viernes 26 de abril de 2024

Los números de la discordia (INDEC)

Las cifras de la inflación en el actual gobierno y el anterior. Tergiversación de la información versus negación.

domingo 21 de febrero de 2016
Imagen ilustrativa.

Por Mario Antonio Bevilacqua (*)

En enero de 1990, el diario Página 12 publicaba el siguiente humor gráfico:

¡Último momento! Según cifras oficiales del INDEC, la inflación de diciembre fue tan sólo del 40%.
Esta cifra se habría obtenido promediando los siguientes aumentos: Precios 80 %, Salarios 0 %.

Toda broma, en el fondo, busca burlarse de la información que considera ridícula o poco creíble. En diciembre del 89 el índice de precios fue del 40,1% (Inicio de la hiperinflación) mucho menos de la sensación térmica que la gente sufría por aquellos tiempos.

Desde siempre la información que brindó el INDEC fue discutida, por supuesto que cuando se habla de guarismos muy elevados pasa desapercibida la fidelidad de la información, pero cuando las cifras son de un dígito, ahí si nace la discusión y la falta de credibilidad. En estos últimos años se puso sobre el tapete la veracidad de la información elaborada por el INDEC. Mucho se habló de las causas que llevaron a esa situación, algunos esgrimían que el desajuste se produjo para reducir los pagos de intereses de bonos indexados por índices elaborados por el instituto, otros argumentaban que la decisión fue tomada para no generar un espiral inflacionario (la expectativa de inflación lleva a remarcar en exceso). En definitiva, sea cual fuese la excusa, nunca se debió desnaturalizar los valores de los índices, la vida económica y social de un país depende de los mismos.

También es digno de aclarar que los índices se elaboran en base a una gran cantidad de variables, es el caso del IPC (índice precio al consumidor) que utiliza más de 600 productos y servicios que forman parte de su canasta, por lo tanto tiene una ponderación muy amplia lo que provoca una cierta dispersión en sus efectos. ¿Qué se quiere decir con esto? Por ejemplo, el IPC de enero (Estimado) fue de 4.1%, alguien puede decir que debió ser más alto porque la carne aumentó más de un 40%, pero evidentemente hubo otros artículos y servicios que bajaron en sus valores o se mantuvieron estables.

En los últimos meses se generaron avances sobre la vuelta a la credibilidad de los datos elaborados por el INDEC, a pedido del Gobierno Nacional anterior el FMI revisó los métodos y procedimientos utilizados por el instituto y realizó una serie de recomendaciones que en algunos casos fueron puestos en práctica y en otros no llegaron a concretarse, por ejemplo se logró un importante progreso en el cálculo del PBI.

El actual gobierno nacional decidió cerrar las puertas del INDEC y empezar de nuevo.La responsable en la elaboración de los nuevos índice calculó que por lo menos 8 meses harían falta para concretar dicho proyecto. Esta semana la Directora del INDEC fue removida y ya se menciona que en el próximo trimestre se tendrán algunos índices de referencia.

Un país no puede estar sin saber qué sucede con el costo de vida, con el empleo, con la pobreza e indigencia, etc. Antes se tergiversaron los datos, hoy directamente no tenemos ninguna información,  es indignante. Confeccionar un índice no es una tarea científica (Mario Bunge, autor de La Ciencia su Método y Filosofía) es un trabajo puramente técnico, que necesita de un conjunto de herramientas, procedimientos y métodos para realizar la tarea en un período limitado. Se basa en la vieja teoría de sistemas (Input        Process        Output), donde el ingreso de la información se obtiene luego de haber hecho un intenso relevamiento de datos estandarizados en el campo, posteriormente se procesan a través de un programa determinado y por último se obtiene la salida de la información o índice.

Lo que está sucediendo con el INDEC se asemeja mucho al tema de la Corte Suprema cuando se busca designar a un nuevo miembro, el gobierno de turno afirma con convicción que el cargo será ocupado por un profesional independiente y la realidad luego nos demuestra que la asignación recayó en alguien con cierta proximidad al Ejecutivo. En el INDEC pasa algo similar: todos declaman la transparencia en los números pero en el fondo todos buscan friendly data para poder gobernar. Ojalá que el INDEC nunca mida los temas sanitarios, ahí sí que estaríamos padeciendo sus números, nunca sabríamos realmente si determinada enfermedad se encuentra en el grado de epidemia, brote o pandemia.  

(*) Contador Público.

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