martes 23 de abril de 2024

HISTORIA DE VIDA

Un "cruzado" que pasó de hincha a fotógrafo oficial

Conocé la historia de Marcos Ojeda, quien hace cuatro años cubre los partidos de Cruz del Sur.

sábado 08 de octubre de 2016
El bombo, símbolo de un pasado cercano.
Foto: Emiliano Rodríguez.
Foto: Emiliano Rodríguez.

Por Nicolás Malpede

Una camiseta de Cruz del Sur prolijamente doblada sobre el sillón. Al lado, un reluciente bombo con el escudo del club barilochense. Un cuadro grande con una foto de cancha apoyado en el piso y sostenido por la pared. En la mesa tres tazas vacías, tres cucharitas y una lata de café. Marcos Ojeda preparó todo para la entrevista. 

“Los estaba esperando. Pasen y siéntense. Acá tienen algo para tomar”, señala “Marquitos”, como le dice la mayoría. Antes de ingresar a la casa, su perra “Muñeca” ya se había encargado de dar la bienvenida con unos lengüetazos en las manos y coletazos de alegría.

Marcos Ojeda tiene una mirada fresca y amena. Habla con cordialidad. Es espontáneo. Está contento y no es para menos. Sabe que durante un buen rato va a hablar de sus dos pasiones: la fotografía y Cruz del Sur.

Un domingo a la tarde de 2011 Marcos caminaba hacia su casa del barrio Lera. Decidió ir por calle Gallardo y al pasar por el Estadio Municipal escuchó el sonido de los bombos de la hinchada de Cruz del Sur. Desde el otro lado del viejo paredón también se oían canciones de aliento hacia el equipo barilochense que disputaba un partido por el Torneo Federal B. Marcos se detuvo unos minutos percibiendo esa variopinta sonoridad. Los rayos del sol impactaban contra su rostro, una suave brisa lo acariciaba. Él seguía allí, deslumbrado. Luego de varios minutos, se acercó a la boletería, compró una entrada para la popular e ingresó a la cancha. Su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

Cuando miraba los partidos desde los tablones (foto: Facebook Marcos Ojeda)

“Los domingos caminaba cerca de la cancha y escuchaba los gritos y las canciones. Me llamaba la atención todo lo que sucedía ahí. Un día decidí entrar, ya que me gusta mucho el fútbol. Se estaba jugando el segundo tiempo. Me senté en un costadito y desde ahí me quedé mirando el partido y lo que pasaba en la tribuna. Cuando terminó el encuentro me fui a mi casa”, relata Marcos.

Al otro día, Martín, un compañero de trabajo, le dijo que lo había visto y lo invitó a sumarse a la hinchada el próximo encuentro del “Cruzado”.  “En la semana estuve pensando en lo que me comentó y al final fui al siguiente partido y me re entusiasmé. Empecé a formar parte de la hinchada y hasta me compré un bombo”, sostiene "Marquitos", y se ríe.

ANB: ¿En ese entonces ya te gustaba sacar fotos?

Marcos Ojeda:
Empecé a viajar con la hinchada y sacaba fotos de mala calidad con mi celular. Les sacaba a las banderas y a los jugadores a través del alambrado. Igualmente, con el celular mucho no podía hacer.

ANB: ¿Cómo eran esos viajes cuando jugaban de visitante?

M.O.: ¡Estaban buenos! Íbamos como 20 en una trafic bien apretaditos (risas). Casi siempre salíamos los domingos a la mañana. Yo no era hincha de Cruz del Sur pero terminé haciéndome re fanático del club.

Su imagen favorita (foto: Emiliano Rodríguez)

ANB: ¿Cómo empezaste a meterte en el mundo de la fotografía?

M.O.: (Piensa) Yo no busqué ser fotógrafo. Se dio de re repente. Cruz del sur tenía un fotógrafo oficial que era Cali Del Castillo. Él vio que yo sacaba fotos y notó un interés de parte mía. Un día me prestó su cámara y me dijo que vaya a sacar fotos por ahí. Anduve por todos lados tomando imágenes. Después de unas horas le llevé la cámara y estuvimos viendo lo que había hecho. Tuvo un gesto grandísimo y yo estoy muy agradecido. No cualquiera te presta su cámara. Me explicaba sobre el diafragma y el ISO y para mí todo eso era chino básico. Asentía pero la verdad es que no entendía nada (risas). 

En 2012, Cali del Castillo dejó de trabajar para Cruz del Sur y presentó a Marcos ante los dirigentes del club. Lo propuso como el nuevo fotógrafo oficial de la institución local. Confió en él y éste le respondió con creces.

