sábado 20 de abril de 2024

Imágenes para disfrutar: barilochenses recorren la Patagonia sacando fotos

Dejaron sus trabajos, vendieron todo y emprendieron una verdadera aventura. ¡No te pierdas las fotografías!

jueves 22 de noviembre de 2018
Belén y Federico, compañeros de ruta y de la vida.

Por Nicolás Malpede

El despertador sonó temprano. Ni bien escucharon el estridente sonido, despegaron de la cama. Estaban exultantes. La felicidad les brotaba por los poros. Es que las ganas de comenzar la maravillosa aventura eran muchas. Había llegado el día tan esperado. Desayunaron rapidito, cargaron en el jeep los bolsos, sus equipos de fotografía, el mate, una buena caja con alimentos y partieron.

Federico Viegener (33) y Belén Martínez (29) ya llevan recorridos más de 10.000 kilómetros, y van por más.

Salieron de Bariloche el pasado miércoles 26 de septiembre. Tomaron la Ruta Nacional 23 y cruzaron la provincia rionegrina hasta llegar a Las Grutas. Allí se quedaron varios días disfrutando de sus bellas playas. “En esta época es hermoso ir allí, porque no hay nadie”, señalaron los jóvenes barilochenses, en diálogo con ANB.

Belén, en plena acción. 

Luego, fueron hasta Viedma por el “Camino de la Costa” (Ruta Provincial 1) y a partir de ahí empezaron a ir rumbo hacia el sur. Pasaron por Playas Doradas,  Península Valdés, Puerto Madryn, Rawson, Trelew, Punta Tombo, Cabo Raso, Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, Puerto Deseado y Río Gallegos.

Después cruzaron a Tierra del Fuego por Punta Delgada. Estuvieron en Río Grande, Tolhuín y Ushuaia.

Tras visitar Puerto Almanza (la localidad más austral de Argentina, más al sur que Ushuaia) encararon rumbo norte. Pisaron tierras de El Porvenir en Chile y luego llegaron a Punta Arenas, tras navegar dos horas.

Federico, en la inmensidad de la montaña. 

Apenas bajaron del ferry partieron a Puerto Natales y organizaron todo para recorrer Torres del Paine, lugar en el que estuvieron cinco días transitando el imponente Parque.

Luego regresaron a Argentina y pasaron por El Calafate y El Chaltén, otra de las paradas largas del viaje (una semana). Hace unos días llegaron a Gobernador Costa (Chubut).

Siempre con las cámaras de fotos en mano, fueron disfrutando de cada uno de los lugares a los que arribaron. Captaron extraordinarias imágenes de paisajes y de los animales con los que se toparon. 

Pura ternura: un choique y sus charitos, en Península Valdés. 

El jeep Dodge Raider modelo 1988 cuenta con un sistema que genera la apertura de una carpa de techo. Se levanta en sólo dos minutos con una manivela  y adentro tiene un cómodo colchón.



El jeep y el súper "monoambiente". 

“La carpa queda arriba del vehículo. Es muy simple. La levantamos, nos sacamos las zapatillas y nos metemos adentro”, contaron los barilochenses. La mayoría de las noches duermen allí, y otras pernoctan en hoteles, hostels o cabañas.

“La carpa es muy cómoda, pero cada tanto viene bien una parada en un hospedaje para sobre todo pegarnos una buena ducha de agua caliente”, resaltaron. 

Juntos a la par: dos pingüinos de Magallanes. 

Ambos son abogados y fotógrafos. “Desde que estamos juntos realizamos algunos viajes cortos, pero fueron escapadas de diez días por el país. Cada vez que regresábamos a Bariloche sentíamos que había sido muy corto y que volvíamos con ganas de conocer más. Fue así que empezamos a pensar en la posibilidad de viajar sin fechas…poder recorrer tranquilos decidiendo qué ruta tomar y hacia dónde ir, sin mucho plan previo. Con el tiempo esa idea fue tomando forma hasta que nos decidimos”, contaron.

Faro de Punta Ninfas, en Chubut. 

“Por ahora se trata de un viaje caracterizado por estar en lugares alejados. Pasamos muchas noches acampando absolutamente solos, a decenas de kilómetros del pueblo más cercano. Disfrutamos de la naturaleza, ya sea en días despejados y calmos, como así también con fuertes vientos y lluvias. Nos maravilló descubrir cómo los animales lentamente se acostumbran a la presencia humana y te permiten estar un poco más cerca observándolos”, señalaron.

Belén, contemplando el cielo de El Chaltén, en Santa Cruz. 

“Recorrimos mar, montaña y estepa. Muchos kilómetros y lugares…y en ese recorrido tuvimos la suerte de ver una gran cantidad de animales: pumas, guanacos, choiques, peludos, zorrinos, maras, zorros grises y colorados, lobos y elefantes marinos, delfines australes y chilenos, toninas, ballenas, pingüinos de Magallanes, pingüinos de penacho amarillo, cormoranes, patos de varias especies, cóndores, pájaros carpinteros….¡Vimos de todo! ¡Fue realmente increíble!

“Es más que un plus ir tomando fotografías. Es una forma de viajar. Sacar fotos es nuestra pasión, cada uno con su estilo. Vamos eligiendo qué lugares recorrer pensando en las imágenes que podemos obtener”, aclararon.

Un puma de Torres del Paine, tranquilo y relajado. 

Viegener es un reconocido fotógrafo de la ciudad que se especializa en fotos nocturnas. Captura imágenes de paisajes, cielos y estrellas durante la noche, cuando el silencio se apropia de la ciudad.

Martínez, por su parte, se especializa en fotografías de animales y aves, tomadas siempre en el hábitat natural de cada especie.

Los lugares patagónicos cautivaron tanto a esta pareja que les resultó difícil quedarse con uno. “No es para nada fácil elegir. La Patagonia es igual de hermosa que extensa. Nos asombraron muchísimos sitios y sería muy injusto sólo nombrar uno. Hay que recorrerla y disfrutarla”, sostuvieron.

Cormorán gris. 

En cuanto a la planificación del circuito, explicaron que “si bien no armamos un recorrido, ya teníamos en mente varios lugares que  queríamos conocer”. “A medida de que avanzábamos fuimos definiendo cuántos días quedarnos en cada lugar o también descubriendo puntos que no estaban en los planes y que nos iban recomendando las personas que íbamos conociendo”, añadieron.

Puerto Almanza, Tierra del Fuego. 

Antes de partir, Federico y Belén (son novios hace cuatro años) “cerraron todo” en Bariloche. “Dejamos nuestros trabajos y el departamento en el que vivíamos, vendimos los muebles y nos subimos al jeep. Queríamos hacer este viaje sin fechas, sin nada que nos ate, sin obligaciones que nos estén esperando. Ahora, ya terminando esta que para nosotros fue una primera etapa. Veremos qué decisión tomamos… las ganas de seguir viajando están”, indicaron. “Obviamente extrañamos a nuestros familiares y amigos. Y mucho”, reconocieron.

“Cuando estás en lugares tan solitarios, recorriendo tantos kilómetros y conviviendo en un lugar tan pequeño sólo existen dos posibilidades: fortalecer el vínculo o que todo estalle  (risas). Nosotros podemos decir que superamos la prueba”, resaltaron. (ANB)

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