¿Cuál es el plan de Milei para calmar la ansiedad económica de los argentinos?

A solo tres meses desde su asunción, el presidente Javier Milei se sostiene con una notable aprobación del público, incluso cuando Argentina se sumerge en una crisis económica caracterizada por la inflación y la reducción del poder adquisitivo. A pesar de estos indicadores adversos, el gobierno anticipa un periodo aún más retador en el corto plazo, con proyecciones de una mayor caída en la economía y el consumo.

A pesar de que la administración nacional mantiene un envidiable nivel de aceptación superior al 55%, enfrenta turbulencias sociales y sindicales que amenazan con profundizar la crisis.

El líder de los camioneros, Pablo Moyano advirtió sobre la posibilidad de un nuevo paro nacional a finales de marzo o principios de abril, lo que marcaría la segunda gran medida de fuerza contra la gestión libertaria. La primera protesta organizada por la Confederación Nacional del Trabajo (CGT) se llevó a cabo el pasado 24 de enero, a solo 45 días de comenzado el mandato de Milei, evidenciando el malestar de distintos sectores sindicales frente a las políticas del gobierno. 

Este clima de tensión se agudiza con el anuncio de un paro de 24 horas por parte del Frente Sindical de las Universidades Nacionales para el próximo jueves 14 de marzo. Esta medida de fuerza, que incluirá actividades de visibilización en todo el país y un gran acto nacional y federal durante la primera quincena de abril, responde al descontento por el desplante del gobierno nacional a la paritaria universitaria, en el marco de recortes a la educación superior y una pérdida de poder adquisitivo de los salarios de más del 50% desde diciembre.

En su reciente discurso en el Congreso, Milei solicitó "paciencia y confianza" de la población, admitiendo implícitamente que las dificultades económicas actuales podrían intensificarse. Este contexto de incertidumbre se ve agravado por los incrementos en las tarifas de servicios esenciales, como la electricidad y el gas, lo que generó una especial preocupación entre la clase media, aun a la espera de las nuevas tarifas y mientras se define el ajuste en el costo del agua. 

La discusión sobre cómo equilibrar estos aumentos tarifarios cobró protagonismo en las conversaciones entre el gobierno y los gobernadores, quienes se reunieron recientemente para tratar estos temas. Se plantea la posibilidad de avanzar con una nueva legislación fiscal a cambio de la reintegración del impuesto a las Ganancias para ciertos sectores asalariados, un debate que centra en quién deberá asumir las repercusiones políticas de tal medida.

Es en este sentido que luego de la reunión del día viernes en la Casa Rosada, entre los gobernadores y los ministros Francos y Posse, el gobernador Alberto Weretilneck aseguró que los gobernadores se negaron contundentemente a restablecer la cuarta categoría de Ganancias. "Con la caída del poder adquisitivo de los salarios en el último año... Cargarle sobre eso otra reducción más a alguien es inclusive hasta exagerado", dijo.

En medio de este panorama, el gobierno nacional intenta proyectar ciertas medidas positivas para mitigar el impacto en el ánimo social, como la búsqueda de estrategias para reducir la inflación, una tarea en la que Milei se muestra optimista, aunque los expertos y análisis como el del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) indican que el proceso para alcanzar una inflación de un solo dígito será lento y complejo.

El ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, se mantuvo en diálogo con representantes de empresas de consumo masivo y supermercados, buscando moderar las expectativas de inflación sin recurrir a medidas extremas como devaluaciones o congelamientos de precios. Este equilibrio busca contener la inflación sin desencadenar aumentos de precios no justificados.

Asimismo, el gobierno tomó pasos hacia la austeridad, intentando equilibrar las cuentas públicas con acciones como el cierre de entidades estatales y la revisión de contratos gubernamentales. Esta estrategia de austeridad, junto con el llamado "Pacto de Mayo", pretende marcar un punto de inflexión en la percepción pública sobre la gestión económica del país.

Días atrás, la Vicepresidente Victoria Villarruel y el Presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, autorizaron un aumento en la dieta de los legisladores de ambas cámaras que llevaría sus ingresos a los 2.5 millones de pesos, una lógica contraria a la austeridad planteada por ellos mismos. Es así que el presidente de la Nación cuestionó la medida y ordeno darla de baja.

En medio de este clima de tensiones, una polémica medida agitó aún más las aguas. Contradiciendo su propio discurso contra la "casta" política, Milei firmó un decreto para aumentar en un 48% los sueldos del Poder Ejecutivo, incluyendo el suyo, el de su hermana y el resto de su Gabinete, llevando su salario a 6.025.945 pesos.

La medida, que generó un amplio repudio en las redes sociales -medios que Milei utiliza con bastante frecuencia-, fue finalmente derogada por el presidente en un intento de alinearse con el duro plan de austeridad que promueve su gobierno, en un contexto de retroceso económico y restricciones para la mayoría de la población.

Mientras tanto, Milei y su administración enfrentan el desafío de cambiar la narrativa económica de Argentina, evitando repetir errores pasados y buscando un equilibrio fiscal en un país con larga historia de desequilibrios financieros. La promesa de una mejora económica hacia el segundo semestre se mantiene como una meta a alcanzar, en un esfuerzo por mejorar el empleo, el consumo y la estabilidad de precios. (ANB)