó su fortaleza y ya prepara el próximo recital, el cual será el próximo 7 de julio en el Camping Musical Bariloche.

“Es un show en el que estará muy presente mi familia. Es que mi abuela está grande y nació mi sobrinito Noa. Se dieron una serie de hechos que me inspiraron y motivaron”, cuenta. En el evento habrá cuecas, rancheras mexicanas, boleros, tangos, zambas y mucho más.

ANB: ¿Qué es la música?
B.A.: Es el norte. Es el lugar a donde siempre tengo que ir. Es el regalo más lindo que Dios me dio, por eso siempre la escucho, la comparto, la produzco y la enseño. Lloro por la música. Me peleo con ella y después me amigo.
ANB: ¿Cómo sería tu vida sin la música?
B.A.: No la puedo imaginar. Es imposible. Sería una vida sin sentido. (ANB)