viernes 19 de abril de 2024

Qué sabemos y qué debemos hacer sobre la invasión de pinos

Si bien estas coníferas exóticas se presentan como un “problema” para el ecosistema local, los especialistas hablan de mantener un equilibrio y mantenimiento de la flora y los bosques.

viernes 22 de enero de 2021
Qué sabemos y qué debemos hacer sobre la invasión de pinos

La inserción del pino en la región, junto con otras especies exóticas, ha cambiado la estructura del ecosistema local. De todos modos, lejos de que sea una opción quitarlo, desde las instituciones se proponen iniciativas de mantenimiento, conservación y reemplazo con árboles nativos.

Las plantaciones de coníferas exóticas, si bien son una fuente de recursos económicos vitales para la región, bajo ciertas circunstancias son una problemática de invasión. Con lo cual, si no se toma control, se podría  producir el reemplazo casi total de los bosques, matorrales y estepas patagónicas por comunidades de pinos.

ANB habló con Adolfo Moretti, ingeniero forestal del parque nacional Nahuel Huapi, quien expuso los mitos y verdades sobre esta invasión, y habló de las posibles soluciones.

“Los pinos son una consecuencia de una cultura que fue colonizando esta región. El ser humano ha llevado sus plantas y animales a todas sus migraciones. Cuando los europeos llegaron a América ocurrió una globalización con las plantas. Acá trajeron muchas exóticas, la mayoría las usamos todos los días, pero en algunos lugares donde hay bosques y ambientes naturales bien conservados, cuando aparecen especies como el pino producen daños terribles porque afectan la biodiversidad”, introdujo el director del Jardín Botánico Isla Victoria.

En este sentido, afirmó que “los pinos son muy invasores”, aunque también señaló que la solución “no es sacar todo, sino buscar un equilibrio”.

“Desde Parques se hace un estudio en base a un análisis de riesgo y aquellos árboles que son más complicados, siempre tratando de salvarlos, los podamos, acomodamos o cortamos. La idea es que hay que brindar seguridad y a la vez mantener los árboles”, explicó Moretti.

Según  un estudio del INTA hasta el momento hay aproximadamente entre 70.000 y 80.000 hectáreas de forestaciones distribuidas en Neuquén, Río Negro y Chubut, principalmente de Pinus ponderosa Doug (Laws) (pino ponderosa) y en menor proporción de Pseudotsuga menziesii (Mirb) Franco (pino oregón) y Pinus contorta Dougl (pino murrayana).

El informe considera que “una especie de pino está invadiendo un determinado ecosistema si la misma produce descendencia reproductiva a distancias considerables de la planta madre (al menos a más de 100 m) en menos de 50 años, y que estas plantas a su vez ya producen su propia descendencia en ese lapso de tiempo”.

La semana pasada, el Municipio avanzó con la quita de 14 pinos que podrían correr riesgo de caída por la obra del colector costanero.

En este sentido, Moretti explicó que, si bien “en muchos lugares, el pino ha sido pionero donde es muy difícil plantar otras cosas, como en la Costa Atlántica o en la Línea Sur, en ambientes como Bariloche o todo el Parque Nahuel Huapi, que son tan boscosos, la semilla de los pinos crece como perejil”.

Y agregó que “tienen una ventaja comparativa que compiten y ganan con su regeneración.  Ahí cambia el ecosistema y por eso se habla de reemplazo. Ese es el miedo por los cambios de biodiversidad, que se convierta en un ecosistema de una sola especie”.

Entre las principales problemáticas, el ingeniero forestal destacó que “crecen muy rápido, que son de gran tamaño y tienen mucha agua adentro, entonces tienden a rajarse y llegan a tener cerca de 50 metros de altura en muy corto tiempo. No siempre son estables en su crecimiento”. Estas particularidades producen descalces de raíces, derrames, rajaduras y  caída de ramas. “En lo estructural son peligrosos”, afirmó.

Pero, ¿qué soluciones se pueden poner en marcha?

“Podemos cuidar nuestros bosques y empezar a plantar especies nativas como cipreses,  lengas,  coihues, radales. Hay muchas plantas muy buenas”, plantea primeramente Moretti, bajo la idea de  mantener la estructura del bosque natural y trasladarla a la ciudad.

Pero también, indicó la solución no sería quitar los pinos u otras plantas exóticas, ya que “el mundo está en crisis porque está talado”, expresó.

“Hay algo paradigmático en las sociedades y es que conquistamos, invadimos y después estigmatizamos el avance, por ejemplo, de una planta foránea. Pero los pinos no vinieron solos”, reflexionó el referente del Parque Nacional.

En este sentido, Moretti destacó el trabajo que se realiza en el corazón de la Isla Victoria, donde se levanta una de las mayores colecciones de plantas arbóreas del mundo. Un arboretum creado en la década del 20 y que reúne árboles de todos los continentes.

Moretti  se desempeña como coordinador de ese centro forestal  y contó que “el trabajo allí es tratar de conservar las semillas de todos estos bosques y poder propagarlas; tener en el vivero la capacidad de saber cómo reproducirlas”.

“Cuando hay un incendio, un lugar que fue muy talado, donde hay muchas vacas o son espacios que se puedan recuperar, nosotros insistimos en tratar de recuperar, de plantar. Nunca va a estar de más tener árboles.”, añadió el especialista.

Y finalizó: “Tenemos que tratar de que esas plantas lleguen a los barrios de las ciudades. Tratamos de producir plantas que salgan hacia distintos lugares, es una manera de compensar lo que le sacamos al bosque”. (ANB)

 

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