martes 19 de marzo de 2024

Hepatitis virales crónicas: La epidemia silenciosa con graves consecuencias

El 28 de Julio es el Día Mundial contra la Hepatitis. El gastroenterólogo Marcelo Peche nos brinda una serie de recomendaciones y diferencias entre la clase B y la C.

domingo 23 de julio de 2017
Hepatitis virales crónicas: La epidemia silenciosa con graves consecuencias

Las Hepatitis causadas por virus que tienen la capacidad de acantonar en el hígado pueden ser causa de enfermedades agudas y crónicas. En estas últimas sin un adecuado conocimiento de su condición de portador se puede evolucionar a complicaciones hepáticas que producen con el tiempo, una elevada mortalidad por falla hepática fulminante, cirrosis y cáncer. Cualquiera de estas complicaciones pueden requerir de un trasplante Hepático como única alternativa terapéutica para el tratamiento definitivo de la enfermedad.

Las enfermedades virales que pueden evolucionar en forma crónica y debemos conocer para prevenir son la Hepatitis B y C.

Hepatitis B

Datos y cifras

  • El virus se transmite por contacto con la sangre u otros líquidos corporales de una persona infectada.
  • Se estima que hay 257 millones de personas en el mundo con infección crónica por el virus de la hepatitis B (definidas como positivas al antígeno superficial del virus de la hepatitis B).
  • En 2015, la hepatitis B ocasionó 887 000 muertes, la gran mayoría debido a sus complicaciones (incluida la cirrosis y el carcinoma hepatocelular).
  • La hepatitis B representa un importante riesgo laboral para los profesionales sanitarios.
  • La hepatitis B es prevenible (con una eficacia de aprox. el 95%) con la vacuna actualmente disponible, que es segura y eficaz.

 

Transmisión

El virus de la hepatitis B puede sobrevivir fuera del organismo por lo menos siete días. En ese periodo todavía puede causar infección si penetra en el organismo de una persona no protegida por la vacuna. El periodo medio de incubación de la hepatitis B es de 75 días, pero puede oscilar entre 30 y 180 días. El virus, que puede detectarse entre 30 y 60 días después de la infección, puede persistir y dar lugar a una hepatitis B crónica.

En zonas con alta endemicidad, el virus de la hepatitis B se transmite normalmente de la madre al niño durante el parto (transmisión perinatal) o por transmisión horizontal (exposición a sangre infectada), en particular de un niño infectado a un niño sano durante los primeros cinco años de vida. La aparición de infección crónica es muy común en los lactantes infectados a través de su madre o antes de los 5 años de edad.

La hepatitis B también se transmite por exposición percutánea o de las mucosas a sangre o diferentes líquidos corporales infectados, así como a través de la saliva y los líquidos menstruales, vaginales y seminales. La hepatitis B puede transmitirse igualmente por vía sexual, especialmente en el caso de hombres sin vacunar que mantienen relaciones sexuales con hombres y de personas heterosexuales con múltiples parejas sexuales o que tienen contacto con profesionales del sexo.

La infección en la edad adulta desemboca en hepatitis crónica en menos del 5% de los casos. El virus también puede transmitirse con la reutilización de agujas y jeringas o entre consumidores de drogas inyectables. Además, puede producirse la infección durante procedimientos médicos, quirúrgicos y dentales, la aplicación de tatuajes o mediante el uso de cuchillas de afeitar y objetos similares contaminados con sangre infectada.

Síntomas

La mayor parte de los afectados no experimentan síntomas durante la fase de infección aguda, aunque algunas personas presentan un cuadro agudo con síntomas que duran varias semanas e incluyen coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, fatiga extrema, náusea, vómitos y dolor abdominal. Un pequeño grupo de personas con hepatitis aguda puede sufrir insuficiencia hepática aguda, que puede provocar la muerte si el hígado en la infección aguda claudica en sus funciones.

En los casos en los que la hepatitis B pasa a la cronicidad puede dar lugar a cirrosis hepática o cáncer de hígado.

