jueves 28 de marzo de 2024

Conservación

El vertedero, una peligrosa fuente de alimento para muchas aves

Es importante realizar una planificación integral si se quiere trasladar el basurero a otro lugar porque ello puede generar un impacto negativo en la fauna que lo frecuenta.

viernes 17 de febrero de 2023
El vertedero, una peligrosa fuente de alimento para muchas aves
Está en nuestras manos el cuidado del ecosistema. Foto: Marcelo Martínez.
Está en nuestras manos el cuidado del ecosistema. Foto: Marcelo Martínez.
Por Miguelina Missotti

Cada año se generan más de 2.000 millones de toneladas de basura en el mundo. De ellas, el 50% son productos orgánicos procedentes del desperdicio de alimentos.

Se estima que en la Argentina hay 5.000 basurales a cielo abierto, casi 2 por municipio. Al vertedero de Bariloche llegan 200.000 kilos de basura por día y está en un ranking de los 50 basurales más contaminantes a cielo abierto del mundo, según la Asociación Nacional de Residuos Sólidos.

Claro que esto ocasiona muchos problemas a nivel social y ambiental. Sin embargo, “los vertederos funcionan como un subsidio de alimento para muchas aves, es decir, animales que se acercan a comer al basural entienden que es un lugar donde hay disponibilidad de alimentos todos los días, todo el año ya que, muchas veces, les cuesta encontrar alimento en otros sitios”, remarcó a ANB el doctor en Biología Fernando Ballejo.

La reproducción en los animales es un proceso que implica un gran gasto energético, como así también la alimentación. Las aves como el resto de los animales, destinan gran parte del día a la búsqueda de alimento. Si este resultase abundante, se puede destinar gran parte de esa energía a la reproducción. En este contexto, las aves que se alimentan en los basureros suelen alterar sus poblaciones de individuos, al disponer de mayor recursos para reproducirse. 

Independientemente de esto, también hay efectos negativos que conducen este tipo de comportamientos: muchas veces, afecta la salud de las especies debido a la ingesta de algunos alimentos que, tal vez, no son específicamente orgánicos.

Al vertedero de Bariloche llegan 200.000 kilos de basura por día. Foto: Marcelo Martínez.

En este sentido, en diálogo con ANB, el veterinario y doctor en Biología, Pablo Plaza, informó que una de las cuestiones que observó durante algunos análisis de sangre de las aves que se alimentan en el vertedero es que presentan alteraciones en parámetros sanguíneos que les puede generar problemas metabólicos o renales. “Sería lo que nos pasa a nosotros cuando comemos mal, que nos aumenta el ácido úrico o la glucemia. Algún costo de esa comida fácil hay”.

Otro de los efectos negativos tiene que ver con la adquisición de patógenos. “En los basureros hay muchos microorganismos patógenos que pueden transmitirse al ser humano”, aclaró el doctor Plaza.

“En general, las aves que van al vertedero, son las carroñeras y no es muy probable que transmitan enfermedades porque tienen un sistema digestivo e inmune, justamente, para comer ese tipo de materia orgánica en descomposición”, aseguró. Claro que hay diferencia entre los patógenos que se encuentran en los bichos que están cerca de las ciudades respecto a los que viven en lugares más naturales.

Por ejemplo, puede suceder que las gaviotas tengan algún patógeno y, si tenés un contacto muy estrecho, se puede llegar a generar alguna cuestión de salud en el ser humano. “Una de las hipótesis que maneja Pablo en sus estudios es que las gaviotas que están en el basurero se van transmitiendo patógenos zoonóticos y son las mismas que después van a Villa La Angostura a los bancos de las plazas donde los turistas le dan de comer galletitas. En ese sentido se genera un contacto muy estrecho con estas aves que, potencialmente, pueden tener ciertas enfermedades”, contó Fernando Ballejo, doctor en Biología. 

“Es importante recalcar es que nada de esto es culpa de las aves. El problema lo generamos los seres humanos con un vertedero a cielo abierto, que nos vuelve a nosotros y encima castigamos a la fauna por eso”, aclaró el veterinario.

El vertedero tiene efectos positivos y efectos negativos para las aves. Foto: Marcelo Martínez.

