jueves 28 de marzo de 2024

¿Somos lo que comemos?

Nuestra columnista Elene Boggio analiza hoy la importancia de tener una dieta equilibrada y los beneficios que genera en nuestra salud.

domingo 30 de julio de 2017
Imagen: ilustrativa.

En muchas oportunidades y en distintos medios me han preguntado si somos lo que comemos. La realidad es que si, queridos lectores. Ya lo decía Hipócrates: “Que la comida sea tu alimento y este tu medicina”.

Una alimentación adecuada a nuestras necesidades, gustos, horarios y realidad nos permite no solo gozar de buena salud y prevenir enfermedades metabólicas, sino también proporcionar bienestar físico y emocional.

Si, para estar bien (y no solo que se note estéticamente) hay que alimentarse bien. Si no lo creen, averigüen que persona que se alimenta mal está bien de salud o se siente bien físicamente.

Nuestra alimentación influye directamente sobre la producción y descarga de muchas hormonas en el metabolismo. Estas hormonas en nuestro cuerpo controlan y supervisan todas las funciones vitales, desde el sueño, la disponibilidad de energía, la función cerebral, la función cardiovascular, la glucosa en sangre, hambre, estado de ánimo, etc.

Paradójicamente dependen y se controlan a través de la dieta, por eso es fundamental lo que comemos ya que repercute directamente en el adecuado funcionamiento hormonal de todo el metabolismo.

Es fundamental entender que ya no se trata de contar las calorías en los alimentos, sino de considerar el efecto metabólico que estos tienen en nosotros cada vez que los ingerimos.

En la era paleolítica, en donde aún no existía la agricultura, hace 100 mil años, el hombre se alimentaba fundamentalmente de las caza, pesca y acompañaba esos alimentos con frutas, verduras y granos que recolectaba. Tanto la altura promedio del hombre de aquella época, como el desarrollo de su musculatura era mayor a la del hombre actual y la genética de aquel entonces no ha cambiado hasta el día de hoy.

Si bien ha aumentado la expectativa de vida en los últimos 50 años por el avance de la medicina y las condiciones de vida a nivel tecnológico, la calidad de vida no ha ido en aumento. Al contrario, parece ser que la gente sufre cada vez más de las enfermedades conocidas como las de mundo moderno, que son  diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, artrosis, alzheimer, hiper e hipotiroidismo, depresión, cáncer y otras autoinmunes.

Las últimas investigaciones, la crisis de salud actual y la epidemia de obesidad que se pronostica para el futuro nos dan la razón de que el hombre como especie humana no está preparado para una sobrecarga de harinas y alimentos procesados como los cereales, panificados y embutidos…entre otros.

Ahora bien, vayamos  un poco más profundamente a los mecanismos hormonales relacionados con nuestra alimentación y veamos cómo influyen en la salud.

Todos o la mayoría sabemos algo o hemos escuchado hablar sobre la Insulina, una hormona muy poderosa. Si esta hormona está en exceso o en falta, todos nuestros sistemas hormonales se encuentran descompensados y empezamos a tener problemas, quizá que aún no den síntomas, pero que al cabo de un tiempo lo hacen.

A este estado en el que no estamos enfermos, pero tampoco estamos bien, se le llama Inflamación Silenciosa. Le decimos silenciosa porque se da a nivel celular  y suelen pasar años hasta que se manifiesta con una  enfermedad, como por ejemplo artrosis, diabetes, cáncer.

El mecanismo por el cual la alimentación adecuada  logra ser una poderosa arma contra la inflamación está en que mantiene a la insulina en los niveles adecuados, dado esto por el equilibrio de los carbohidratos, proteínas y grasas en cada comida.

De esta manera, una persona no sólo previene la inflamación celular sino que además no pasa hambre ni siente ansiedad por comer, ya que al estar estable la insulina, también lo está la glucosa en sangre. Si tenemos estable la glucosa en sangre, nos sentimos bien, estamos sin hambre, sin pesadez ni somnolencia y lo que es más importante, le estamos permitiendo a nuestro organismo que utilice como energía las grasas almacenadas en el cuerpo.

Es por eso que  aquellos que siguen un plan de alimentación adecuado bajan de peso a expensas de  los depósitos de grasa corporal.

Con una alimentación adecuada se permanece en un estado de salud, en donde  se previenen enfermedades crónicas como  diabetes, cáncer, enfermedades del corazón,  reumáticas, depresión,  complicaciones tiroideas  y además quemamos los excesos de grasa corporal! Qué más podemos pedir?

Hasta la próxima.

 

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