viernes 19 de abril de 2024

Análisis

Ricardo Risatti: el hombre que domó el viento

Fue uno de los grandes pilotos que se destacaron en los primeros años del Turismo Carretera. El perito Néstor Vidal realiza un repaso por su historia.

lunes 19 de julio de 2021
Ricardo Risatti: el hombre que domó el viento

Por Néstor Vidal

El apellido Risatti es uno de los que más historia tiene en el automovilismo argentino, tal es así que ya son cuatro las generaciones vinculadas a este apasionante deporte. El que plantó la semilla en esta familia cordobesa fue Ricardo Risatti, uno de los grandes pilotos que tuvo nuestro país y que se destacó en los primeros años del Turismo Carretera.

Sus inicios fueron como el de muchos contemporáneos: a través de un taller mecánico. En su caso, fue el que tenía su padre Victorio. Durante su niñez y adolescencia aprendió los secretos del oficio y eso lo motivó a experimentar en carne propia cuán rápido podían andar los autos que preparaba. Y así se anotó en el Gran Premio de 1936. El debut no pudo ser más auspicioso ya que ganó dos etapas consecutivas ante el asombro de propios y extraños. Lamentablemente, la aventura de este muchacho de 28 años terminó con un abandono en el octavo tramo. 

Lejos de amedrentarse por aquella mala fortuna, se tomó revancha en la edición de 1937. Y en su segundo GP volvió a lucirse. Llegó a liderar la clasificación general, pero se quedó con las manos vacías como consecuencia de ese agresivo estilo de manejo que impactaba a todos sus rivales.

El tercer intento llegó en 1938. Pero esta no fue una competencia más. Risatti se había anotado con el único objetivo de ganar y adjudicarse el premio que le permitiría llevar a su esposa, gravemente enferma, a Lourdes (Francia) en busca de un milagro. Fueron más de 7.000 kilómetros a pura velocidad y donde había pilotos de la talla de Oscar Gálvez, Domingo Marimón, Arturo Kruuse, Félix Heredia y Osvaldo Permigiani. Lograr la ansiada meta no fue sencillo. Tuvo varios inconvenientes, incluso un vuelco.

Sin embargo, las victorias conseguidas en cuatro etapas le permitieron vencer con holgura. Si hasta se dio el gusto de pasar a saludar a su esposa y a su pequeño hijo Jesús Ricardo de siete años cuando la carrera pasó por Vicuña Mackena, el lugar donde vivía. El éxito alcanzado en la extenuante competencia también tuvo otro premio: la consagración como Campeón Argentino. El esperado viaje al Viejo Continente jamás se pudo concretar debido al grave estado en que estaba su esposa, que finalmente falleció mientras Risatti competía en el Gran Premio de 1939…

Respecto a la imagen de Risatti VOLANDO, corresponden a la 3ra vuelta del Chaco en el año 1950, ocurrió en el paso nivel de la Ruta 11 antes de la rotonda de acceso a Resistencia, en esa oportunidad Ricardo Leopoldo RISATTI iba acompañado de José Alberto FIORENTINI. quien tomo la foto fue el Sr. Pablo BOSCHETTI de la ciudad de Resistencia Provincia del Chaco.

Durante los años siguientes, ya representando a Laboulaye donde se había instalado junto a su familia, el cordobés siguió destacándose a toda velocidad en el naciente TC. Tal es así que sus colegas y el periodismo lo habían bautizado como El Disparador. Paradójicamente, volvió a celebrar un triunfo recién en 1950, en la Vuelta del Chaco. De esa competencia hay un testimonio que aún hoy sigue asombrando. Se trata de una fotografía en la que se ve al cordobés en pleno vuelo a varios metros del camino. En su tiempo, esta imagen recorrió el mundo entero como un fiel símbolo del TC de aquella época. Como varios de sus colegas. 

“Una Tarde de verano calurosa Ricardo RISATTI, citó en su taller a varios periodistas, cuando estos llegaron hasta el taller todas las ventanas estaban tapadas. Les dijo que los había citado para una demostración. Sobre el banco de mesa, se hallaban las piezas del V8, el block presentado y separado entre las piezas lista para armarlo. Les dijo que podía armar el motor en menos de 1 hora. Los periodistas se miraron entre ellos incrédulos. Al que estaba cerca de la puerta le dijo: “Vos que estas más cerca de la llave, apaga la luz” … y ló armo a OSCURAS. 

EL ACCIDENTE:

I° Vuelta de Tucumán. Ricardo Risatti perdió la vida en una carrera. Fue en el Gran Premio del Norte de 1951 cuando fue despedido de su auto tras atravesar un badén en Santiago del Estero. Tenía 43 años. El accidente que le costara la vida a Ricardo Rissati se produjo en Tipiro, a unos 25 Kms. de Santiago del Estero, y ocurrió como consecuencia de haberse roto la dirección del vehículo. El auto dio unas quince vueltas sobre sí mismo y quedó semidestruido. Ernesto Petrini de detuvo al advertir lo sucedido y condujo a Rissati hasta Santiago. El acompañante resultó ileso.

Al momento del lamentable hecho el hombre de Laboulaye estaba ganando la Etapa con un promedio de 133 km/h al paso por Las Termas (88 Kms. de recorrido

Pero la historia de los Risatti con el automovilismo no se terminó con esa tragedia… Por el contrario. Aquel pequeño que recibió azorado la visita de su padre en pleno Gran Premio también se convirtió en piloto. Kelo estuvo cerca de conquistar un título en el TC en 1961 (ganó dos carreras), aunque ese sueño quedó trunco por un accidente que le impidió seguir en la lucha. Sus hijos Ricardo y Gerardo también pisaron las pistas.

El primero hasta se dio el gusto de correr en Mónaco con un Fórmula 3 atendido íntegramente por mecánicos argentinos; mientras que el segundo se destacó en categorías menores y se aprestaba a correr en TC cuando un accidente de tránsito le quitó la vida. La cuarta generación está representada por Caito, hijo de Ricardo y bisnieto del Disparador. Ricardo Risatti no solo fue el punto de partida de una dinastía, sino también el representante de una época brillante del automovilismo argentino. Esa donde todo se hacía con el corazón y con el único objetivo de ser más veloz que el viento

 

 

risa*Perito en accidentología vial terrestre y en investigación forense de incendios. 

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