jueves 28 de marzo de 2024

Solo el 6% de la población consume las porciones recomendadas de frutas y verduras

Nutricionistas locales abordan la importancia de ingerir alimentos saludables y cómo se vio afectada nuestra alimentación en medio de la pandemia.

lunes 19 de octubre de 2020
Solo el 6% de la población consume las porciones recomendadas de frutas y verduras

La Organización de las Naciones Unidas, para la Agricultura y la Alimentación (FAO), promulgó como el Día Mundial de la Alimentación, el 16 de octubre de 1979, con el objetivo de generar conciencia sobre las problemáticas mundiales y de dar respuesta a las poblaciones abatidas por el hambre, la pobreza y la desnutrición.

Este año en particular, en el contexto de la pandemia, FAO propone para este día el lema: “Cultivar, Nutrir, Preservar. Juntos”. El cual se enmarca en los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) y nos invita a sembrar nuestros propios alimentos y revalorizar la importancia de “Nuestros héroes de la alimentación”, actores esenciales para el sostenimiento de los sistemas alimentarios agroecológicos mundiales.

Si bien Argentina cuenta con un sistema agroalimentario que produce una alta disponibilidad de alimentos, la situación actual sacó a relucir la inseguridad alimentaria. 

Se observan inequidades a la hora del acceso y la distribución de los alimentos producidos, reflejándose en malnutrición por déficit y exceso.

Covid -19: impacto en los sistemas agroalimentarios 

Existe un gran desequilibrio a lo largo de la cadena alimentaria a raíz de  la degradación ambiental, la pérdida de diversidad agrobiológica, la falta de seguridad para los trabajadores, el bloqueo de las importaciones y exportaciones y la constante pérdida y desperdicio de alimentos. 

Tal es así, que la Red Argentina de Bancos de Alimentos, determinó que el 33,33%  de los alimentos que se producen a nivel mundial, no llegan a un plato de comida. Mientras que estudios realizados por la FAO, revelaron que en nuestro país se desperdicia un equivalente a 1 kilo de alimento por día por habitante.

Repercusión en el acceso y consumo de los alimentos 

El aumento del estrés, la ansiedad a causa del aislamiento, así como las razones económicas y aquellas que provienen de las dificultades al acceso a los puntos de venta de los alimentos, son algunas de las hipótesis que consideran las responsables para explicar el evidente cambio en hábitos alimentarios y demás estilos de vida. 

Resulta de gran importancia, mencionar que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de la República Argentina (INDEC), informó que la Canasta Básica de los Alimentos (CBA), en el mes de agosto, incrementó un 2,6%. Esto determina que la vara de indigencia, se elevó exponencialmente en lo que respecta al periodo de la cuarentena. Además, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se asemeja a la CBA. 

Siguiendo estos resultados, las nutricionistas María Marta Andreatta y Daniela Defagó, investigadoras del CONICET y María Emilce Sudriá, jefa del Servicio de Alimentación del hospital 4 de Junio “Dr. Ramón Carrillo” de la Provincia de Chaco, se propusieron responder en torno a la impronta del COVID-19 en el cambio de los hábitos alimentarios durante un periodo de la cuarentena.

De forma muy positiva, se observó que el 50% de las personas encuestadas, retomaron las preparaciones caseras, mientras que solo el 2% respondió que recurrió al delivery de alimentos farináceos, ricos en grasas saturadas, elevados en colesterol, azúcares y reducidos en fibra, vitaminas y minerales. Finalmente, el consumo de frutas y verduras, se encuentra muy por debajo de las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA).  

“Durante este tiempo, gran parte de la población ha recurrido a las compras online, bolsones de frutas y verduras del Mercado Comunitario, retomaron e incursionaron la huerta familiar; mientras que otras personas han acudido a la asistencia alimentaria que brinda el área de Acción Social de la Municipalidad”.

Importancia de la agricultura familiar

En estos tiempos de incertidumbre que estamos atravesando, a la gran mayoría les permitió reconocer la importancia de disponer de una alimentación saludable, accesible, segura y sostenible. 

Es por esto, que la posibilidad de sembrar nuestros propios alimentos, representa una oportunidad para promover una alimentación saludable en el ámbito familiar y a bajo costo. También nos invita a convertirnos en consumidores activos y en nuestros propios “héroes de la alimentación”. 

Desde el punto de vista nutricional, la incorporación de frutas y verduras resulta de gran importancia, ya que son alimentos fuente de vitaminas, minerales y fibra, nutrientes esenciales para la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles como hipertensión arterial, también sobrepeso y obesidad, cáncer de colon, entre otras muy prevalentes en nuestro país. 

Este grupo de alimentos es el menos consumido según lo que describen las ENFR 2018, siendo solo el 6% de la población argentina, la que incorpora las 5 porciones diarias entre frutas y verduras, establecidas en las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA). 

La Organización Mundial de la Salud (OMS), también recomienda un consumo mínimo de 5 porciones diarias entre frutas y verduras, priorizando las de estación, ya que son más económicas y además, de esta forma colaboramos con la producción regional, reduciendo su pérdida de las mismas. 

Por otro lado, la siembra y cosecha de este grupo de alimentos, nos asegura una autoproducción natural, orgánica, libre de agrotóxicos y pesticidas, previniendo así, la contaminación química. Para fertilizar la tierra se puede utilizar compost, separando todos los desechos orgánicos de casa y de la huerta, reduciendo las cantidades de residuos que genera un impacto ambiental negativo.

Consejos útiles

Diciendo todo esto, impulsamos a toda la comunidad a elegir de forma consciente alimentos de producción local que realmente nutran y permitan total bienestar físico, social y emocional, es decir salud. 

Acompañemos y sostengamos la lactancia materna, alimento vivo y de gran necesidad para preservar el sistema inmune de quienes recién inician la primera etapa de la vida. 

Recordemos leer los etiquetados nutricionales, diseñar listas de compras para menús semanales planificados, elegir alimentos naturales, aumentar el consumo de agua, frutas, verduras, cereales integrales y semillas, reducir el consumo de alimentos ultraprocesados o de paquete. Preferir la comida casera, recetas familiares y elaborar platos variados. 

Desenchufarse de los aparatos electrónicos y ponerse en movimiento, buscando actividades que atraigan y diviertan.

Y por qué no, animarse a cultivar, nutrir y preservar, juntos… 

 

Artículo de opinión escrito por las nutricionistas: 

 

Lic. Rubiano Analía M.P 12693

Lic. Splavski Nadia M.P 12367

Lic.  Vallejos Lucero Ayelen M.P 12719

Comisión de prensa y difusión del Colegio Rionegrino de graduados en Nutrición.

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