jueves 2 de mayo de 2024

HISTORIA DE VIDA

Martín Asencio: “El fútbol es mi vida”

El deportista barilochense repasó con ANB su carrera. En 2001 se dio el gustazo de debutar en la Primera de River. Hoy tiene una escuela de fútbol: Millonarios. Video y galería de fotos.

sábado 03 de septiembre de 2016
Martín Asencio recibió a ANB en la casa de sus padres.
Foto: Emiliano Rodríguez.
Foto: Emiliano Rodríguez.

Por Nicolás Malpede

Al escuchar varios golpes en la puerta sale a atender cordialmente. “Hola, ¿cómo andan? Pasen”. Buzo Nike rojo arremangado, pantalón jogging chupín y zapatillas deportivas. Pelo corto algo mojado y prolijamente peinado, barbita candado, imponente tatuaje en el antebrazo con el nombre de una de sus hijas y arito en la oreja. Es Martín Asencio, dispuesto a hablar con ANB de su vida, en la que el fútbol fue y es el principal protagonista. Se sienta en una silla, cruza las piernas y espera ansioso la primera pregunta.

Martín Asencio (34) juega al fútbol desde que tiene uso de razón. La pelota siempre estuvo a su lado, en los momentos buenos y también en los malos. Nunca lo dejó ni tampoco él a ella.

Con la 10 de Cruz del Sur (foto: Marcos Ojeda). 

Dio sus primeros pasos en Virgen del Carmen, un equipo que hoy ya no existe. Luego se fue a Martín Güemes, donde se desarrolló como futbolista desde los 8 años durante un largo tiempo. Fue una época dorada. Hizo goles en todas las canchas de la ciudad. La mayoría de los defensores rivales de la categoría 82 lo padecieron y quedaron en más de una oportunidad mirando para todos lados ante sus indescifrables gambetas. Veloz, escurridizo, pícaro y punzante. Siempre se destacó. Desde chico. Bastaba sólo verlo jugar unos pocos minutos para notar que ese jovencito con melena rubia al viento era distinto. Tenía movimientos naturales propios de crack. Jugaba de enganche, de media punta y de delantero. Siempre la rompía.

A los 15 años recién cumplidos llenó un bolso de ilusiones y partió a Carcarañá -un club de Rosario- gracias a una gestión realizada por el conocido director técnico local Leoncio “Nani” Soto.

“Ahí estuve dos años. Me fui solo y no conocía a nadie. Fue duro”, rememora Martín, quien recibió a ANB en el departamento de sus padres, ubicado en el barrio 84 Viviendas.

Jugando allí lo vio gente de la Escuela Ernesto Duchini y entonces marchó hacia esta academia de Villa Constitución. Meses después, surgió la posibilidad de una prueba en River y Martín con su habilidad enamoró a quienes lo estaban observando. En noviembre de 1998 desembarcó en el club “Millonario” sin escalas.

”Cuando me dijeron que había quedado en River salté de felicidad. No lo podía creer. Fui corriendo a llamar a mis viejos para contarles”, dice Asencio, y los ojos le brillan. Lo cuenta con tanta espontaneidad que pareciera que se está refiriendo a un hecho ocurrido hace horas. Es que pasaron más de 17 años, pero el recuerdo de ese día permanece vivo en su corazón.

La del debut en la Primera de River (foto: Emiliano Rodríguez)

Empezó a jugar en séptima y fue subiendo categorías hasta que llegó lo esperado. Un miércoles de diciembre del 2000 un entrenador lo llamó y le dijo seis palabras mágicas: “Pibe, mañana entrenás en la Primera”.

”Estuve toda la noche pensando en ese entrenamiento. Me levanté, desayuné, agarré mi botinero y salí para el club. Me tocó entrenar en el Monumental. Iba caminando por el anillo interno del estadio y me temblaban las piernas por los nervios y la ansiedad. Fui uno de los primeros en llegar al vestuario. A los pocos minutos empezaron a caer todos los jugadores que yo miraba por televisión. Sentía que estaba en un cuento”, relata Martín mientras exhibe una sonrisa grande, de esas que se ven en las propagandas de dentífricos.

Es que a ese vestuario en el que Martín estaba sentado entraron Ariel Ortega, Pablo Aimar, Juan Pablo Ángel, Mario Yepes, Pedro Sarabia, Fernando Cavenaghi, Eduardo Coudet y Hernán Díaz, entre otros.

En febrero de 2001, Martín debutó en la Primera del equipo de Núñez. En un Boca-River disputado en Mendoza el “Tolo” Gallego lo llamó a los 20 minutos del segundo tiempo, le dio algunas indicaciones, una palmada en la espalda y le dijo que ingresaría por Daniel “El Hachita” Ludueña.

