jueves 25 de abril de 2024

¿Qué programas de asistencia económica lanzó el Estado durante los cuatro meses de cuarentena?

Desde que comenzó el aislamiento obligatorio, varias fueron las propuestas de los gobiernos nacional y provincial, pero ¿alcanzaron realmente para atenuar la crisis?

lunes 20 de julio de 2020
Calles vacías y negocios cerrados: Una postal de la cuarentena (Fotos: Marcelo Martínez)

Cuatro meses ya pasaron desde que el Gobierno nacional decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio para combatir el avance del Covid-19, esta enfermedad que se señala originaria de Huam (China) y que puso al mundo en pandemia.

Desde el inicio de la cuarentena, la economía empezó a temblar y se derrumbó, ya que la paralización generalizada detuvo los ingresos y obligó al cierre de casi la totalidad de las actividades para la contención sanitaria.

Avanzadas las semanas, la población se fue acostumbrando a nuevos términos y costumbres: distanciamiento, asilamiento, fases, etapas, cubrebocas, contactos estrechos, repatriados. Vocablos cada vez más comunes en esta “nueva normalidad”. Y así también, la preocupación de empresas y trabajadores creció al no encontrar un horizonte en la salida económica.

Es así que, en este contexto, los gobiernos nacional y provincial han tomado una serie de medidas para cuidar el ingreso de las familias, proteger la producción y el empleo, y garantizar el abastecimiento.

Entre los primeros anuncios, desde Nación y Anses lanzaron el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), un bono de $10.000 que cobraron en dos oportunidades trabajadores informales, monotributistas sociales y de categorías A y B, personal doméstico y beneficiarios de AUH-AUE o Progresar. En total, 9 millones de personas.

Por otro lado, a través del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y a la Producción (ATP), las empresas, monotributistas y autónomos afectados pudieron acceder a diversos planes, entre ellos, la asignación compensatoria al salario, para la que el Estado se hace cargo del pago del 50% del salario de los trabajadores. También se sumaron la postergación o reducción del pago de las contribuciones patronales; los créditos a tasa cero de hasta $150.000; y la extensión del seguro de desempleo.

Entre otras medidas, para alivio del bolsillo de los ciudadanos, se prestó el congelamiento del precio de los alquileres; y, además, se suspendieron temporalmente los cortes por falta de pago de los servicios de energía eléctrica, agua corriente, gas por redes, telefonía fija y móvil e Internet y televisión por cable.

Por otro lado, el Gobierno provincial también arrojó un salvavidas para las pyme y trabajadores de esta jurisdicción. Es así que, en abril, Arabela Carreras anunció la creación de un fondo especial de $100 millones de créditos a tasa cero destinado a las pequeñas y medianas empresas rionegrinas. Al mismo, se inscribieron más de 700 emprendedores que recibieron hasta un máximo de $200 mil cada uno.

También, a fines de abril el Consejo Federal de Inversiones (CFI) puso en marcha, junto a la Provincia, créditos para asistir a Mi Pymes en el marco de la emergencia y el programa de reactivación productiva. Y en un mes, se recibieron solicitudes por $35 millones.

Otra operatoria, en conjunto con el Banco Patagonia, puso a disposición la suma de $1.700 millones en créditos para acompañar a las pymes de la Provincia durante la emergencia sanitaria. El dinero fue destinado a financiar capital de trabajo, en especial pago de sueldos, pago a proveedores, reposición de mercadería y también, acompañar a los prestadores de salud con servicios de internación a una tasa del 24%.

En cuanto a la ayuda financiera hacia los gobiernos locales, Río Negro adhirió al Convenio “Programa para la Emergencia Financiera Provincial”, que contempla una asistencia de Nación a través de un crédito por $2.900 millones. De esta manera, destinó un 10% de ese monto ($290 millones) para distribuir entre municipio y comisiones de fomento con el objetivo de atender desequilibrios originados por la baja de la recaudación y asegurar la prestación de servicios ante la pandemia por Covid-19.

En este mismo escenario, el Gobierno nacional envió a Río Negro $499 millones en concepto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) por la emergencia por Covid-19. Este fondo, según había confirmado la gobernadora Carreras, ha sido coparticipable en un 10% para los municipios, por lo cual recibieron un total de casi $50 millones distribuidos de acuerdo al índice habitual.

Asimismo, en auxilio de los Municipios, el Poder Ejecutivo de Río Negro elevó a la Legislatura un Proyecto de Ley para prorrogar el vencimiento de las cuotas de los convenios rubricados en el marco del Plan Castello. Y, finalmente, se confirmaron beneficios impositivos alcanzan a 83.000 contribuyentes rionegrinos.

Ya con la temporada invernal encima, y con un sector turístico, gastronómico y hotelero en llamas, sin poder encender el principal motor de sus economías, Carreras decretó la emergencia para el turismo y comercio con nuevos créditos blandos para el sector.

De este modo, se anunciaron dos herramientas claves para acompañar la emergencia: primero, que el Ministerio de Economía y a la Agencia de Recaudación Tributaria dicten las medidas necesarias para acompañar a los sectores más afectados, bajo la condición que no haya despidos, ni suspensiones sin justa causa o atribuibles a la crisis durante la emergencia. Por otro lado, el Gobierno de Río Negro puso a disposición un fondo de $150 millones para créditos especiales destinados a atender las necesidades de las empresas turísticas.

Si bien, las ayudas que dispuso el Estado para mitigar el impacto económico de la cuarentena tratan de generalizar su alcance, muchos trabajadores y empresas se encontraron con la negativa de acceder a los créditos por no cumplimentar los requisitos o por fallas en el sistema.

El listado continúa, junto a medidas impositivas, fiscales y comerciales, pero ¿son suficientes estas ayudas? Claramente no. Cada sector manifiesta la necesidad de una reactivación urgente u otras respuestas que alcancen a todos los trabajadores. Los despidos son miles, la crisis llega a cientos de negocios y el horizonte, después de más de 120 días de sostener, no es claro. (ANB)

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