El Dios Dólar

Un día sin querer se volvió a despertar y tronó con todas su fuerzas, el Dios dólar siempre está presente en la vida de los Argentinos, algunos, los que pueden lo usan como atesoramiento y otros los desamparados lo sufren en el incremento del precio de sus alimentos.

El Argentino medio tiene un funcionamiento binario o bimonetario, todo precio en pesos automáticamente lo compara en dólares, está incorporado en su psiquis, es parte de nuestro razonamiento económico. Por supuesto que no es acertado este tipo de raciocinio, pues perjudica la estabilidad de nuestra moneda, pero la historia reciente le da la razón al que se dolariza para evitar lo que se llamó en el pasado un Rodrigazo, la tablita de Martínez de Hoz o lo sucedido en el 2001, en resumen desde la década del 70 a la fecha a nuestro peso le quitaron 13 ceros, lo que valía 1 peso moneda nacional en 1970 hoy tendría que valer $10.000.000.000.000.

Cuando la cotización del dólar se incrementa significa que el peso pierde su poder adquisitivo, las causas que provocaron esta situación actual de un dólar a más de $17,00 son variadas y según su ideológica económica tienen sus bases en:

I) Emisión Monetaria: El Gobierno Nacional continua emitiendo moneda descontroladamente.

II) Sector del Agro: No está liquidando sus exportaciones a la espera de un valor dólar más alto.

III) Lebac: Algunos tenedores de estos papeles no renovaron y se volcaron a la compra de dólares.

Aunque el gobierno de Cambiemos pregona el libre juego de la oferta y la demanda en la fijación del tipo de cambio, siempre trabajó en base al sistema de flotación sucia o sea el Banco Central interviene cuando considera bajo o muy alto su valor, en este caso no defendió el valor del peso provocando una importante devaluación. Si bien posee reservas por más de usd 45.000 millones no las utilizó para mantener el tipo de cambio, es importante aclarar que la contrapartida de esas reservas provienen del endeudamiento externo.   

Según de qué vereda estemos posicionados la devaluación nos puede beneficiar o perjudicar, a los exportadores y a las economías regionales sin lugar a dudas los favorecerá, pero al resto del país los castigará por el incremento de los valores de los bienes y servicios. Se licuarán los salarios perdiendo su poder de compra frente a una inflación en crecimiento. 

El gobierno ante esta situación aumentará la tasa de las Lebac llevándola a más del 26% para tentar a los inversionistas continuando con el ciclo recesivo en la economía, la inflación superará seguramente las expectativas presupuestarias y el espiral de devaluación y posterior inflación continuará en el tiempo como siempre. (ANB)