martes 23 de abril de 2024

Murga del Emaús: Música, color e inclusión

Desde hace poco más de un año, un grupo de quienes asisten al hogar para personas en situación de calle se junta a ensayar todos los miércoles. Conocé su historia.

martes 15 de agosto de 2017
Murga del Emaús: Música, color e inclusión

Por Gonzalo Contino

Todos los miércoles en el hogar para hombres en situación de calle, el Emaús, se vive distinto, desde las siete de la tarde, se empieza a escuchar el sonido de bombos, redoblantes, surdos y panderetas, porque comienza el ensayo de su murga.

Con poco más de un año de existencia, este grupo compuesto por personas que no tienen dónde dormir y se acercan allí para encontrar un plato de comida y una cama, se perfeccionan en su técnica, crean nuevos ritmos y se preparan para su próxima presentación.

Está dirigida por Carlos Casalla, reconocidísimo percusionista barilochense que supo estar presente en los más importantes escenarios del país, acompañando a destacados músicos de todos los estilos.

“Tanto para ellos como para mi es una experiencia maravillosa y lo que han mejorado en un año y con la alegría que lo hacen es algo increíble”, destacó Casalla, en diálogo con ANB.

Más allá de lo estrictamente musical, es muy destacable el trabajo de inclusión y de generación de sentido de pertenencia que provoca esta actividad. “Humanamente es maravilloso el trabajo, porque veo que a ellos los dignifica el hecho de pertenecer a una banda, seguir ciertos patrones y tener proyectos, porque siempre estamos pensando en lo que viene, sea carnaval, el aniversario de Bariloche o ahora el Día de la Primavera”, dijo.

Está integrada por 12 personas de forma estable y hay jornadas que llegan a ser hasta 18. “La murga cumple una función social que es buenísima, esta gente que está quizá todo el día en la calle, se siente mal consigo mismo y pasan frío, llegan a un lugar que está calentito, se les ofrece esta actividad y ensayan con unas ganas tremendas”, aseguró el director de la misma.

El estar en situación de calle hace que muchos de ellos sienta que no forman parte de la sociedad y que esta les da la espalda, por eso “ellos quieren formar parte de lo que sea y esto es una forma”, enfatizó, además de marcar la importancia que tuvo su participación en el desfile por el aniversario de la ciudad, ya que ellos “siempre miraron esas cosas desde afuera, pero ni siquiera como público algunos, sino totalmente desde fuera de ese entorno”.

Sostuvo que “Fue algo muy lindo” el participar de esa actividad pública porque “se sienten reconocidos, queridos y con una reacción de la gente muy buena, que los apoya, los aplauden, les sacan fotos y eso les levanta mucho el autoestima, porque en otras circunstancias solo los ven para estigmatizarlos, y decir que quedan mal en tal o cual lugar”.

Tienen sus propios trajes y semana a semana van mejorando el ensamble, la técnica y el baile para sus presentaciones.

Forma parte de los talleres del programa Usinas Culturales, que comenzó a funcionar en 2012, de la mano de Pablo Suarez para brindar contención barrial a menores, adolescentes y adultos a través del arte.

El hogar Emaús, ubicado en Otto Goedecke 1170, cumplió recientemente 9 años, concurren allí entre 35 y 40 personas cada noche a bañarse, cenar y poder dormir bajo un techo. Además de murga, ofrecen allí otros talleres artísticos, como danzas y música entre otros. (ANB)

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