martes 16 de abril de 2024

Lo que deja el fuego: Cuál es el impacto tras los incendios

Miles de hectáreas arrasadas por el fuego en Cuesta del Ternero demandarán años de cuidados y trabajo para recuperarse.

viernes 19 de febrero de 2021
Fotos: Marcelo Martínez.

El incendio en Cuesta del Ternero lleva casi tres semanas desde que inició y rápidamente se propagó por la región. Durante estos días, demandó el intenso trabajo de brigadistas de distintos puntos del país que, con gran esfuerzo, lograron evitar que el fuego llegara a las viviendas o siguiera avanzando. Pero, ¿qué pasa después con los miles de hectáreas consumidas por el fuego?

“Lo primero que hay que hacer en estos casos, es un relevamiento de la superficie afectada y de los ecosistemas que fueron impactados”, informó a ANB el doctor en biología de Conicet, Thomas Kitzberger quien señaló además que todavía no hay una clara dimensión del impacto hasta que se aplique la metodología de estudio que utilizan, más allá de saber la superficie quemada.

Después de un incendio, se realiza un mapeo para determinar el impacto del fuego. (Foto: Marcelo Martínez)

“Realizamos un mapeo de severidad del fuego, que no es lo mismo que la intensidad”, aclaró. Además de la utilización de medios satelitales con los que se releva el perímetro incendiado, también se aplica un estudio de campo o en el terreno para evaluar las condiciones en que quedó el suelo y el bosque.

Kitzberger explicó que el mapeo de severidad mide el impacto general del incendio sobre las plantas, suelos y animales. “Uno de los objetivos es medir en cuánto fue perturbado el ecosistema de su estado original: cuántos árboles se murieron, qué se perdió de su follaje, cuánta capacidad hidrológica perdió el suelo”, ejemplificó.

Hay zonas en las que se debe evitar la presencia de ganado para lograr recuperar el bosque. (Foto: Marcelo Martínez)

Este procedimiento, los expertos lo aplicaron en los grandes incendios de la región como el ocurrido en Cholila años atrás. “Es un trabajo muy importante porque planifica y ordena las instancias posteriores de eventual reparación de los ecosistemas”, remarcó Kitzberger.

Aquí es donde el biólogo diferenció claramente dos conceptos: restauración pasiva y activa. “Todos sabemos que plantar una hectárea es muy costoso y lleva un esfuerzo muy grande, así que hacerlo en una dimensión de miles de hectáreas se torna casi imposible”, indicó.

En Río Negro se decretó la emergencia agropecuaria. (Foto: Marcelo Martínez)

Es por esto que, en los casos de grandes dimensiones de bosques arrasados por el fuego, se opta por métodos “más realistas”, manifestó Kitzberger y señaló en este sentido a la restauración pasiva que básicamente consta en darle al ecosistema condiciones que permitan acelerar o mejorar sus procesos de restauración natural. 

El especialista en la ecología de los bosques consideró vital para que esto ocurra, por ejemplo, impedir que el ganado paste en zonas incendiadas aunque aclaró que es una situación difícil porque los productores rurales perdieron campos y los animales indefectiblemente buscan lugares para alimentarse.

El incendio arrasó con unas 10 mil hectáreas. (Foto: Marcelo Martínez)

Por esto también, “es clave la presencia del Estado que debería asegurar la provisión de forraje para los pobladores que perdieron parte de su producción y de los campos de pastura”, remarcó. En este sentido, Río Negro dio un paso importante con la declaración de la emergencia agropecuaria decretada por la gobernadora Arabela Carreras días atrás.

Según explicó Kitzberger, no todo el terreno quemado se ve afectado de la misma manera así como tampoco es una misma recuperación en las miles de hectáreas incendiadas. “Hay zonas en las que el rebrote de pastizal o matorrales vuelve muy rápidamente, pero hay bosques de cipreses, lengas o coihues que tienen muchas más complicaciones”, detalló.

En este sentido, apuntó que estos bosques “son los más frágiles porque no producen un rebrote desde la raíz”. Es por esto que en esas zonas es primordial evitar la presencia de ganado por un tiempo hasta que los árboles que se reforesten, tengan un tamaño que evite ser comido por animales. “Requieren de un cuidado especial temporario, una vez que se hacen más grandes las plantas, pueden volver los animales”, detalló el especialista y añadió que “pueden demandar una ventana temporal de unos 10 o 15 años hasta estar en condiciones”.

“Para volver a lo que era antes del incendio, hablamos de una espera de siglos directamente”, dijo contundente el doctor en biología aunque agregó que “los tiempos más cortos tienen que ver con la vuelta del bosque. 

"Hay lugares que pasan a ser "sitios de sacrificio" directamente", expresó Kitzberger en relación a los bosques en zonas inaccesibles en las que no se podrá reforestar. "En Cholila por ejemplo hay bosques enteros de lengas que ya se perdieron y no hay vuelta atrás", remarcó.

Los árboles son generadores de hábitat, "no solo se plantan cipreses sino que se generan las condiciones para que otras especies de seres vivos puedan instalarse", expresó Kitzberger.

El proceso de restauración no es lo mismo que plantación, según el especialista, ya que para restaurar los bosques quemados se requieren otras medidas que forman parte de un proceso integral.

El cambio climático también influye en el aumento de los incendios. (Foto: Marcelo Martínez)

Kitzberger señaló también que el factor humano tiene que ver, "los procesos que generamos con nuestras actividades, como el cambio climático, influyen mucho" en los desastres naturales. 

"Nuestros modelos nos dicen que los bosques se van a quemar de forma más frecuente, sin ir más lejos, cada vez hay más tormentas, y con más severidad en la zona cuando antes no ocurría", manifestó. 

El biólogo remarcó que "podemos restaurar, pero no tratando de replicar el paisaje anterior, sino lo que llamamos restaurar para la resiliencia". Es decir, colaborar en la restauración de ecosistemas que puedan resistir o adaptarse a una condición futura con mayores y más grandes incendios. "Por ejemplo, hay estudios que demuestran que el maitén es poco inflamable", relató y agregó "en objetivo es crear bosques más fuertes pensando ya en los próximos incendios". (ANB)

 

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