miércoles 24 de abril de 2024

¿Cloacas o pozo?

Más del 50% de la población de Bariloche no tiene acceso a la red cloacal. Acá algunos datos que te pueden interesar si aún no estás conectado a la red.

jueves 11 de enero de 2018
Foto: archivo.

En el día de hoy se dio a conocer que el Departamento Provincial de Aguas, aprobó un aumento de casi el 25% de la tarifa por el servicio de cloacas que será cobrado por parte de la Cooperativa de Electricidad Bariloche desde la próxima factura.

Sin embargo, este servicio llega a menos del 50% de la población. Bariloche cuenta con una planta depuradora desde 1994 y si bien en los últimos años algunos barrios lograron sumarse a la red, como es el caso del San Francisco y El Frutillar, el incremento en la cantidad de efluentes, por el crecimiento poblacional de la ciudad y la demora en la ejecución de la segunda etapa de la planta potabilizadora hace que los porcentajes se mantengan similares en los últimos años.

La construcción del nuevo módulo traerá cierto alivio permitiendo un número mayor de conxiones, pero para eso aún hay que esperar.

 

Si no tenés cloacas, algunos datos que te pueden interesar.

Un porcentaje importante de la población de Bariloche no tiene conexión a la red cloacal y en esos casos para muchos es cómo hacer para no contaminar el suelo o las napas.

Ese 60% que no está conectado a la red vierte sus residuos cloacales a pozos ciegos o pozos negros y el riesgo está en la cercanía de estos a las napas subterráneas, las cuales se nutren del agua pura que baja de los cerros.

Al consultar a la docente de la Universidad de Río Negro, Martha Riat, especialista en el tema, aseguró que lo importante es la buena absorción de este pozo y aclaró que para que esto se realice de forma correcta, es de suma importancia que estén bien divididas los distintos tipos de aguas que hay en un hogar.

“No es lo mismo las denominadas ´aguas negras´ que son las que provienen del inodoro o bidet que las que pueden llegar desde la ducha o el desagote del lavarropas”, sostuvo en diálogo con ANB.

La diferencia radica en la cantidad de residuos biológicos que hay en cada una, es por eso que necesitan distintos tratamientos, previos a ser depositados.

La profundidad de este pozo tiene como límite la altura de la napa freática. Siempre hay que evitar que los líquidos del mismo tomen contacto con el agua que circula de forma subterránea, ya que si esto sucede se contaminaría y provocaría daños irremediables en el medio ambiente y a largo plazo habría un problema muy serio en relación a los “canales” formados bajo tierra.

En relación a la capacidad de absorción de los pozos, se encuentra estrechamente relacionada a su tamaño y a su relación de funcionamiento con la cámara séptica.

La cámara séptica es un rectángulo que se construye bajo el terreno y que recibe las aguas de desecho de la casa. Fundamentalmente, este sistema de tratamiento de líquidos cloacales, se utiliza para separar los mismos en sus distintos tipos, para una correcta degradación.

Una vez que los líquidos ingresan a la cámara séptica, y gracias a que en ella no hay corriente de agua, los desechos sólidos se depositan rápidamente en el fondo del primer compartimiento. Esto permite que las bacterias descompongan ese lodo orgánico que se forma.

Las aguas que resultan del proceso de separación, fluyen al segundo compartimiento de la cámara séptica, la cual debe estar construida de una manera que los sólidos no pasen. El tiempo de digestión del material orgánico por parte de las bacterias en este lugar es menor, ya que existe muy poca cantidad de sólidos y el tamaño de la misma es menor que la anterior. Los líquidos resultantes de esta purificación son enviados a un campo de drenaje o a un pozo ciego.

En relación a las bacterias que cumplen su función en los pozos, hay que tener en cuenta que hay ciertos elementos que las eliminan, lo que no es bueno para su correcto funcionamiento. “La utilización en exceso de lavandina puede provocar la eliminación de todas las bacterias que tienen que ´trabajar´ dentro de los pozos”, aseguró Riat, agregando que su utilización debe ser medida.

Finalmente, destacó que el tamaño del pozo y de la cámara deben ser acordes a la superficie de construcción y a la cantidad de personas que van a vivir en ese lugar. Por eso, es importante asesorarse, ya sea en el municipio o bien en el Departamento Provincial de Aguas, a la hora de emprender una nueva edificación, para tener en cuenta dejar el espacio para tener un pozo ciego que funcione correctamente y no sufrir altercados posteriores y tener que hacer modificaciones en la obra. (ANB)

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