Carta de lectores
Milei, el resultado improbable más obvio de todos
Tobías Fuentes Llébana escribe una carta de lectores en relación al panorama electoral.

Tobías Fuentes LlébanaDNI 43948181
Si por algo se ha caracterizado la clase política en la historia de nuestro país, es los personajes que mejor han logrado nuclear el sentimiento popular, aquellas personalidades que logran evocar y representar a las masas y sus deseos, las que han ido variando de partido en partido de un espectro ideológico a otro. Desde Yrigoyen a Perón, desde Menem a Cristina aunque sin embargo, da la impresión que en este caso puntual en una elección en donde los candidatos parecieran competir por ver quién es menos carismático, como si se tratase de un torneo para ver cuál pan lactal es mejor; a los medios de comunicación y plataformas mediáticas les sorprende que el ganador de las paso y posible futuro presidente sea Javier Milei, quien con su verborragia y exuberante modo de hacer política caracterizado por un lenguaje agresivo y directo hacia la clase dirigencial, se ganó el voto de un 30% del electorado dándole una paliza histórica a quienes habían dictado el tempo en la política tradicional.
Por un lado, tiene sentido esta primera impresión porque siempre se ha tendido a pensar que la política es un ámbito que requiere de seriedad, de orden y de buenos modales a la hora de llevarla en práctica, ¿Cómo el “loquito de la tele”, “el economista de América” va a ganar una elección?... sin embargo, ¿esto es así?, ¿es necesario ser serio para ser exitoso en política?, si Menem cerraba las avenidas para andar en su Ferrari mientras se juntaba con los Rolling Stones, si Néstor le regaló televisores al plantel de Racing si se salvaban del descenso, si Macri se presentaba en campaña rodeado de globos amarillos y bailando al son de “ciudad mágica” mientras hablaba de la pobreza en Argentina, pareciera que la seriedad no fuera un requisito indispensable a la hora de ser un “gran político”. La verdad de la milanesa es que al votante medio no le interesa la seriedad de la persona, sino que lo que diga lo represente, que compre su discurso y diga “minga, como la ve”.
Tal vez, lo más sorprendente no es que haya ganado, sino como lo hizo en un país en el cual las elecciones siempre se habían visto (por lo menos desde la primer presidencia de Perón) caracterizadas por dos polos opuestos que competían encarnizadamente por el sillón de Rivadavia, venga un nuevo candidato, hijo de colectivero, despeinado, con un título de economía bajo el brazo y con un partido de apenas cuatro años de existencia, derrotó por un amplio margen al oficialismo y a un partido cuyo único fin era ser la contra postura de este oficialismo.
Es que, en realidad, Milei es el claro ganador porque supo con su discurso, capitalizar a una gran parte de la sociedad argentina que se encontraba apática ante la ya vieja y golpeada dinámica partidaria en donde, o sos kirchnerista o sos anti kirchnerista, en donde ni el oficialismo los hacía sentirse identificados y en donde la oposición tampoco despertaba esperanzas ya que su función no fue lo que ellos habían esperado. Y es que ante una multitud que añora por un discurso que los llame a alzar banderas, poco importan las formas, las palabras y hasta en algunos casos la ética, siempre y cuando esto les llame suficientemente la atención.
¿Es Milei el candidato perfecto?, ¿Es su discurso el mejor discurso del mundo?, eso es tema de cada uno, tiene desde posturas innovadoras para este lado del hemisferio, hasta ideas macabras que parecieran atrasadas en el tiempo, pero lo cierto es que es el candidato más carismático de esta elección, él y su entorno han sabido como calar hondo en el votante medio, y ante un oficialismo de capa caída y una oposición que no supo acelerar cuando se le acercó la curva, es el que mejor pareciera posicionado, está de cara a fin de año.