jueves 18 de abril de 2024

¿Por qué se sostiene la educación virtual?

Una columna de opinión sobre la situación académica durante la pandemia.

domingo 28 de junio de 2020
¿Por qué se sostiene la educación virtual?

*Por Jazmín Volpe

Una parte de la respuesta está en nuestra herencia del despotismo ilustrado que se traduce en la premisa "la educación es una necesidad básica -o humana elemental-." Que el ser humano aprende constantemente para sobrevivir puede ser factible, pero que ese aprendizaje sea el de la institución educativa y como tal sea elemental para la supervivencia es más discutible. Este equivoco entre educación como necesidad, y educación académica como necesidad lleva a omitir que la educación académica precisa de un ambiente confortable. La calidad de la educación precisa de una comodidad previa y primordial sin la cual no puede darse el estudio.

Un niño no puede asistir a la escuela solo para comer, esa función si bien escuelas las cumplen subsidiariamente no es la función que le fue establecida a las instituciones, aunque hayan pasado a ser una función común y cuasi natural sobre todo en Instituciones públicas, y fue uno de los argumentos esgrimidos para llegar a la virtualidad.

Desde hace un tiempo hemos ido asistiendo a la formación de escuelas contenedoras de las realidades sociales que las atravesaban mientras que otras, sobre todo del ámbito privado, han ido erigiéndose como escuelas en las que se estudia. Enfocándose únicamente en esta función. Una radicalización de las "escuelas para pobres" y "escuelas para ricos". Podríamos analizar en este fenómeno la merma de las matrículas en unas, el abarrotamiento en otras, el fraude del contrato pedagógico entre muchas otras que no me interesa ver aquí.

Por otro lado, otro de los factores que contribuye a la estipulación de la educación virtual es la femineidad del trabajo docente. Percibir la docencia como actividad femenina por lo tanto rodeada de los atributos que (en esta sociedad) le son dados a la mujer.

La docente como agente de desahogo, de entrega, con una vocación para entregarse plenamente, sacrificar lo que no se tiene por y para los demás (sus estudiantes o el sistema educativo).

Es por ello que la docente ideal no protesta por comprar el material didáctico, maximizar la cantidad e intensidad de las horas de su trabajo, encuestar, asesorar, contener a cada estudiante en lo más recóndito de su hogar. Todo lo soluciona la y el docente ideal con la entereza moral y emocional de una gran madre todo pudiente.

No solo el docente tiene su rol pedagógico, sino que se espera de él, la abnegación y la renuncia a cualquier planteo de tipo monetario que lo pueda colocar implícitamente en el papel de “negociador” o “proveedor” de su propio hogar. La familia del docente entra en el cumulo del trabajo con esa confusión entre lo intimo y lo publico, que siempre se enlaza en nuestra sociedad al pensar a la mujer.

Por último, la otra idea que conjuga con las anteriores y que consolidan la educación virtual es la educación como servicio. Como sabemos en el capitalismo del consumo, el cliente tiene derecho a cualquier servicio si este puede pagarlo y sobre todo si la "competencia" lo ofrece. Es así que en una empresa la responsabilidad de no sostener a los clientes es recae en ella, porque no se ha diversificado o adaptado a los nuevos tiempos.

La lógica de la empresa no piensa en los clientes que no pueden acceder a ella sino solo en los clientes potenciales. Del mismo modo aun en la desigualdad de los estudiantes (entre los que tienen hijos y los que no, los que tienen ingresos, internet, padres que puedan ayudarlos, tiempo, ambiente apropiado y los que no) si uno solo PUEDE tener acceso a internet y dedicarse a estudiar durante horas, la escuela se aboca a servirlo. No importan aquí las condiciones de los docentes, la escuela o los otros estudiantes.

 Nos hemos abocado en 90 días de cuarentena al poco más del 30 por ciento de los estudiantes que tienen esta confortabilidad de la que se hablaba antes, solo para que tengan la oportunidad de no perder el año. Aun si eso significa entrar en la lógica de los negocios privados, habilitar una ley que retrocede en igualdad, o sacrificar condiciones de trabajo.

* Profesora de Filosofía.

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