”Cuando el ‘Tolo’ me llamó se me cruzó por la cabeza una película. Fueron varios segundos en los que pensé en mi familia, en mis amigos y en todo el difícil recorrido que había hecho para llegar a ese momento. Veía las tribunas llenas y sentía una emoción muy grande”, cuenta el barilochense, quien no jugó mal ese día. Tuvo dos chances claras de gol y la suerte no estuvo de su lado. No pudo convertir. River perdió 1 a 0.

Martín tiene una escuela de fútbol hace seis meses (foto: Patricia Caviglia)

”Si hacía un gol, quizás mi destino hubiera sido otro. Seguramente iba a tener más oportunidades. Yo tuve esa media hora solamente. En un club tan grande no tenés muchas chances y si no las aprovechás es todo muy difícil. Después de ese partido, quedé relegado”, dice Martín.

En 2003, llegó a Gimnasia y Esgrima de Entre Ríos, equipo que se encontraba en Primera B Nacional. Al año siguiente se fue a Huracán de Parque Patricios, club que estaba en esta misma división. Lo dirigió Omar Labruna y su desempeño fue muy bueno.

Luego pasó a Olimpo de Bahía Blanca, en 2005, y allí debutó de manera oficial en Primera con un triunfo por 2 a 1 nada más y nada menos que frente a River. Al año siguiente, Labruna lo llevó al Deportivo Cali de Colombia, donde tuvo problemas para cobrar y por quejarse y reclamar el dinero que le correspondía fue apartado del plantel. La pasó mal.

Retornó a Olimpo y ascendió a Primera. La carrera del barilochense continuó en el ascenso en Los Andes, Central Córdoba de Santiago del Estero y Defensores de Belgrano. Finalmente en 2010 volvió a su ciudad natal a jugar el torneo Argentino con Cruz del Sur.

Hoy, Martín tiene una escuela de fútbol: Millonarios Fútbol Club. Allí está a cargo de 50 chicos. También se desempeña en el área de fútbol barrial de la municipalidad.

Hace unas semanas se dio el gusto de jugar el “Clásico de las Estrellas” en el Gimnasio Pedro Estremador. Tiró paredes con Ariel Ortega, Gustavo Zapata, Lionel Gancedo y Hernán Díaz.

En el "Clásico de las Estrellas", mostrándole la pelota a Basualdo y a Bermudez (foto Marcos Ojeda)

ANB: ¿Qué evaluación hacés de tu carrera deportiva?

M.A.: Creo que si bien conseguí logros muy lindos, no he recorrido el camino adecuado. No pude encontrar a la persona justa para que maneje mi carrera, lo cual me perjudicó. Igualmente, siempre seguí adelante, a pesar de haber tenido que sufrir muchas situaciones injustas en relación a la plata.

ANB: ¿Te arrepentís de algo?

M.A.: Sí, me arrepiento de no haber aceptado ofertas de países del exterior. La carrera me dio oportunidades y yo por diferentes factores no las supe aprovechar. No pude hacer una diferencia económica. La plata que gané no me la deliré pero tampoco invertí en algo. Siempre ayudé a mis viejos.

Martín pasa y el rival mira, desorientado (foto: Marcos Ojeda)

ANB: ¿Qué cosas relegaste para seguir en busca de tu sueño de ser futbolista?

M.A.: ¡Absolutamente todo! Cuando me fui dejé de lado a mi familia y a mis amigos. Estuve solo en un mundo en el que tenés que pelear todos los días para ir cumpliendo tus metas.

ANB: ¿Qué valores les inculcás a tus alumnos de la escuelita?

M.A.: Les digo que tienen que estudiar. El otro día me quedé un poco bajoneado, porque los junté a todos y les pregunté qué quieren ser cuando sean grandes. Les consulté básicamente por sus objetivos. Uno solo me dijo que quería ser futbolista y muchos ni siquiera sabían. Hoy en día los chicos no tienen un proyecto, no saben por qué luchar. No hay ambición y eso es preocupante. Tienen que soñar más y tener deseos.

Martín hace pocos días alquiló un departamento en el centro de Bariloche, donde vive solo. Disfruta a pleno de sus hijas: Catalina y Martina, de dos y cuatro años respectivamente.

Su intención es seguir creciendo con la escuela y poder transformarla en un club. También, desde su lugar, pretende colaborar para mejorar el fútbol local.

ANB: ¿Qué aspectos deben cambiar para que el fútbol de Bariloche crezca?

M.A.: Tiene que haber más inversión en infraestructura y también es necesario que haya un cambio en el pensamiento de los dirigentes. Debe haber menos egoísmo. Si queremos que el fútbol local salga adelante, hay que ayudarse entre todos.

ANB: ¿Qué significa el fútbol en tu vida?

M.A.: Es que el fútbol es mi vida. Le di y le doy todo. (ANB)

Te puede interesar
Últimas noticias