Diagnóstico

Las manifestaciones clínicas no permiten diferenciar la hepatitis B de la hepatitis causada por otros agentes virales por lo que es esencial la confirmación del diagnóstico en laboratorio. Se dispone de algunas pruebas de sangre para diagnosticar la hepatitis B y hacer el seguimiento de los pacientes. Mediante esas pruebas se pueden distinguir las infecciones agudas y las crónicas.

Tratamiento

No hay un tratamiento específico contra la hepatitis B aguda. Se realiza tratamiento sintomático.

La infección crónica por el virus de la hepatitis B puede tratarse con medicamentos (agentes antivirales orales). El tratamiento puede detener el avance de la cirrosis, reducir la incidencia de cáncer de hígado y mejorar la supervivencia a largo plazo.

La OMS recomienda la administración de tratamientos orales (tenofovir o entecavir) porque son los fármacos necesarios para suprimir el virus de la hepatitis B.

Es importante conocer que el tratamiento no cura la infección por el virus de la hepatitis B, tan solo suprime la replicación del virus. Por tanto, cuando se inicia el tratamiento contra la hepatitis B, se debe continuar durante toda la vida.

En muchos entornos de escasos recursos el acceso al diagnóstico y tratamiento contra la hepatitis B sigue siendo limitado. En 2015, solo el 9% (22 millones) de los 257 millones de personas con infección por el VHB estaban diagnosticadas. Entre los casos diagnosticados, la cobertura mundial del tratamiento era de tan solo un 8% (1,7 millones). Muchas personas solo son diagnosticadas cuando ya tienen hepatopatía avanzada.

Entre las complicaciones a largo plazo de las infecciones por el VHB, la cirrosis y el carcinoma hepatocelular son causa de una gran morbilidad y se pueden prevenir perfectamente con insistir en programas de vacunación que protegen de la posibilidad de una infección.

Prevención

La vacuna contra la hepatitis B es el principal pilar de la prevención de esa enfermedad. La OMS recomienda que se administre a todos los lactantes lo antes posible tras el nacimiento, preferentemente en las primeras 24 horas. La baja incidencia actual de infección crónica por el VHB en menores de 5 años es atribuible al uso generalizado de la vacuna contra la hepatitis B.

La serie completa de vacunas genera anticuerpos que alcanzan niveles de protección superiores al 95% en lactantes, niños y adultos jóvenes. La protección dura por lo menos 20 años, y probablemente toda la vida.

Hepatitis C

Cifras y datos

  • La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por el virus del mismo nombre; ese virus puede causar hepatitis, tanto aguda como crónica, cuya gravedad varía entre una enfermedad leve que dura algunas semanas, y otra grave de por vida.
  • El viirus de la hepatitis C se transmite a través de la sangre, y la mayoría de las infecciones se producen por exposición a pequeñas cantidades de sangre a través del consumo de drogas inyectables, de prácticas de inyección o de atención sanitaria poco seguras y de la transfusión de sangre y productos sanguíneos sin analizar.
  • Se estima que hay en el mundo 71 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C.
  • Un número considerable de esas personas con infección crónica desarrollarán cirrosis o cáncer de hígado.
  • Cada año mueren unas 399 000 personas debido a la hepatitis C, sobre todo por cirrosis y carcinoma hepatocelular.
  • Los antivíricos pueden curar más del 95% de los casos de infección por el virus de la hepatitis C, lo que reduce el riesgo de muerte por cáncer de hígado y cirrosis, pero el acceso al diagnóstico y el tratamiento es limitado.
  • En la actualidad no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C, pero la investigación en esa esfera continúa.


Transmisión

Generalmente se transmite:

  • Al consumir drogas inyectables y compartir el material de inyección;
  • En entornos sanitarios, debido a la reutilización o la esterilización inadecuada de equipo médico.
  • A través de transfusiones de sangre y productos sanguíneos sin analizar.

El VHC también se puede transmitir por vía sexual y pasar de la madre infectada a su hijo, aunque estas formas de transmisión son menos frecuentes.

La hepatitis C no se transmite a través de la leche materna, los alimentos o el agua, ni por contacto ocasional (ej. abrazos, besos y comidas o bebidas compartidas con una persona infectada.

