viernes 29 de marzo de 2024

Planificación urbana

Bariloche, una ciudad que creció en población pero no en infraestructura

El crecimiento, especialmente el de los últimos años, dejó expuestos los problemas que afectan diariamente a vecinas y vecinos.

jueves 01 de junio de 2023
Bariloche, una ciudad que creció en población pero no en infraestructura
En el último tiempo, el crecimiento poblacional expuso la infraestructura deficiente dela ciudad. Fotos: Marcelo Martínez.
En el último tiempo, el crecimiento poblacional expuso la infraestructura deficiente dela ciudad. Fotos: Marcelo Martínez.
Por Claudia Olate

Desde hace años, Bariloche se mantiene en constante crecimiento y esto se ve, no solo en el aumento de la población, si no también, en la expansión inmobiliaria hacia distintos sectores de la ciudad.

La construcción de edificios se volvió cada vez más repetida, especialmente en zonas donde hasta no hace tantos años, primaban las viviendas, como, por ejemplo, el barrio Belgrano, donde las nuevas obras son una constante.

Ante esto, surgen interrogantes como qué es lo que estipula el Código Urbano, qué planificación hay, cuáles son los límites y quién controla esta situación en una ciudad donde no abundan los servicios ni los lugares donde vivir.

Los primeros intentos de ordenamiento urbano datan de 1980, cuando Bariloche era un pueblo chico que pensaba en un posible crecimiento a futuro. Actualmente, la ciudad cuenta con un Código Urbano vigente, aprobado en 1995 en el que se establece que es el instrumento, “técnico legal para el planeamiento físico del asentamiento urbano”.

“Se dice mucho que Bariloche no tiene planificación urbana pero no es tan así. Tiene planes vigentes, lo que tiene son problemas de gestión”, consideró en diálogo con ANB el sociólogo e investigador del Conicet, Tomás Guevara.

El Código Urbano estipulaba que se debía concentrar el crecimiento de la ciudad hacia el este. Foto: Marcelo Martínez.

Según manifestó Guevara, en el primer Código Urbano con el que contó la ciudad, de 1980, se estipulaba que no se debería intensificar el uso de la tierra hacia el oeste ni hacia el sur de la ciudad, si no, concentrar el crecimiento para el sector este.

“Esto no se materializó, o fue muy leve, y hay zonas del oeste que están prácticamente invivibles debido a la concentración de población que se permitió”, indicó y ejemplificó con el barrio Melipal y alrededores, donde se habilitó la construcción en PH y esto permitió que viva mucha más gente en el espacio.

En este mismo sentido, el arquitecto y doctor en Urbanismo, Norberto Rodríguez, remarcó que “el Código Urbano no puede ser la única herramienta para planificar”, especialmente teniendo en cuenta el crecimiento exponencial de la ciudad en las últimas décadas.

Para Guevara, estas decisiones que van contra de lo que se pensó años atrás como una forma de ordenamiento urbano, muchas veces pueden estar motivadas por “lobbies o intereses”. Con esto también se refirió al Plan de Desarrollo del Oeste que apunta a densificar algunas zonas que ya fueron impactadas y “ahora por ejemplo con el proyecto Cauma quieren aplicar otro uso del suelo distinto al establecido para las Reservas Naturales Urbanas”.

Sobre las construcciones que se multiplican en toda la ciudad, especialmente en formato edificios, Rodríguez indicó que “hace años planteamos que hay que declarar una emergencia infraestructural”. Con esto, se refiere a que debería controlarse la construcción, “hasta que se pueda abastecer a quienes ya vivimos en la ciudad, con los servicios e infraestructura necesarios”.

Para Guevara, hay una falta de gestión más que de planificación urbana. Foto:  Marcelo Martínez.

Sin embargo, “hay una concepción de que no se puede frenar el desarrollo, porque genera empleo y se instala un miedo de restringir inversiones o alejarlas”, consideró Guevara y añadió que “no se trata de eso, sino, simplemente de preservar ciertos lugares”.

En este sentido, añadió que “lo que me parece que hay es un problema de gestión, no solo del Ejecutivo sino del Concejo donde también se aprueban un montón de excepciones”, y remarcó que tampoco es una situación nueva, si no que arrastra de antiguas gestiones.

“Hay un problema de cómo la ciudad toma definiciones que decide el Ejecutivo y el Concejo no ayuda con las excepciones”, sostuvo el sociólogo en relación a las numerosas excepciones que se han aplicado para distintos proyectos o emprendimientos inmobiliarios.

Como ejemplo, detalló que “todo lo que pasó en la zona sur de la ciudad, lo que se encuentra del otro lado de la calle Crucero Belgrano, eran tierras de uso agrícola forestales, es decir que no debería haberse urbanizado y ahora incluso están pensando en otro loteo”.

Con esto, Guevara se refirió al proyecto de Las Morenas, que es el único anunciado por el Ejecutivo en los últimos años, como respuesta a la demanda habitacional que se agravó, post pandemia.

