viernes 29 de marzo de 2024

Una imperdible master class de zumba para ayudar al taller San José Obrero

La disciplina sigue creciendo en la ciudad, siempre con un costado solidario. Conocé de qué se trata esta imperdible propuesta.

jueves 13 de septiembre de 2018
Una imperdible master class de zumba para ayudar al taller San José Obrero

Por Nicolás Malpede

Se realizará este sábado una súper master class de zumba a beneficio de la Fundación San José Obrero. Será a las 19 en el Gimnasio Municipal 1.

Participarán como invitados especiales el zes chileno Rodrigo Díaz, quien viene por primera vez a Bariloche, y el zin José Luis Pizarro, uno de los referentes más importantes de Zumba Fitness Argentina.  

El evento es organizado por el staff de zumba del gimnasio New Energy y promete ser único e inigualable.

Las entradas

Las entradas ya están a la venta. Los valores son: la general $300, y $500 incluyendo un Meet & Greet con los instructores invitados.

Si sos miembro ZIN (Zumba Instructor) también tenés la posibilidad de sacarte una foto con ellos por $400.

Para adquirir las entradas, los puntos de venta son el gimnasio New Energy, ubicado en Onelli 560 (planta alta), de 8 a 22, o bien en Servicio Técnico Give, en Rolando 172, de 9 a 13 y de 16 a 20. Los menores de 12 años no pagan.

Aquellas personas que viven lejos de Bariloche y quieren participar de la actividad solidaria, pueden reservar su entrada escribiendo a [email protected] (especificar si se es miembro ZIN).

Una disciplina en crecimiento constante

“Durante este último tiempo Zumba Fitness ha crecido muchísimo en nuestro país, y por ende en Bariloche, y no sólo por todos los beneficios físicos, sociales y emocionales que generan estas clases, sino porque esta disciplina brinda un motivo más de encuentro”, señaló a ANB  Vichy Martire, instructora referente del equipo de zumba de New Energy.

El equipo de New Energy, siempre con buena onda. 

“Con zumba apareció una nueva manera de generar vínculos y potenciar el costado solidario que tenemos todos los que vivimos en esta ciudad”, añadió.

Dos extraordinarios zumberos

Rodrigo Díaz

Es un bailarín e ingeniero comercial chileno. Aunque participó en comerciales de televisión desde los trece años, alcanzó notoriedad al ganar la primera generación del programa busca talentos “Rojo, fama contrafama”, de Televisión Nacional de Chile, en febrero de 2003.

Ese mismo año inauguró su primera academia de danza en la comuna de Providencia. La segunda escuela llegó en 2009 y al año siguiente quedó oficialmente abierta la tercera.

Allí Díaz imparte clases de ballet, baile de salón, hip hop, jazz, danza moderna, reggaeton, salsa, claqué y zumba, además de un taller para niños con síndrome de Down y déficit motriz.

Como instructor de zumba Díaz ha impulsado esta disciplina en Chile, lo cual le valió el nombramiento en 2011 de ZES (Especialista en Educación de Zumba, por las siglas en inglés). Así, se convirtió en el responsable de la marca en toda Sudamérica.

Desde entonces, dictó clases y certificado instructores en México, España, Colombia, Argentina, Paraguay, Uruguay y Ecuador, entre otros países.

José Luis Pizarro

 Es un referente de zumba argentino en todo Latinoamérica. Vive en Córdoba y es instructor de Actividad Física Adaptada, coreógrafo e instructor de zumba.

Gracias a su fluido desempeño en esta disciplina que desarrolla desde el 2014 es Zumba Jammer, es decir, instructor de Zumba Fitness con un nivel muy avanzado.

Es el encargado oficial de impartir a los demás instructores miembros ZIN cursos específicos denominados ZIN Jam Session, en los que quienes participan reciben nuevas coreografías.

Un espacio de contención

Al taller San José Obrero concurren cerca de 30 chicos de las zonas más pobres de Bariloche. Actualmente no cuenta con ningún tipo de apoyo estatal, por lo que se sostiene bien “a pulmón” y, básicamente, como puede. 

En un pequeño salón se brindan capacitaciones en herrería y carpintería. Allí los chicos construyen “chulengos”, salamandras y canastos de basura, entre otros objetos de uso cotidiano.

Las edades de los jóvenes oscilan entre 16 y 24 años. “Es una edad clave y difícil para los chicos. Se les exige que se comporten como ciudadanos productivos pero no se les da el lugar ni las herramientas para hacerlo. Muchos no terminaron la secundaria ni la primaria”, dijo a ANB Fernando Fernández Herrero, titular de este espacio que funciona en el Alto de la ciudad desde 2011.

“Son pibes que se criaron sin contención. Tuvieron infancias con padres sin trabajo, transitadas en un contexto de extrema violencia, sin actividades recreativas y sin una escuela presente. Llegan al taller excluidos del sistema. Nosotros tratamos de incluirlos, contenerlos y darle esa oportunidad que necesitan para salir a flote”, remarcó. (ANB)

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