viernes 19 de abril de 2024

Un mundo sin trenzas: infancia trans en Bariloche

Romeo es el primer niño trans de Bariloche en solicitar la rectificación de su partida de nacimiento.

martes 05 de noviembre de 2019
Un mundo sin trenzas: infancia trans en Bariloche

Esta crónica elaborada por el Área de Género y Diversidad Sexual —que depende de la Secretaría de Desarrollo Social, Cultural y Deportivo del Municipio— cuenta una historia necesaria: la de Romeo, el primer niño trans de Bariloche en solicitar la rectificación de su partida de nacimiento.

Las mellizas Antonella y Lourdes parecían ser dos niñas más que jugaban juntas. Muchas veces, los roles que asumían en esos encuentros no eran los tradicionales. Una de ellas prefería siempre imitar a su padre y cuando la ocasión no era la familia, el gaucho era su ideal a imitar. Así, esta hermosa criatura iba demostrando sentirse muy cómoda con todo lo masculino, adoptando sus poses y colores con total naturalidad.

De manera progresiva pero abrupta, como la madre y el padre declaran, se fueron dando cuenta de los cambios que se iban presentando. Cada vez era más evidente que no era un juego sino una decisión más profunda, una identificación más personal con el género masculino. De a poco aparecía Romeo.

Mientras estaba en la casa de la madre el pequeño quería ser “el hombre de la casa”. Se sentaba en la punta de la mesa y decía proteger a la familia. De esa manera echaba raíz sobre algunos estereotipos socialmente impuestos por la sociedad, al mismo tiempo que invitaba a toda la familia a deconstruirse. Ya no era un tema de colores, el rosa y el azul no importaban, el caso era que “Antonella ya no estaba” como dice el padre. De hecho, en retrospectiva, con las fotos como registro de la historia familiar “no la encontrás… nunca lo fue”.

Siempre odió las trenzas

“Nos costó mucho la decisión de cortar el pelo”, dice la madre. Cuando finalmente llegó el día de hacerlo la felicidad que tenía Romeo era infinita. Empezó a ser él. Con el primer bóxer pasó lo mismo, de a poco iba tomando forma el hombrecito qué siempre fue.

“Su seguridad le daba fortaleza a toda la familia”, declaran los dos. Sus compañeritos y compañeritas se comportaban con total naturalidad con él. En algunas ocasiones les explicaba el cambio, cómo se sentía con eso y de qué manera quería que lo tratasen, y acto seguido el juego seguía, como si supieran que lo importante no está en cómo te ves.

“A mí me gustan las cosas de nene y quiero ser nene”. Bastaba con esa simple frase para que las relaciones fluyeran sin inconvenientes. Con sus hermanas fue más tajante: se plantó y les dijo “¡No está más Antonella!” y ellas lo aceptaron con amor, ese amor de familia que siempre se tuvieron y se tienen. Pero la contracara de eso era el universo de los adultos.

Una vez que se cortó el pelo comenzaron los problemas en el jardín de infantes. Padre y Madre fueron citados por la directora para hablar al respecto. No había mucho que decir. Por parte de la familia sólo se pedía respeto y libertad en la manifestación del pequeño, lo mismo que ocurría en la casa con el resto del círculo familiar. Finalmente así fue y Romeo siguió mostrándose al mundo como quería que lo reconozcan, con actitud relajada y buena predisposición para educar al respecto a quien lo necesitase.

En la intimidad de lo cotidiano, también fue contenido por el amor de su familia, respondiendo a sus dudas con el mismo amor de siempre:

¿Cuándo me va a crecer el pene, papá?

Hay cosas que no crecen hijo, vos naciste con este cuerpo y podés ser hombre igual.

Con la verdad como bandera, la familia nunca le ocultó la realidad de un cuerpo más como todos, y que se irá desarrollando . Desde un comienzo le hicieron entender la naturalidad de su ser. Él de a poco se fue amigando con la idea sin dejar de esperar que aparezca, con toda su inocencia infantil, el “Hada Madrina” que lo ayude a amanecer con un cuerpo aceptado por la sociedad.

Así como él, todo el círculo familiar nadaba en un mar de preguntas y apareció Google como primera herramienta de consulta. “Frente a la piedra del prejuicio queríamos el escudo de la información y que tuviese claro que él no tenía nada malo”, declara el padre.

Sin embargo, lejos de calmar las aguas, “googlear” invitó tanto al padre como a la madre a despertar angustias por las estadísticas de suicidio, enfermedades. Y el miedo a la discriminación y al rechazo hacia su pequeño se fueron profundizando en la cabeza de ambos.

Hasta que en una reunión de padres, al plantear su preocupación una de las madres les acercó el dato de que en la Municipalidad había un equipo “copado” que los podía ayudar. Así fue que el Equipo de Diversidad Sexual apareció en su vida y hoy están muy agradecidos por eso.

Parte del equipo de trabajo al que acudieron está formado por hombres trans, lo que les permitió identificarse de inmediato con sus historias y obtener muchísima información valiosa de los derechos que posee Romeo y cómo las cosas cambiaron para el colectivo trans desde la ley de identidad de género. Él mismo los adoptó como referentes y actualmente trabajan con todo el círculo familiar porque las familias también necesitan contención, es un proceso que hacen todos y todas en el hogar.

A partir del asesoramiento integral que se realizó desde el Área de Género y Diversidad Sexual llegó el primer triunfo: Romeo comenzó los trámites para el cambio registral y, de esta manera, se convirtió en el primer niño trans de la ciudad de San Carlos de Bariloche en solicitar la rectificación de la partida de nacimiento, primer paso para el cambio de su documento y el reconocimiento de su verdadera identidad sentida y autopercibida.

Gracias a la historia de Romeo y el amor y valentía de toda su familia, se visibilizó una realidad poco abordada: la infancia trans en nuestra ciudad. Por esto, con el fin de facilitar el camino para los que vendrán y animar a las familias que estén atravesando el mismo mar de dudas, es que se animan a abrir su corazón y compartir su historia.

Mientras siguen deconstruyéndose para construir un futuro más libre para su hijo invitan a que las familias con historias similares se acerquen al Área de Género y Diversidad Sexual para que se informen y se sientan acompañados/as.

Frente a esto, el equipo municipal está organizando encuentros de familias con hijos/as trans para armar red y acompañar los procesos de manera individual y colectivamente. Porque la comunidad se forma con el aporte de todos y todas.

Así, Romeo inaugura una nueva etapa para la ciudad en el camino de la inclusión.

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