“Me compré una cámara y empecé a cubrir los partidos. Me ponía muy nervioso. Fue muy raro. De un momento a otro, dejé de estar con el bombo y la bandera y pasé para el otro lado del alambrado. Viajaba en el colectivo con los jugadores, comía en restaurantes y dormía en hoteles. Estaba chocho”, cuenta "Marquitos", orgulloso, y aclara que “por suerte” aún hoy lo sigue haciendo. “Me siento un jugador más”, afirma.

En la cancha, su lugar en el mundo (foto: Facebook Marcos Ojeda)

ANB: ¿Seguís sintiendo nervios antes de cada partido?

M.O.: Sí, claro. Eso es lo que más me motiva. Si no tuviera nervios ni ganas, dejaría de hacerlo. En partidos definitorios la ansiedad es mayor todavía.

ANB: ¿Gritás los goles del “Cruzado”?

M.O.: ¡No! ¡Lamentablemente no puedo! Los rivales me pueden llegar a matar y encima me pierdo la foto. Muchas veces me dan unas ganas tremendas de gritar los goles, pero tengo que contenerme. No me queda otra.

Marcos asegura que fue “clave” el curso de fotografía de un año que realizó en la Biblioteca Sarmiento. El profesor Hernán Villar le enseñó aspectos técnicos de la profesión que hoy los sigue llevando a la práctica. “El profe me abrió mucho los ojos. Siempre agradezco lo que hizo por mí”, subraya. 

ANB: ¿Cuáles son las fotos que más te gustan?

M.O.: Me gusta captar a los jugadores y la pelota en el aire. En las fotos de fútbol siempre tiene que estar la pelota. Sin pelota no tiene sentido. Los jugadores más habilidosos son los que mejores fotos te regalan.

ANB: ¿Vos creés que los jugadores son quienes te regalan la foto?

M.O.: Creo que en la construcción de una foto el 90 por ciento depende del protagonista y el otro 10 del fotógrafo. Ellos son los que te regalan las fotos.

Su amor por Cruz del Sur no tiene límites (foto: Emiliano Rodríguez)

Marcos tiene impresa en un amplio cuadro su mejor foto. La sacó hace unos años en una final entre Cruz del Sur y Maronese en el Estadio Municipal. Están en el medio de la cancha haciendo el sorteo inicial. El árbitro tira la moneda al aire. También se encuentran en la imagen los dos jueces de línea, Gustavo “El Cabro”  Ramírez y un jugador de Maronese. Todos miran atentamente la caída de la moneda, la cual se puede observar con claridad. De fondo, el imponente cielo nublado le da un marco único. “La miro todos los días esta foto y siempre le encuentro algo nuevo”, dice Marcos, quien cubre los partidos del "Cruzado" ad honorem hace cuatro años. 

"Siempre soy feliz en una cancha" (foto Facebook Marcos Ojeda)

ANB: ¿Qué significa en tu vida la fotografía?

M.O.: Es que es un estilo de vida. Tomé consejos de muchos autores, así que cuando voy por la calle caminando practico todo el tiempo. Aunque no tenga la cámara conmigo, proyecto fotos. Lo hago cuando veo algo que me llama la atención. Puede ser el gesto de una persona por ejemplo. 

El bombo (foto Facebook Marcos Ojeda). 

Marcos tiene 33 años y vive con su mamá Norma, de 70. “Siempre le muestro en la compu las fotos que saco y ella me dice si le gustaron o no. Escucha los partidos por la radio. Está contenta con lo que hago”, indica.

En cada partido, a "Marquitos" se lo ve detrás del arco hacia donde ataca el “Cruzado”. Concentrado en su objetivo, con cámara en mano apuntando hacia el verde césped. También le gusta cubrir boxeo, Artes Marciales Mixtas (MMA) y movilizaciones por reclamos.

Trabaja en un hipermercado ubicado en el Alto de la ciudad. Cuando tiene un tiempo libre durante la semana, va a sacar fotos a los entrenamientos de Cruz del Sur, tanto de Primera como de inferiores.

”Yo no me considero buen fotógrafo. Trato de retratar la vida de un club. Lo hago con pasión y humildad, porque si te la creés perdiste”, remarca Marcos, y trae un consejo de su papá Alberto, quien falleció hace cinco años: “Una vez me dijo que cuando haga algo, trate de lograr que la gente siempre me recuerde a lo largo de los años”.

ANB: ¿Lo vas a conseguir?

M.O.: No sé. Ojalá que alguien el día de mañana al menos se acuerde de mis fotos. (ANB)

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