Frontera
Se registran largas colas y un colapso continuo en el paso Cardenal Samoré
El paso fronterizo Cardenal Samoré entre Argentina y Chile enfrenta serios desafíos de congestión, no solo durante los fines de semana largos sino también en días hábiles, evidenciando una problemática persistente en la zona.
A pesar de no ser fin de semana o feriado, el paso experimenta un colapso debido a la gran cantidad de vehículos que buscan ingresar y salir de Argentina. Este viernes, el paso fronterizo se vio abrumado por una extensa fila de vehículos, generando significativas demoras en los trámites aduaneros y migratorios.
Las largas esperas y las condiciones insostenibles en las instalaciones, como los baños colapsados, afectaron a más de 17.000 personas que durante el fin de semana de carnaval intentaron cruzar la frontera. La situación del domingo pasado, donde las demoras se duplicaron, forzando cierres temporales de las barreras de tránsito, parece repetirse incluso en días considerados de menor afluencia.
Residentes y viajeros expresaron su frustración ante estas demoras. Una experiencia compartida con ANB destacó el agotador trayecto de Osorno a Bariloche, que se extendió por muchas horas más de lo previsto, con largos periodos de inmovilidad vehicular.
Una vecina de la ciudad comentó en diálogo con ANB que salió desde Osorno hacia Argentina a las 14 horas de este lunes, llegando a Bariloche a las 22.30 horas. "Fue una locura. La aduana, la caravana de autos, fue todo muy cansador. En Chile estuvimos 2 horas parados en el mismo lugar", explicó la mujer.
La predominancia de vehículos chilenos sobre los argentinos refleja un patrón de tráfico que demanda una solución estructural. La situación en el paso Cardenal Samoré llama la atención sobre la capacidad de infraestructura existente y la gestión de los flujos migratorios.
Un vecino de Bariloche ofreció una perspectiva sobre las causas de estas demoras, sugiriendo que el problema no radica en la eficiencia de la Aduana o la falta de personal, sino en la abrumadora cantidad de personas que intentan cruzar. "No es que la Aduana sea lenta, le falte gente o el sistema no funcione en Argentina... Están pasando 8000 personas por día, entonces no hay forma de atajarla", explicó, agregando que, a pesar del volumen, los trámites son relativamente rápidos.
La persistente congestión, exacerbada tanto en días festivos como en jornadas regulares, refleja la necesidad de una revisión profunda de las políticas y la infraestructura fronteriza entre Argentina y Chile. El colapso recurrente en el paso Cardenal Samoré es un reflejo de la creciente interacción entre ambos países. (ANB)