Hay estudios que informan que especies muy amenazadas se alimentan en basureros y esto les permite sobrevivir. “Entonces cerrar el vertedero de forma abrupta puede ocasionar un problema para las aves, por eso es necesario realizar una buena planificación y estudios de impacto para estas especies ya que, seguramente, el poder comer ahí las está ayudando a salvarse si no consiguen alimento en otros lugares”, insistió Plaza.

El plástico, un problema de siempre

Una de las especies de aves que se alimenta en el vertedero es el jote de cabeza negra. Éstas aves descansan en grupos de varios individuos en lo que se denominan "dormideros comunales". Pablo y Fernando estudiaron restos de los jotes en los dormideros cercanos al vertedero y observaron varios regurgitados con plàsticos, “por lo que inferimos que la relación estrecha entre la distancia que hay de los dormideros al basurero provoca que esta especie consuma plásticos”.   

La ingesta de plásticos afecta la salud de las aves, principalmente a los pichones cuando se les da de comer, por los aditivos tóxicos que contienen. “También remarcamos que son plásticos que están acumulado en el basurero e, indefectiblemente, vuelven a la naturaleza. Muchas veces los encontramos dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi porque las aves regurgitan y están llevando esa materia a lugares donde no deberíamos encontrar este tipo de materiales”.

¿Se puede modificar esta situación?

Pablo sostiene que para él siempre hay vuelta atrás, lo que pasa es que “estamos necesitando un cambio transformativo en la sociedad, es decir, que se reduzca el consumo de plásticos, que se realicen compost, que se genere menos basura”.

“Obviamente que siempre se responsabiliza a las autoridades, pero si no hay una toma de conciencia en la sociedad no hay autoridad que pueda cambiar eso. Es un cambio de abajo para arriba, donde la gente empiece y las autoridades tienen que tener respuesta”.

Por su parte, Fernando dice que, a veces tiene duda si el cambio es de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo porque “hay muchas personas que separan la basura, pero como no hay una buena gestión de eso, no nos lleva a ningún lado. Todos los participantes tienen que estar organizados para que todo funcione”.

La basura es un problema en Argentina y en todo el mundo. De hecho, hay estudios que dicen que, si esto no cambia, en el 2100 va a ser un pico basura el mundo.

“Se tiene que dar un cambio a gran escala, un cambio cultural porque somos una sociedad consumista y una especie que generamos basura de por sí. En la naturaleza, la basura no es algo que exista, sino que es un recurso, todo es un medio para un fin. En cambio, nosotros inventamos la basura y no vuelve a la naturaleza, sino que queda acumulada y genera todos estos problemas”, relató Ballejo.

Toda la basura que generamos los seres humanos, nos vuelve de alguna forma u otro. Foto: Marcelo Martínez. 

Si el vertedero se traslada, como se está proponiendo ahora, hay que realizar una planificación integral, “ver qué especies hay en el lugar que se deja y al lugar que se va. Esto es como un rompecabezas, hay que pensarlo muy bien, no es cuestión de trasladar el problema a otro lado y que no se vea. Lo trasladamos a un lugar donde la gente tiene menos potencial de queja, pero habría que ver el impacto que puede producir eso en las especies que hay ahí”, contó el veterinario.

Para ellos, en necesario consultar con los diferentes especialistas que trabajan en los temas. El problema de la basura tiene muchas aristas y es necesario involucrarse en todas ellas. Se necesitan abordajes interdisciplinarios y es ahí donde se dificulta y se atrasa el trabajo.  

“Todas las macanas que hacemos los seres humanos nos vuelven a nosotros. En el medio hay un basurero que tiene los patógenos, una pobre ave que va a comer ahí porque no tiene recursos alimenticios porque se los sacamos todos, la persona que le da una galletita a la gaviota para sacarse una foto cuando se recomienda que no. Y después nos encargamos de culpar a las aves por lo que hacen”, sostuvo el biólogo Ballejo.

Está en nuestras manos el cuidado del ecosistema porque “si no tenemos un esquema saludable nuestra salud no existe. La salud del ambiente, la salud humana y la salud animal están interrelacionadas: si contaminás el ambiente te enfermás y se enferman los animales, es una cadena”, concluyeron los profesionales. (ANB)

 

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