miércoles 1 de mayo de 2024

“Machi” Ceballez, el hombre que revolucionó la natación en Bariloche

El reconocido entrenador de Piletas del Nahuel habló con ANB sobre su llegada a la ciudad en 2007 y el recorrido realizado hasta hoy. Acá, su historia. ¡No te pierdas la galería de fotos!

sábado 27 de mayo de 2017
"Machi": "Vine a probar suerte y me fue bien".

Por Nicolás Malpede

Maximiliano “Machi” Ceballez es entrenador de natación. Ese es su trabajo, pero también su pasión. Tiene 35 años y desde los 13 está ligado a este deporte.

Nació en Capital Federal y las vueltas de la vida los trajeron a Bariloche, donde formó una bella familia compuesta por su pareja Marina y sus hijos Nicolás y Santiago, de 6 y 2 años respectivamente.

“No me imagino haciendo otra cosa”, resalta “Machi”, y le da un largo sorbo al cortado mediano que le acaban de traer.

En 2007 su vida dio un giro de 360 grados. Cambió Buenos Aires, el barrio, la cancha de Boca y las charlas diarias con amigos por los paisajes barilochenses.

"Machi" y sus directivas precisas. 

Le surgió la posibilidad de venir a la ciudad a trabajar a Piletas del Nahuel y no lo dudó. Con Marina llenaron los bolsos de ilusiones y partieron hacia la Patagonia. La incertidumbre era mucha, y las ganas de salir adelante también. “Vinimos a probar suerte y la verdad que nos fue bien”, resalta, orgulloso. En 2009, sus padres Orlando y Liliana también se vinieron para el sur a hacerle compañía. Hoy manejan el buffet del club.

Actualmente, Ceballez tiene a su cargo en Piletas a 25 chicos federados, de entre 8 y 18 años. Algunos de ellos compiten a nivel nacional y otros en la provincia.

Entre sus alumnos se encuentran Anna Huusmann -una de las grandes figuras del deporte local-, Bautista Navarro, Nuria Olavarría y Agustina Blazquiz.

Además, dirigió durante mucho tiempo a Abril Fuentes, Nicolás Morán y Mayte Puca, tres deportistas de alto nivel, con quienes obtuvo importantes triunfos.

"Yo también aprendo de los chicos"

ANB: ¿Cuándo decidiste ser entrenador?

M.C.: Siempre supe que iba a dirigir. Nadé en Buenos Aires desde los 13 a los 22 y me iba muy bien. A esa edad sentí que había terminado un ciclo y empezado otro.  Tenía la vocación y las ganas de ser entrenador.

ANB: ¿En qué momento está la natación de Bariloche?

M.C.: Está muy bien. El deporte creció muchísimo en los últimos años. De todas maneras, no hay un parámetro adecuado en la ciudad porque solamente existen dos clubes vinculados a la disciplina -Piletas del Nahuel y Pehuenes-. Para saber dónde estamos parados es clave medirnos constantemente con los mejores a nivel provincial y nacional.

ANB: ¿Es fácil obtener buenos resultados en Bariloche?

M.C.: Sí, es muy sencillo. Acá es fácil resaltar y ser reconocido, pero no hay que quedarse con eso. Sería un grave error, porque uno se estancaría. 

ANB: ¿Cuáles son tus objetivos principales en tu trabajo?

M.C.: (Piensa) Formar a los chicos como deportistas y como personas. Obviamente la intención es siempre salir campeones y bajar las marcas, pero el factor humano para mí es sumamente importante.

ANB: ¿Qué valores les inculcás a tus alumnos?

M.C.: La disciplina, el respeto, el compromiso y el compañerismo.

ANB: ¿Es fácil llegarles con el mensaje a los jóvenes de esta época?

M.C.: No, para nada. Hoy en día muchos chicos se rigen por el individualismo. Cuesta que se abran. Antes era más sencillo generar un vínculo de confianza con los pibes.

"Machi", con Anna Huusmann. 

ANB: Supongo que es fundamental crear una relación de confianza con el chico...

M.C.: Claro que sí. Yo tengo que saber cómo andan, qué les pasa, cómo están y cómo son. Conozco las virtudes y las miserias de cada alumno. Necesito que estén bien para que rindan en la pileta.

ANB: ¿Cómo te ganás la confianza del chico?

M.C.: No mintiéndole nunca. Ir siempre de frente, con la verdad.

ANB: ¿Creés que generaste cambios en la natación local desde que llegaste?

M.C.: Creo que sí. Cuando me instalé en la ciudad el programa de pruebas era distinto y la planificación también. No estaba bien visto salir de Bariloche e ir a competir a otras ciudades por el miedo a perder. De 2007 a 2011 logramos pegar un salto sustancial. Hubo grandes cambios a nivel local y en toda la provincia. En esas épocas estaba todo el día planificando. No paraba. Hoy el deporte tiene gran presencia en todo el país. Actualmente estamos entre los primeros en los torneos más importantes. Hubo una modificación en la manera de trabajar y en la mentalidad de los chicos. Hoy saben que no son menos que nadie y con esta premisa vamos a competirles de igual a igual a cualquiera.

Ceballez, siempre con la palabra justa. 

ANB: ¿Qué tiene que tener un buen entrenador de natación?

M.C.: Honestidad y mucho trabajo. La planificación es importante y también es necesario tener la capacidad de ser flexible y corregir a mitad de camino si hay algo que no va bien. Lo que el nadador hace en el agua tiene que estar detalladamente programado. Hay que preparar los macro y los micro ciclos, para, por ejemplo, tener en claro cuáles van a ser los picos de volumen más alto. Es una tarea de hormiga.

ANB: ¿Qué es lo más gratificante de tu trabajo?

M.C.: Sin lugar a dudas, hacerme amigo de los chicos y seguir la relación a lo largo de los años aunque ya no naden más. Es lindo saber que lo que aprendieron durante su proceso formativo, lo van aplicando en otras esferas de su vida. Me enorgullece ver cómo vuelcan a otras actividades todo su aprendizaje. Los chicos en este deporte aprenden a tomar decisiones y a esforzarse para obtener logros. El día de mañana, los jóvenes que hoy en día entrenan conmigo seguramente van a sacar adelante una carrera universitaria o lo que proyecten para sus vidas.

ANB: ¿Qué es lo que más extrañas de Buenos Aires?

M.C.: Hay una sola cosa que extraño, y mucho.

ANB: ¿Cuál es?

M.C.: Ir a la cancha a ver a Boca. (ANB)

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