viernes 19 de abril de 2024

¡Los pibitos de Cuba están vivos!

Después de 90 años los odiadores de la derecha no pueden mostrar un discurso o una acción que traicione las convicciones de Fidel.

domingo 27 de noviembre de 2016
¡Los pibitos de Cuba están vivos!

“50.000 niños morirán este año en Latinoamérica por causas relacionadas con la pobreza, ninguno es cubano”, anuncia un cartel que da la bienvenida a La Habana-Cuba, ¡cuántos hijos tiene Fidel!

Esta pequeña isla, tan gigante en dignidad, puede mostrar los mejores índices sociales del mundo, reconocidos por sus enemigos. Se la puede ver compitiendo con Finlandia, Suecia, Canadá, cuando debería pertenecer al pelotón de Haití, Honduras, o Costa Rica, así lo había dispuesto el orden mundial, como también había dispuesto que fuera el prostíbulo para los norteamericanos ricos que hasta 1959 dejaban de lado su hipócrita puritanismo para tirar una cañita al aire al son del son cubano y los mojitos,…pero un día llegó Fidel.

Los eternos detractores de la revolución que bailaron y festejaron anteayer a la noche la muerte del líder inmortal, tan incómodo para todos, los que ahora bailan, y también para los que ahora lloran.

Incómodo para los primeros porque intentaron más de 600 veces y no pudieron matarlo, porque nunca pudieron mostrar una foto en la que no estuviera trabajando, porque fueron alimentando durante tantos años la degradación moral que tanto odio les producía, porque avalaron un bloqueo asesino de niños que ni así los pudo matar, porque al final de todas las discusiones los pibitos de Cuba están vivos, y van a la escuela, y leen más que en cualquier otro lugar del mundo, y ríen, y cantan, y juegan, y mientras hacen todas estas cosas hasta protestan algunos por la “falta de libertad” que hay en Cuba, ese extraño concepto fast food de libertad que nos inoculan desde Hollywood por el que debemos agradecer que se nos permita comprar dos millones de dólares por mes aunque no lleguemos a pagar la luz, mientras los pibitos se mueren como moscas en los países pobres que no son Cuba.

Incómodo también para los que ahora estamos profundamente tristes porque personas como Fidel, tan humanos como cualquiera, nos muestran el tamaño de nuestra tibieza, de nuestra cobardía, de nuestra falta de inteligencia, de nuestra falta de generosidad. No hay mayor amor que dar la vida, algunos lo hacen en serio y nos muestran que se puede, y nos dejan frente al espejo incómodo de nuestra mediocridad.

Incómodo es Fidel porque después de 90 años los odiadores de la derecha no pueden mostrar un discurso o una acción que traicione sus convicciones, acá no nos duran un año los legisladores diciendo lo mismo o en el mismo bando. Incómodo porque con su uniforme verde oliva y su barba desprolija trascendió a decenas de presidentes norteamericanos con el poder total, los trascendió en la vida y mucho más los trascenderá en la historia. Incómodo Fidel para cuando somos  revolucionarios de escritorio que hablan de pueblo pero no se embarran, ni gestionan, ni logran dar el paso de la crítica teórica a la construcción concreta que mejore vidas, jugando de esta manera el juego de la derecha; incómodo para cuando somos populares que se animan solo hasta un reformismo que no afecte el sueldo, que se mofan del concepto de revolución, aunque les queden miles de pobres afuera del proyecto, aunque no cambien las estructura de desigualdad, jugando de esta manera el juego de la derecha.

Incómodo Fidel porque viviendo tanto, y no abandonando el mando, rompió el sistema de ciclos de diez años con que los usurpadores de los bienes de todos nos dejan jugar por momentos a gobernarnos, para después volver a decirnos que “nos hicieron creer” algo que no puede ser, parece que diez años dura la memoria social de las mayorías, y después siempre llega la restauración conservadora, en Cuba no pudo ser.

¡Que incómodo es Fidel! Que cuando todos se retiran a los 70 y pico siguió hablando de socialismo, de los pobres del mundo, pero sumó la ecología y nos mostró que el sistema capitalista es tan voraz que se come el planeta, como esos virus que matan el organismo que habitan y después inevitablemente se mueren con él.

Incómodo Fidel que cuando era cómodo ponerlo en contra de las expresiones religiosas del pueblo dijo que Jesucristo fue el primer socialista, contó de su formación jesuita, se abrazó con líderes religiosos.

Incómodo para los propios y los ajenos, por la revolución le expropió los campos a su propio padre, consolidada la revolución le incautó las armas a todos los cubanos, lo guió a Chávez para que no se inmolara durante el golpe en Venezuela, y le anticipó que el imperio lo mataría, lo retó a Kirchner por la mortalidad infantil de Argentina en 2006, les hablaba en inglés a los norteamericanos, discutía fuertemente decisiones de la URSS de la que dependía la isla, se hizo amigo de Maradona cuando todos se alejaban, exportaba médicos y vacunas en la era de la ganancia y el individualismo.

Pero sobre todo es incómodo Fidel cuando nos dice que un revolucionario debe ser profundamente optimista, creer en el ser humano aunque este no de muchas muestras de sabiduría, que estemos donde estemos, tengamos los recursos que tengamos, tenemos la obligación de “buscarnos una causa justa que defender y todos los días, la esperanza para seguir adelante”.

 

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