Síntomas

El período de incubación de la hepatitis C puede variar de dos semanas a seis meses. Tras la infección inicial, aproximadamente un 80% de los casos no presentan síntomas. Aquellos con sintomatología aguda pueden presentar fiebre, cansancio, inapetencia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).

Diagnóstico

Dado que la infección aguda por el VHC es generalmente asintomática, pocos son los casos diagnosticados en la fase aguda. A menudo, la infección crónica por el VHC también queda sin diagnosticar porque se mantiene asintomática hasta décadas después, cuando aparecen síntomas secundarios al daño hepático grave.

La infección con el VHC se diagnostica en dos etapas:

1- La detección de anticuerpos anti-VHC con una prueba serológica revela la infección.

2- Si los anticuerpos anti-VHC son positivos, para confirmar la infección crónica se necesita una prueba que detecte el ácido ribonucleico (RNA) del virus.

Tratamiento

La hepatitis C no siempre requiere tratamiento, porque en algunas personas la respuesta inmunitaria eliminará la infección espontáneamente y algunas personas con infección crónica no llegan a presentar daño hepático. Cuando el tratamiento es necesario, el objetivo es la curación.

El tratamiento de la hepatitis C actualmente está cambiando. El sofosbuvir, el daclatasvir y la combinación de sofosbuvir/ledipasvir forman parte de los tratamientos preferidos en las directrices de la OMS, y pueden lograr tasas de curación superiores al 95%.

El tratamiento con antivíricos de acción directa (AAD) puede curar a la mayoría de las personas infectadas por el VHC y dependiendo del compromiso de la infección (presencia o no de cirrosis) puede acortarse el tratamiento a 12 semanas. Los tratamientos utilizados hasta hace 2 años tenían muchas reacciones adversas y se prolongaban a 48 semanas . La desventaja del uso de los AAD es la limitación a su acceso debido a su alto costo.

En 2015, de los 71 millones de personas que había en el mundo infectadas por este virus, solo el 20% (14 millones) estaban diagnosticadas. Ese mismo año, solo se inició el tratamiento en el 7,4% de los casos diagnosticados (1,1 millones). Aún queda mucho por hacer para asegurar que esos progresos den lugar a un mayor acceso al tratamiento en todo el mundo.


Prevención

Prevención primaria (para evitar infección)

Como no hay vacunas para prevenir la infección por el VHC, la prevención depende de la reducción del riesgo de exposición al virus en el entorno sanitario y en los grupos de población de alto riesgo.

Prevención secundaria

Para las personas infectadas por el VHC la OMS recomienda:

  • Información y asesoramiento sobre opciones de atención y tratamiento;
  • Vacunación contra las hepatitis A y B para prevenir la coinfección por esos virus y proteger el hígado;
  • Tratamiento médico temprano y adecuado, incluida, si procede, la terapia antivírica.

Mensajes clave del Día Mundial contra la Hepatitis 2017

Conoce las hepatitis - ¿estás en riesgo?

  • Las hepatitis víricas afectan a 400 millones de personas en el mundo y, dada la magnitud de la epidemia, todos estamos en riesgo. Por este motivo, todos debemos acceder y concientizar sobre el consejo de que la población debe vacunarse masivamente para prevenir la Hepatitis B , al menos una vez en la vida debemos enes un testeo de Hepatitis C.

Conoce las hepatitis - se deben hacer pruebas de búsqueda.

  • Se estima que el 95% de las personas con hepatitis no saben que están infectadas. Las pruebas para detectarlas siempre deben estar incluidas en laboratorios de rutina cuando los pacientes se realizan controles de rutina.

Conoce las hepatitis - buscá tratamiento

  • El desconocimiento y el escaso acceso a los servicios de tratamiento de las hepatitis a nivel mundial significa que la mayoría de las personas que necesitan tratamiento no lo reciben.
  • Más del 90% de las personas con hepatitis C pueden curarse completamente en un plazo de 3 a 6 meses.
  • El tratamiento apropiado de las hepatitis B y C puede evitar la aparición de las graves complicaciones, potencialmente mortales, de las hepatopatías crónicas: la cirrosis y el cáncer de hígado.
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