sábado 20 de abril de 2024

¿Cómo afecta el aislamiento a niños con autismo?

Muchas personas con trastornos de este tipo necesitan de ambientes amplios o al aire libre para sobrellevarlos pero la situación actual complica el panorama.

jueves 02 de abril de 2020
¿Cómo afecta el aislamiento a niños con autismo?

El 2 se abril se conmemora el Día Mundial de concientización sobre el autismo y este año, la fecha llega en medio de una pandemia que afecta a todo el mundo. En argentina, desde el 20 de marzo atravesamos un aislamiento preventivo, social y obligatorio para prevenir los contagios masivos de coronavirus. Ahora bien, ¿cómo afecta esta medida a personas con autismo?

El autismo es un espectro del trastorno del desarrollo que tiene sus principales dificultades en las relaciones sociales, déficit de atención y deficiencias en la comunicación, explicó a ANB la psicóloga infanto juvenil del hospital neuquino Castro Rendón, Paula Navarro.

Según la Organización Mundial de la Salud, "los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de afecciones caracterizadas por algún grado de alteración del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, y por un repertorio de intereses y actividades restringido, estereotipado y repetitivo, el cual aparece en la infancia y tienden a persistir hasta la adolescencia y la edad adulta".

“Si uno piensa en un niño que no tiene ningún trastorno de este tipo y en cómo se ve afectado en las habilidades sociales y formas de comunicarse en medio de este encierro, imagínense lo que ocurre con chicos con autismo al que se lo saca de su rutina”, consideró la profesional.

El trastorno del autismo tiende a regularse a través de determinadas actividades con las que el niño permanece tranquilo. Acorde a lo explicado por Navarro, el autismo puede variar en alto o bajo funcionamiento.

“Aquellos que tienen autismo de bajo funcionamiento suelen ser chicos muy sensitivos y las formas de regularlo suelen ser corriendo, estar en ambientes muy amplios, descargar con actividades físicas”, indicó Navarro.

Según la Organización de las Naciones Unidas, “el colapso de sistemas y redes de apoyo vitales como resultado de la COVID-19 exacerba los obstáculos a los que deben enfrentarse las personas con autismo para ejercer sus derechos”.

En este sentido, el encierro al que están obligados los niños con autismo, al igual que el resto de la sociedad, puede influir de manera muy negativa en su desarrollo. “La situación es difícil para todos, también para los padres que muy probablemente tenían otros horarios de trabajo y contaban con el apoyo de acompañantes terapéuticos o llevaban a sus hijos a la escuela, a actividades recreativas y terapias, pero ahora deben convivir todos los días con los chicos”, manifestó la psicóloga.

El conflicto en el contexto actual radica en que los niños son los principales actores a resguardar del Covid-19, ya que son grandes transmisores del virus. Cuando el gobierno nacional anunció la cuarentena obligatoria muchos fueron quienes se preguntaron qué hacer con las personas con autismo. “Si se les permitiera salir, también hay que regular todo para que los organismos de control sepan cómo actuar ante la presencia de niños en las calles”, consideró Navarro.

Si bien muchas personas con autismo cuentan con certificados de discapacidad, hay otro número que se rehúsa a hacerlo. En estos casos, ¿cómo demostrar ante las autoridades que el niño tiene la necesidad terapéutica de salir a la calle e ir a una plaza? Sobre esto, Navarro contó que se había tomado en cuenta la posibilidad de salir con un lazo azul, que es el color que identifica a los TEA.

Según estudios realizados por centros de Estados Unidos, las condiciones del espectro autista afectan a  1 de cada 54 niños y las conductas varían en cada caso. “Muchos de ellos necesitan salir al aire libre y lo tienen establecido como parte de su rutina. Al no poder hacerlo incluso, pueden llegar a autolesionarse en sus hogares”, sostuvo Navarro.

El autismo es un espectro, que según indicó la profesional del hospital Castro Rendón, varía en cada niño y los síntomas pueden ir desde dificultades para hablar a otras personas que pueden ser brillantes en un área determinada pero tener problemas para relacionarse con otros.  “Generalmente un síntoma que los identifica es el problema para relacionarse o establecer lazos sociales”, explicó.

“Ahora estamos en una encrucijada entre la salud física y la salud mental. Las medidas están hechas para evitar el contagio de Covid-19 pero es importante pensar en los niños que necesitan sus rutinas para no tener retrocesos en su desarrollo. Hay que pensar alternativas, como que los acompañantes terapéuticos realicen videollamadas o intentar continuar con parte de las terapias de manera virtual”, concluyó Navarro. (ANB)

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