Este proyecto fue presentado por un privado que pretendía emprender una urbanización en el sector en cercanías al pie del cerro Ventana, y como contraparte, el municipio recibiría unos 300 lotes sociales en concepto de plusvalía urbana.

Si bien esas 320 familias que resultarían beneficiarias de este loteo, ya habían sido preseleccionadas, el proyecto se paralizó en marzo de 2022 a pedido del Ejecutivo y no continuó su tratamiento en el Concejo Deliberante.

A fines de año, se ingresó nuevamente el proyecto en el Concejo Deliberante, con algunas reformulaciones y desde el Ejecutivo marcaron que se ha establecido “la prioridad de avanzar en los procesos de regularización dominial y de acceso a la tierra”.

“Este es un proyecto que tiene muchísimas hectáreas, que fue promocionado por el Ejecutivo para obtener a cambio, 2 o 3 hectáreas para vivienda social. En lugar de permitir esto, sería preferible que el municipio compre 5 hectáreas y no entregue 130 para una urbanización para la cual no se podrá brindar infraestructura”, consideró Rodríguez.

Según los datos del censo, el departamento de Bariloche cuenta con 164 mil habitantes. Foto: Marcelo Martínez.

En este mismo sentido, el arquitecto señaló que también en el este se hicieron distintos loteos, “y ahora hay mucha gente que compró terrenos y no tienen agua potable, por ejemplo. ¿Quién permitió el loteo? ¿Cómo se puede permitir si no se averigua antes si hay servicios?”.

En Bariloche, sucede lo contrario a lo que ocurre en otros lugares, “donde es el municipio que sale a buscar al privado”, manifestó Guevara por otro lado, y añadió que “acá viene el privado, te organiza todo a cambio de algunos lotes sociales y termina siendo el privado que gestiona cómo crece la ciudad”.

Sumado a la escasez de loteos sociales o viviendas, la llegada de nuevos habitantes en los últimos años se intensificó, dejando al descubierto, además, una infraestructura de servicios deficiente e insuficiente para la población.

“Bariloche tiene los mismos servicios que hace muchos años. Hay instalaciones que quedan viejas, todo lo que se hace, da la impresión de que es poco y tarde”, señaló Guevara y remarcó que “eso es un problema de gestión. Si preveías que la ciudad creciera de determinada manera, se deberían haber visto cómo ensanchar arterias, mejorar la movilidad, contar con una planta depuradora acorde, entre otras cosas”.

Esto lleva a constantes problemas con la falta de servicios básicos como el agua, en una ciudad rodeada de lagos pero carente de inversiones. En verano, la falta del recurso llevó incluso, a que vecinos del este amenazaran con cortar los accesos si no tenían respuestas.

Según datos provisorios del último censo realizado en el país, en el departamento  de Bariloche hay aproximadamente 164 mil habitantes. De estos números se desprende que casi un 40% de la población, por ejemplo, no tiene acceso a la red de cloacas.

Desde la Cooperativa de Electricidad Bariloche, indicaron que hay 32.143 conexiones cloacales en la ciudad mientras que los medidores de energía eléctrica son 56.371.

“Desde el Observatorio por el Derecho a la Ciudad presentamos notas al municipio para que nos digan en qué condiciones está la ciudad para seguir creciendo y nunca contestaron”, señaló Rodríguez e inquirió “¿Cómo planificas la ciudad si no sabes las condiciones en que están los servicios?”.

Siguiendo esta línea, sostuvo que las obras que se anuncian no alcanzan a cubrir la demanda existente. “La obra de ALIPIBA anunciada recientemente, por ejemplo, alcanzará para una cantidad de familias que será suficiente por unos 5 años. Lo mismo pasa con el Gasoducto, el Colector Costanero. Vienen y dicen que habilitan nuevos servicios para miles de personas pero eso no dura nada”, señaló.

En invierno, el problema se traslada a la calefacción, donde se limitan las conexiones nuevas a la red de gas y una enorme cantidad de habitantes, no cuenta siquiera con el recurso y tienen que calefaccionarse y vivir, a base de leña o garrafas, con costos muy elevados.

Desde el invierno de 2022, Camuzzi dejó de habilitar nuevas conexiones de gas, debido a que el gobierno nacional no finalizó las obras comprometidas para ampliar el Gasoducto Cordillerano y posibilitar así, nuevas conexiones en 25 localidades de Río Negro, Neuquén y Chubut.

“En 8 años de gestión no se ha hecho prácticamente nada. Solo se resolvió el dominio de la mitad del barrio 29 de septiembre, y la expropiación del barrio Alun Ruca”, sostuvo Guevara y agregó: “Están resolviendo un problema, pero de gente que ya vivía ahí sin resolver la grave demanda latente”.

Por otro lado, Rodríguez consideró que “la planificación en ciudades turísticas en otros lugares, es muy distinta a la de Bariloche, donde la decisión de construcción es igual a la que se da en Buenos Aires o Mar del Plata, cuando acá hay bosques y zonas que preservar. Si querés proteger el paisaje y que no matemos a la gallina de los huevos de oro, hay que conservar el paisaje y eso no está definido”. (ANB)

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