lunes 18 de marzo de 2024

Los desafíos y necesidades de Macri

A pesar de las diferencias políticas que puede haber entre todos estos dirigentes, lo que prima es el buen diálogo y sintonía.

domingo 08 de octubre de 2017
Los desafíos y necesidades de Macri

De jean y zapatillas. Así de relajado fue el atuendo que usó el Presidente de la Nación cuando visitó la región para la inauguración del puente interprovincial entre Río Negro (Cipolletti) y Neuquén (Neuquén capital).

La puesta en escena, con el magnífico fondo de los ríos Neuquén y Limay que dan lugar al cauce del río Negro, es una buena postal para demostrar cómo articula Mauricio Macri su poder a partir de los resultados de las PASO y de cara a las generales de octubre. Un escenario natural, rodeado de dirigentes políticos de diferentes espacios muestran a un gobierno muy confiado en su futuro político.

Después de las internas que no fueron internas, un miembro de la mesa política del oficialismo nacional, mencionó la idea que “...Macri ya está pensando en 2019...con los pies sobre la Tierra, pero confiado y por eso empezará a fortalecer sus vínculos con gobernadores más allá de su identificación partidaria”.

Entre esos gobernadores está Omar Gutiérrez, de Neuquén. Que a pesar de haber sufrido una derrota en agosto, podría revertir los resultados en octubre. De todas formas no le asusta esta elección, porque sabe que ese buen vínculo puede ser un win-win mientras Cambiemos construye a sus candidatos en la provincia. Si bien los tiene, todavía no son los suficientemente fuertes y renovados como quisieran en Casa Rosada.

Gutierrez venía trabajando en la visita de Macri desde principio de años, sin saber cómo resultarían las PASO obviamente. El gobernador cuenta con varios articuladores en Balcarce 50, entre ellos Sebastián García de Luca el Secretario del Interior, segundo de Rogelio Frigerio y de máxima confianza de Emilio Monzó. Esa vinculación inclusive generacional, entre otras, y la buena sintonía personal (algo que Macri tiene muy en cuenta), le permite al mandatario neuquino tener cierta tranquilidad (no relajación) mirando a 2019. El es uno de los nuevos dirigentes que aparece en la escena nacional.

En ese mismo grupo, Macri suele citar a Sergio Uñac de San Juan, a Gustavo Bordet de Entre Ríos y a dos viejos conocidos de la política, como Juan M. Urtubey de Salta y Juan Schiaretti de Córdoba. Estos dos con más trayectoria en los primeros planos, pero con dos destinos distintos. El primero comienza a diseminar su idea de encarar el proceso renovador del peronismo y llegar a 2019 con chances de competir, según él mismo, en una gran interna justicialista antes de las elecciones presidenciales. El segundo, trata de llevar la calma peronista que el partido necesita si quiere re armarse de alguna forma. Aunque las PASO lo dejaron algo mareado debido a la gran elección que realizó Cambiemos de la mano de Héctor Baldassi.

A pesar de las diferencias políticas que puede haber entre todos estos dirigentes, lo que prima es el buen diálogo y sintonía. Algo así como un gran club de gobernadores y Presidente, en el cual comparten preocupaciones. Cada uno tiene su receta, pero lo que destaca el Presidente de la Nación, es que con ellos y algunos más se puede conversar sin profundizar la grieta. Con ese grupo de dirigentes es con quien quiere trabajar Macri como lo adelantó el miembro de la mesa política tras las PASO.

Sabe que muchos de ellos tienen grandes chances de renovar sus cargos en 2019. Las internas y muy probablemente las generales, los legitimarán para fortalecerse. En algunos casos, todavía tienen que trabajar para despegarse políticamente de sus antecesores que estaban muy ligado a CFK (alguien que los une desde el espanto político podríamos decir). Mientras eso sucede, Macri aprovecha pero no deja de ayudarlos. Ambos “bandos” saben que se necesitan y se necesitarán. El Congreso de la Nación será un buen termómetro de necesidades.

Por eso, es sano para la Nación que en caso de mantenerse el triunfo de Cambiemos a nivel nacional, independientemente de lo que suceda en la provincia de Buenos Aires, la diferencia sea la justa y necesaria para que ni uno ni otro crea que tiene todo el poder. Sino todo lo contrario, que necesita de la otra parte para construir una agenda que de una vez por todas mire más el largo plazo que la coyuntura diaria. Cada tanto es bueno recordar que un gobierno es oficialismo, pero también oposición aunque Macri hoy piense más en consolidar Cambiemos que en darle oportunidades a sus rivales políticos.

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