A la vejez viruela

Es un secreto a voces que a fin de año o quizás a principios del que viene el Gobierno Nacional impulsará la extensión de la edad jubilatoria para poder acceder a los beneficios del sistema previsional.

Las probabilidades que se llegue a concretar son muchas, aunque el gobierno vaya a contar con 1/3 de los votos necesarios, los partidos satélites que lo apoyan  levantaran la mano para aprobar ley, bajo la escusa de garantizar la gobernabilidad.

Se busca con esta medida reducir transitoriamente el ingreso de nuevos jubilados al sistema, para que el Tesoro Nacional se ahorre los salarios de las nuevas incorporaciones.

Se llega probablemente a esta decisión por la gran cantidad de trabajadores en negro (40%) que no aportan al sistema y a la ciencia que hace posible que las personas puedan vivir más años, ambas causas generan el déficit en el sistema previsional, ya que una jubilación debe ser soportada por el aporte de 7 trabajadores activos, cuando en la actualidad son solo 2 los que aportan al sistema. 

Para cubrir ese bache financiero el Estado Nacional aporta al sistema una parte de los impuestos nacionales coparticipables y la rentabilidad que brinda el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (antigua cartera de las AFJP) que administra el ANSES.

Llama la atención que el Ejecutivo Nacional compuesto en su inmensa mayoría por CEOS impulse esta reforma que ellos no aplican en sus respectivas empresas, casi todas las grandes organizaciones expulsan de su plantilla de personal a aquellos empleados que cumplen 60 años porque consideran que una persona joven debe reemplazarlo ya que este tiene la actitud, la pro actividad, las ambiciones y su deseo de crecer dentro de la organización que el trabajador mayor dejo de poseer.

Aumentar la edad jubilatoria condena a la gente joven al desempleo, hoy el 20% no tiene trabajo, con esta medida se incrementaran los guarismos de jóvenes sin empleo.

Es peor el remedio que la enfermedad, en todas partes del mundo el sistema de reparto es deficitario por lo mencionado en los párrafos anteriores, el Estado debería eliminar el trabajo en negro con medidas que alienten su blanqueo y estimular la inversión para la creación de nuevas fuentes de trabajo, para ello debería dinamizar el mercado del consumo interno y las exportaciones de productos terminados.