Miguel, el apasionado coleccionista que reconstruye bicicletas antiguas

Por Gonzalo Contino

La vida de Miguel Nitzsche tiene dos pasiones: la música y las bicicletas antiguas según él mismo cuenta. Su amor musical lo desarrolla siendo docente en la Escuela La Llave donde está a cargo de una orquesta infantojuvenil de vientos; y su amor por las bicicletas, lo lleva a restaurarlas, armarlas, reconstruirlas y coleccionarlas.

Vive en el barrio Pinar de Festa donde guarda una colección de 17 bicicletas antiguas, de distintos modelos y marcas, algunas originales y otras restauradas.

“Mi primer acercamiento fue como ciclista deportivo, ya desde la época que vivía en Buenos Aires, después estudié técnico mecánico y ahí comenzó mi interés por el elemento en sí”, destacó Miguel, quien vive en Bariloche desde hace 34 años.

También aseveró que siempre estuvo ligado a ellas ya que durante 15 años tuvo una bicicletería y desde hace 30 se dedica a fabricar cuadros para las mismas, aunque hoy “el mercado de este tipo de bicicletas es prácticamente inexistente, ya que existen otros materiales y otra tecnología”.

Muchas de las bicicletas que tiene en su colección, comenzaron desde un componente particular, por ejemplo, tiene una modelo Condorino que comenzó por el manubrio. “Encontré en una bicicletería el manubrio de este modelo iitaliano muy antiguo y desde esa pieza, comencé a buscar el resto de sus componentes hasta llegar a completarla”, aseguró Nitzsche.

Según contó en diálogo con ANB, existen varios motivos por los cuales una bicicleta pueden movilizar a una persona; uno de ellos es la familiaridad, “yo puedo verla y recordar ´mi abuelo tenía una de esas´ o ´yo me acuerdo en mi barrio andaban con una así”.

La otra razón es estética ya que “son de una época donde los artesanos, sobre todos los italianos, tenían una impronta muy fuerte”; y por último lo que puede despertarle algunos detalles técnicos sorprendentes, “por ejemplo en mi colección tengo tres tipos de cambios de velocidades distintos, uno de los cuales nunca había visto hasta encontrarme con esta bicicleta en particular”.

Miguel se autodefine como un “arqueólogo ciclístico”, “a cada lugar que voy, recorro las bicicleterías más antiguas y me meto a buscar elementos que quizá me falten para alguna que estoy restaurando o algún elemento que me despierte el interés para iniciar una nueva restauración”.

Pero a diferencia de otros coleccionistas, el utiliza los elementos de su colección. “Si tengo que salir, cualquiera de ellas está preparada y puede ser utilizada”, enfatizó, además de agregar que él no quiere ´esconderla´, sino que todos puedan ver sus bicicletas.

Por eso, junto a Bicicletas por la Vida, realizará una muestra donde expondrá sus bicicletas. Será del 7 al 28 de julio en La Llave, con entrada libre y gratuita. (ANB)