sábado 20 de abril de 2024

Conducción

Manejar da alas

El perito Néstor Vidal hace un recorrido por la vida de Bertha Benz, una pionera en la automoción.

lunes 27 de septiembre de 2021
Manejar da alas

Por Néstor Vidal

Bertha Benz, nacida como Bertha Ringer, fue una pionera de la automoción alemana e inventora de la pastilla de freno para automóviles.

Fue una mujer libre. Un nombre seguramente desconocido para muchos o quizás, me atrevería a decir, para todos. Ella no solo fue la primera mujer al volante. También fue la primera persona, sin distinción de género, en manejar un auto en un trayecto de larga distancia. En el año 1888 condujo desde Mannheim hasta Pforzheim en Alemania. Un hecho realmente histórico que permitió lanzar a la fama mundial el auto que había inventado su marido.

Quizás si en vez de llamarla por su nombre de soltera la nombramos por su nombre de casada te suene: Bertha Benz. Se dice que ella fue tan importante como él para construir el prestigio de la compañía. Un dúo donde era muy difícil decir quién era el piloto y quien el copiloto. Los dos eran ambas cosas y esa igualdad es la que inspira.

Bertha Ringer fue una mujer poco corriente para su tiempo y probablemente una gran desconocida para la mayoría de los amantes del motor. Nació en 1949 en el seno de una familia adinerada de Pforzheim (Alemania). Bertha mostró desde muy joven interés por cuestiones no muy comunes a su género y su época.

Aunque seguramente tendría una gran lista de pretendientes dada su posición, Bertha decidió usar una parte de su dote en una empresa de construcción de hierro, dos años antes de casarse con Carl Benz, ya que posteriormente perdería el derecho de actuar como inversora al ser una mujer casada.

Carl, junto con Max Rose y Friedrich Wilhelm Eblinger, fundaron Benz & Cie, que comenzó a producir motores industriales de gas en 1883, utilizando la otra parte de la dote de Bertha como apoyo financiero. Benz & Cie terminó su primer carruaje sin caballos en 1885. A pesar de ser ella la que financió el proyecto, no se la permitió firmar la patente, al tratarse de una mujer casada. 

Fue su marido, Carl Benz, quien solicitó la patente n° 37.435 para un vehículo de tres ruedas el 29 de enero de 1886. Ese mismo año se presentó el primer automóvil al mundo, pero nadie parecía estar dispuesto a comprarlo. 

Bertha, que tenía cinco hijos que mantener y la seguridad de tener entre manos un gran avance para la humanidad, no se dio por vencida. El 5 de agosto de 1888, a primera hora de la mañana, con la compañía de sus dos hijos mayores, Richard y Eugen, y sin rendir cuentas ni a su marido ni a las autoridades, tomo el coche con el pretexto de ir a visitar a sus padres. Condujo desde Mannheim a Pforzheim. Hasta ese momento sólo se habían realizado pruebas muy cortas volviendo siempre al punto de partida. El camino atravesaba la selva negra, contaba con tramos prácticamente intransitables para el vehículo.


Un siglo atrás, mujeres como Bertha había muy pocas. Hoy por suerte son cada vez más. En el año 2011, en Argentina sacaron su licencia de conducir cerca de 250.000 mujeres. Cuatro años después la cifra se cuatriplicó. Y para este año espero que los índices muestren otro gran crecimiento.

Cada vez más mujeres se atreven a conducir. El 39 % de las nuevas licencias pertenecen al género femenino. Nada mal. Pero estoy convencido de que este porcentaje puede crecer en los próximos años. Y lo sé porque habitualmente hablo con mujeres que tienen el objetivo, sueño o deseo de manejar, pero aún no se animan. Razones hay miles…No sé estacionar, se me queda en primera, no me animo en las avenidas, tuve una fea experiencia en un auto, la calle es muy machista, soy grande para aprender algo nuevo … La verdad es que la ley de la calle las paraliza. 

Los especialistas lo llaman “fobia al volante”. Una sensación de inseguridad e indefensión ante la vorágine del tránsito que pareciera un lugar donde triunfa el más fuerte y no el más respetuoso, precavido o prudente. Mujeres, no tienen más excusas. Como dicen los expertos en la materia, el miedo es un mecanismo natural de protección. La fobia se vence ganando seguridad interior. 

Todo es cuestión de autoestima, confianza y esto se logra con la práctica…práctica y solo práctica.

Mi principal propósito con estos artículos es apuntar que más mujeres logren conducir, porque creo en el desarrollo de estas a través de la libertad de movimiento en la sociedad. Y acompañar y capacitar a las que ya conducen auto, moto, camión, colectivos. Etc. Para que con ello logren una mejor experiencia al volante.

 

 

CENTRO DE INVESTIGACIÓN FORENSE Y TECNOLOGÍA DEL TRANSITO

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