El barilochense que cumplió su sueño de vivir un partido de Boca en la Bombonera

Por Nicolás Malpede

Javier Maldonado es socio y fanático de Boca. A los 44 años pudo cumplir su sueño de toda la vida: vivir un partido del conjunto xeneize en la mítica Bombonera.

Lo que sintió la noche del jueves pasado quedará en su memoria por siempre. La felicidad aún le brota por la piel. Es que palpitó en el estadio el encuentro que el equipo de Gustavo Alfaro disputó contra Atlético Paranaense, por la fase de grupos de la Copa Libertadores.

Javi, como le dice la mayoría, es ciego desde los 13 años, pero esta condición no le impide en absoluto sentir el fútbol con pasión. “No se puede explicar con palabras lo que viví en la Bombonera. La cancha vibraba, las paredes temblaban y el piso se movía. Yo estaba en la segunda bandeja, donde está siempre ‘La 12’. Mi corazón explotaba en mil pedazos”, describió el barilochense, quien recibió con sabrosos mates  y masas secas a ANB en su casa del barrio 645 Viviendas.

A los pocos minutos del inicio de la charla, se paró, fue a su habitación y volvió envuelto en una bandera "bostera" autografiada por el ex futbolista Jorge "El Patrón" Bermúdez. "Cuando vino a Bariloche hace unos años se la llevé para que me la firme", contó, orgulloso. 

"Tengo los mates casi listos", fue la primera frase de Javier al abrir la puerta de su casa. 

“El fútbol no se ve, se siente. Yo llevo los colores azul y amarillo en el alma. Fue un sueño cumplido”, remarcó. “Un día antes de morirme, voy a hacerme hincha de River”, bromeó, entre risas.

Maldonado tuvo la suerte de que al partido le sobraron emociones. Boca ganó 2 a 1 con un gol en tiempo de descuento de Carlos Tevez. “Carlitos entró en el segundo tiempo y cambió la historia. Jugó muy bien y nos dio esa alegría eterna sobre el final”, afirmó el hincha xeneize.

Con la bandera firmada por Bermúdez. 

Javi fue a Buenos Aires para vivir el partido gracias a la gestión de los Bosteros de Bariloche, organización que permanentemente realiza en la ciudad actividades solidarias y también organiza viajes para que los hinchas vean a Boca en la Bombonera.

“Fuimos en total 15 personas. En todo momento me cuidaron y me ayudaron. El ruido a los ciegos nos desorienta, así que tenía miedo de perderme en el estadio, pero los chicos estuvieron conmigo siempre. Fue una experiencia inolvidable”, confió.

“Cuando iba llegando a la cancha, me pasaron por el cuerpo muchísimas sensaciones: cosquilleos, alegría, felicidad y ansiedad. Sentía que lo había logrado. Mi sueño estaba a punto de concretarse”, agregó, todavía emocionado.

"Tengo muchos sueños. Acabo de cumplir uno de ellos". 

Javier se desempeña como radio operador en Protección Civil desde 2009. “Hace un tiempo hago mi trabajo en el destacamento de Bomberos del barrio 2 de Abril. Allí, entre otras cosas, recepciono los llamados y todo tipo de urgencias, y los derivo inmediatamente según cada caso. Hay que estar muy atento y lúcido, porque muchas situaciones te exigen resolver en el momento”, contó.

El beso de la pasión. 

“Mi hijo Lautaro es de Independiente. Tiene ocho años. Cuando crezca seguramente se va a dar cuenta de que está equivocado, que debe ser del más grande, o sea, de Boquita”, resaltó, y lanzó una fuerte carcajada.

Javier también recorrió el barrio La Boca y se tomó gran cantidad de fotos. 

"Quedé ciego cuando era muy chico, pero algo me acuerdo de los partidos de esos años. Sigo a Boca por radio. Me  imagino cada jugada, cada gol. Me emociono", enfatizó. (ANB)